El CN Echeyde comienza a idear la que será su tercera temporada en la División de Honor del waterpolo nacional. La renuncia del CN Rubí a disputar la promoción para evitar el descenso -el conjunto catalán hubiera competido por ascender- dejó margen de maniobra para pergeñar una plantilla que no sufra tanto como en los pretéritos cursos, cuando siempre terminó como penúltimo clasificado de la competición. El representativo está pendiente de que su filial pueda asaltar la Segunda División y definir un mejor proyecto de cantera. David Rivas, presidente de la entidad santacrucera, atendió a El Día para departir sobre pasado, presente y futuro.

¿Respiró aliviado después de que el Rubí desistiera de jugar la promoción?

Imagínese. Extender la temporada hasta mediados de mayo, siempre con dos partidos a ida y vuelta, complicados, jugándote todo el año... Si te lo puedes evitar, mejor.

Es curioso que haya pasado lo mismo que el año pasado, incluido el adversario en cuestión.

Sí. Además, fue en el último partido. El Rubí iba tercero y el Molins de Rei, segundo en Primera División. El primero ganó y el segundo perdió, intercambiándose las posiciones finales. El Molins sí que quería jugar la promoción, pero el rival no tenía intención y así se lo comunicó a la Federación Española. Bueno, otro año más en División de Honor.

¿Qué balance hace del curso?

Con el equipo que teníamos no aspirábamos a otra cosa que a jugar la promoción. Quizás sí esperaba más en cuanto a nivel competitivo. En casa fue regular. Fuera resultó horrible. Es un tema que deberemos mejorar de cara a la temporada que viene. También es cierto que teníamos hasta siete jugadores nuevos; cuatro de ellos jóvenes, de entre 15 y 20 años. Era la primera vez que jugaban prácticamente en División de Honor. Este año se han rodado toda una temporada y supongo que el año que viene subirán un poquito el nivel.

Apenas cuatro victorias del Echeyde en 44 encuentros de División de Honor. ¿Cómo se lleva eso?

Psicológicamente, para un jugador es muy difícil de llevar. Pero ya no solo hay que mirar las estadísticas nuestras, sino también las del Navarra o el Catalunya en los últimos dos años, que habrán ganado ocho o nueve partidos. La División de Honor es muy complicada. Compites con clubes muy grandes en masa social y en cuanto a lo económico. Encima, tenemos el gran hándicap de competir contra equipos que están, casi todos, en la misma ciudad -Barcelona-; con lo cual, deportivamente pueden jugar entre ellos, pueden tener trasvases de juveniles, poseen jugadores que viven en sus casas, que no cobran... Para nosotros, traer jugadores a aquí es muy difícil. La Liga Canaria no tiene nada que ver con la Catalana.

¿Haría falta incrementar el presupuesto para competir mejor o no es solo eso?

Eso es. Nuestro presupuesto está en unos 100.000 euros. Los otros clubes tienen 300.000, 400.000 o un millón, como dispone el Atlètic-Barceloneta. Para sacar un equipo aquí, en Canarias, de lo que sea, o tienes una gran base sólida de cantera, con una liga fuerte, o tienes que tener un presupuesto grande. Si no, no hay manera. El voleibol, por ponerle un ejemplo, está ahí porque tiene muchas licencias. Es un deporte muy practicado en las Islas, con mucho arraigo... Una cancha de voleibol es mucho más fácil de mantener que una piscina. Entonces, o tienes mucho dinero o cuesta.

¿Que el filial juegue en Segunda, como está intentando hacer, es clave para el devenir del club?

Sí. Ya nos lo habíamos planteado la temporada pasada. Para sacar cantera, los jugadores deben llegar con cierto bagaje. No pueden dar un salto de regional a División de Honor. Te estás saltando tres categorías de golpe. Nosotros necesitamos que el filial esté en una liga nacional, en la que juegue 22 partidos. La Liga de Segunda es una competición dura. Ahí se pueden ir fogueando y pueden ir subiendo al primer equipo, que es lo ideal. Ya tenemos a jugadores como Pablo Díaz, que debutó en la élite con 12 años y ahora, con 15, es casi titular. O a Adrián Magriñá, con 17 -debutó con 16-, o a Miguel Rodríguez, con 19. Son gente joven que no tienen un nivel óptimo para División de Honor, pero echan una mano y van creciendo en el equipo. Si a esos jugadores le damos la oportunidad de que sean protagonistas en una competición como la Segunda, mejorarían exponencialmente.

A nivel presupuestario, ¿tener a otro equipo de categoría nacional no afectaría?

Hemos hecho las cuentas. Ya la subvención de desplazamiento, aunque llega tarde, ha mejorado bastante al juntarse el Consejo Superior de Deportes con el Gobierno de Canarias en una única convocatoria. El descuento del 75% ha sido clave para que nosotros tomemos esta decisión. Es factible económicamente, dado que jugaríamos con jugadores de cantera, lo que no ocasionaría tanto gasto al club.

¿Va a seguir Yurismel Horta como entrenador del equipo la próxima campaña 2019/2020?

Sí. En principio, sí, a no ser que pase nada raro. Seguiremos con el mismo esquema.

¿Habrá muchos cambios con respecto a la plantilla?

Estamos en eso. Hasta que no sepamos si ascendemos -con el filial-... Todo dependerá, en caso de ascenso, de cómo estructuremos el tema de las plantillas. Todavía no sabemos. Tenemos ya varios jugadores tocados de fuera.

Buscan patrocinador para el "naming" del equipo

A finales del pasado año, y una vez no conseguido ningún tipo de patrocinio para el naming de la entidad, el Waterpolo Echeyde se comprometió de manera desinteresada con Pequeño Valiente -asociación autonómica sin ánimo de lucro formada por padres de Canarias con hijos afectados por cáncer- para que su nombre pasara a formar parte del equipo -Echeyde Pequeño Valiente-, en pos de visibilizar el proyecto. "En principio, el acuerdo estaba firmado hasta final de esta pasada temporada. Este año, de cara a la campaña 2019/2020, volveremos a intentar conseguir nuevamente patrocinios para el naming. Si vemos que no logramos patrocinio total o compartido, se lo volveremos a ofrecer a Pequeño Valiente", indica David Rivas.