La Hoya del Pozo y La Palmera son dos campos municipales que el Granadilla Tenerife Egatesa ha compaginado habitualmente para entrenar y jugar. El feudo de San Isidro, desde la 2017/18, se convirtió en una sede provisional que daba respuesta a unas obras que iban a comenzar en el estadio de El Médano. Lo cierto es que después de dos temporadas, el Granadilla sigue ahí, en un estadio que tiene que compartir con el CD San Isidro y EMF Esmugrán.

Pese a ser el máximo representativo en el balompié de Canarias, el Egatesa no solo encuentra limitaciones en una infraestructura obsoleta y sin dependencias para situar sus diferentes departamentos (oficinas de dirección, gimnasio, etcétera), sino que, dos veces a la semana, tiene que entrenar en mitad de campo -en la imagen alusiva, el cronograma de la semana previa al duelo frente al FC Barcelona-.

Julio Luis Pérez hace hincapié en las dificultades que suponen "entrenar dos veces a la semana en medio campo", así como, cuando disponen del rectángulo al completo, tener que adaptarse a unos "horarios complicados".

Además, el aforo de 2.700 espectadores que tiene La Palmera, podría no cumplir con un mínimo que se exigirá en la próxima División Élite -sustituta de la actual Primera Femenina-, ya que uno de los requisitos podría ser que los campos tengan, al menos, capacidad para 4.000 -mil menos para los conjuntos de División Promesas- en la 2020/21.

"Las jugadoras no solo buscan un equipo competitivo, sino también tener unas condiciones dignas para entrenar y jugar. En eso, desgraciadamente, el Granadilla está a años luz de cualquier equipo de Primera División", comenta el vicepresidente de la entidad granadillera.

El gestor asegura que el "compromiso por parte de las administraciones existe", y aguardan que, después de haber pasado el periodo electoral, "se le ponga solución. Han pasado tres años desde que mantuvimos la primera conversación. Deberían escucharnos más. En manos de los políticos está que queramos vender una isla bien o ser el hazmerreír, entre comillas, del mundo del deporte", subraya Pérez.

La opción de cambiar de sede y abandonar el municipio de Granadilla de Abona no lo contemplan aunque, podrían hacerlo. "No hay nada que nos impida salir de allí", apunta el dirigente.

"Ojalá tuviéramos los fondos necesarios para acometer las obras nosotros como club. Si dependiera de nosotros, ya lo tendríamos hecho", termina diciendo Julio.