A un partido, a sesenta minutos de la gloria. El Salud Tenerife, después de vencer (32-26) al Sporting La Rioja en el segundo partido de la final four, se mide hoy (13:30 horas) al catalán Sant Quirze. De lograr una victoria o empate -tiene tres goles más que su oponente de hoy- cantaría el alirón y el ascenso a la Liga Guerreras Iberdrola.

No pudo empezar peor para un Salud Tenerife atenazado; la victoria del Sant Quirze y la presión del anfitrión hicieron mella en el desempeño inicial de las de Octavio Pérez. Estas no lograban correr y sufrían mucho con los ataques bien montados del Sporting La Rioja. A los 50 segundos, las visitantes inauguraron un marcador que estiraron (0-3) hasta el minuto 11. Arabia Peña espoleó a las saluteñas y Andrea Roda, sentando cátedra en el pivote, comandaron la remontada (4-3).

Hasta el cuarto parcial el tanteador invitaba a pensar que se vería un marcador final muy bajo -negativo, incluso para el vencedor-. No obstante, a partir del minuto 22 se sucedieron los ataques rápidos; el Salud empezaba a sentirse cómodo y a ganar confianza en base a las intervenciones de la portera Bezpalcova.

Tras tiempo muerto, el Logroño tomó la posesión para acabar realizando de penalti (10-10) a falta de dos minutos para el descanso.

No convenía que emergieran las prisas y el nerviosismo de los primeros compases, pero, poco a poco, los síntomas fueron los mismos. El plantel riojano lo aprovechó para ponerle cabeza al epílogo de la primera mitad en la que no solo desgranaron la ventaja contrincante si no que, tras 17 minutos sin ir por delante, recuperarían el dominio (10-11). El descanso llegó para salvar a las capitalinas.

La preponderancia del Salud fue un paréntesis en un guion que escribía el cuadro riojano, mucho más pausado y capaz de hacer daño por el lateral derecho y pivote. Quizá, entre otras cosas, se echaba de menos la explosividad de Stepha Oliveira -lastrada por una lesión de rodilla-.

El tiempo de receso, un bálsamo reparador para las santacruceras. Las de Octavio Pérez salieron a arrasar al contendiente riojano, que también se jugaba la vida. Con Chelaru y Sáenz llevando la voz cantante en el robo y la contra, las blanquiazules lograron un parcial de 7-1 que les puso de cara el encuentro en cuestión de menos de cinco minutos -4:55- tras la reanudación. Álvaro José Martín le puso punto y seguido al partido con un tiempo que no consiguió subsanar la hemorragia en el balance defensivo. En ocho minutos, el Salud había anotado más que en toda la primera parte.

Las defensas, después de ser relegadas a un segundo plano, entraron en escena a partir del minuto diez. El Sporting La Rioja apostó, ahora más que nunca por la correosa Celia López -quedaba descolgada por delante de una línea de cinco-. La solidez visitante se mantuvo hasta la exclusión de Learreta; ahí el Salud, volvió a apretar el acelerador con el tridente Cioca-Bojicic-Szopinska (23-15). No estaba todo dicho y así lo entendían las de Lobete que, en el intercambio de golpes, aguantaban bien la guardia ante una escuadra que ya tenía a Stephania Oliveira en pista (26-22). El vigésimo segundo tanto foráneo propició que el técnico local optara por cambiar de portera; Ariadna entró, pero no pudo atajar el torrente de lanzamientos rivales; Carla Rivas, entrando desde el extremo, un quebradero de cabeza. No lo era menos Arabia Peña en las tinerfeñas, descolgándose arriba y haciendo daño (29-25).

Al final, y con el Pabellón de La Salud volcado desgranando la cuenta atrás, finalizó la antesala al partido decisivo por el ascenso (32-26). Tenerife tiene que estar hoy con el Balonmano Salud.