La mejor versión, ofrecida en el momento preciso, en el partido de la cara o cruz, el del memorable éxito o el de la desconsolada decepción. El Salud Tenerife es nuevo equipo de la Liga Guerreras Iberdrola, máxima categoría del balonmano español, tras someter, en el partido definitivo de la fase de ascenso, al catalán Handbol Sant Quirze.

A las santacruceras les bastaba el empate para colarse por primera vez en su historia entre las mejores, pero el conjunto dirigido desde el banquillo por Octavio Pérez concretó el hito a lo grande en un entregado pabellón de La Salud.

Aunque nuevamente, como en los dos primeros encuentros de la fase, el representativo se vio por detrás en el tanteador, la reacción dejó entrever a un Salud cuya excelsa defensa en la primera parte le permitió correr y casi sentenciar el ascenso de categoría. No solo las transiciones brillaron en ataque. Y es que las tinerfeñas contaron con la pausa necesaria en el juego posicional para desarbolar la zaga de las barcelonesas.

Veintitrés de los 40 goles locales fueron anotados por Isic -10-, cuya aparición fue providencial en el definitivo choque; Bojicic -siete-, imparable en el pivote; y Chelaru -seis-, siempre con un rendimiento sostenido.

El 6-0 de la zaga saluteña fue superada de inicio por una circulación barcelonesa que terminó con aciertos desde los extremos -anotaron Cadens y Barbeito, esta última por partida doble-. Chelaru asumió la responsabilidad para ir dejando el tanteador en distancias de uno y dos goles (1-3 y 3-5).

La exclusión de Espert permitió la primera igualada tras el marcador inicial (5-5, minuto 8). Isic comenzaba su exhibición de lanzamientos exteriores y llegadas en carrera. Bojicic también empezó a hacer sufrir a la zaga visitante (se movió entre los presionantes 5-1 y 4-2).

La mejora en la defensa insular -muchas manos y ayudas- permitió correr -Peña sacó rédito- y acabar de voltear el tanteador. No solo eso. Isic y Chelaru -también en su faceta de asistente sobre Bojicic- endosaron un parcial 5-0 (para el 12-6) a un Sant Quirze que se estrellaba -se quejó del arbitraje e incluso Dolores Martín, su entrenadora, vio la amarilla por protestar- contra la buena basculación del 6-0 local.

Prat rompió la sequía catalana, mas la primera línea del Salud quebró una zaga sobrepasada por la velocidad y el poderío físico santacrucero. Amén de ello, Bezpalcova sentaba cátedra con dos paradones que mermaron más la moral del oponente.

Del 14-7, al 16-8 y al 18-9, el representativo siguió doblando a su adversario y acumulando máximas rentas. Olga Moliner sustituyó a Mena en la meta sanquircense. Pero ni con esas, ni con las exclusiones de Peña y de Bojicic. Con cuatro en la cancha, Isic se elevó para anotar y Szopinska -ya con cinco- puso el 19-10 antes del descanso. En la última jugada, el Sant Quirze pudo reducir a ocho, mas ni tiró. Incluso sufrió la amenaza de pasivo. El ejemplo no pudo ser más claro de los derroteros por lo que había tomado el duelo.

Las defensas individuales por momentos sobre Isic y Cioca no funcionaron. Y es que el Salud encontró unos contra unos en los que salió a relucir su mayor calidad y mejores condiciones físicas. Empero, la escuadra catalana fue más incisiva en ataque, yendo al intercambio de golpes, viendo que tenía que llevar a cabo un plan a la desesperada, aunque las pérdidas podían acabar con sus escasas opciones de ganar.

Szopinska elevó la ventaja hasta la decena de goles (23-13), en un lapso de partido de un toma y daca que interesaba a unas locales ya con la grancanaria González defendiendo la portería.

Bezpalcova regresó a la pista para realizar una gran parada a Cadens, que al contragolpe pudo situar a las suyas a ocho (25-16). Mientras Bojinic siguió haciendo daño cuando era encontrada en el pivote, su entrenador Octavio Pérez comenzó a dar protagonismo de verdad a su gran fondo de armario, con Márquez y Oliveira ya de lleno en la partida.

Isic continuó su exhibición anotadora con un golazo en apoyo antes de ser excluida. La conexión Cioca-Bojinic mantuvo las rentas en unos 11 goles (33-22), que a falta de 10 minutos ya parecía insalvable por las barcelonesas.

Roda, Coello, Sáenz, Noriega y la capitana Silva pudieron disfrutar de los últimos minutos de un ascenso que ya se celebraba en la grada con suma antelación. El intercambio de aciertos se mantuvo hasta el final. Márquez, con dos tantos consecutivos al contragolpe, llevó a las blanquiazules a la cuarentena y a una inapelable y brillante renta de 14 goles.