Semanas determinantes para el futuro de muchos de los divisionarios tinerfeños, entre ellos un Arona Tenerife Sur que ha puesto por delante la supervivencia antes que el éxito. Jaime Fernández Barros, presidente y entrenador del sénior masculino en la recién finalizada campaña, medita dar un paso al costado en sus funciones después de "más de 50 años de vida dedicados y viviendo del voleibol", relata el gestor a El Día.

Después de retirarse como jugador profesional de voleibol en 1991, continuó su andadura en el Jovellanos, esta vez como entrenador. En 1997, fundó, junto a Eulogio Hernández, el Tenerife Sur Voleibol. Después de 22 años al frente de la entidad sureña, se plantea dar un paso al costado. "No lo tengo claro. Son más de 20 años de club, creo que hay pocos que tengan el currículum que tenemos nosotros, y más con masculino y femenino. Ya no es esto de no, es que está llorando, ya soy bastante mayor para llorar. Me lo plantearé y, en caso de irme, dejaré gente que pueda continuar con este proyecto", revela Jaime.

En referencia al apartado económico, Jaime Fernández asegura que el Arona Tenerife Sur está "saneado. Hemos iniciado una nueva etapa sin ningún déficit. Si me voy, el que lo quiera coger lo hará con cero euros en la caja, sin deudas", refrenda.

Pese a que el asturiano se haya planteado en varias ocasiones dejar el club que él mismo hizo nacer, en estos días cobra mucho más sentido que en el pretérito: "Necesito más tiempo para mí. Cuando te empiezas a hacer mayor, te das cuenta que lo más importante es la salud, el tiempo y la familia", indica un dirigente que se considera como "un veterano del voleibol".

Hay otras muchas situaciones que empujan al oriundo de Gijón a abandonar el cuadro sureño. Después de agotar todas las opciones y no desistir en el intento de conseguir recursos económicos, se vio abocado a relegar al equipo femenino a Superliga Femenina 2, después de haber sido terceras de Liga Iberdrola y subcampeonas de Copa de la Reina (2017/18). Esa situación y otras muchas anteriores han quebrantado su relación con algunas entidades y personas. "Hay mucha gente que me ha decepcionado. Hay personas que cuando perciben que confías en ellas, te engañan", relata.

El Arona definirá su futuro en las próximas fechas en lo que será un nuevo intento de supervivencia.