La Transvulcania Naviera Armas 2019 ya ha conseguido llegar a la meta. La prueba palmera, que hace unos días cumplió su undécima edición, ha logrado un reconocimiento más para su importante trayectoria.

La prueba será uno de los pocos eventos mundialmente reconocidos con la Certificación Internacional UNE:ISO 20121:2013 de Evento Sostenible, lo que coloca a Transvulcania a la altura de eventos de tanta repercusión como los Juegos Olímpicos de Río 2016, la Eurocopa de Fútbol de 2016, Roland Garros, los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, la Barcelona World Race o el torneo Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó.

Transvulcania será la segunda prueba de España con esta certificación. A nivel nacional solo Penyagolosa tiene esta certificación internacional, la de mayor prestigio en materia de sostenibilidad. Transvulcania no ha estado sola en este camino iniciado hace unos años. Asteyma, empresa palmera de asesoría técnica de gestión medioambiental, ha sido de vital ayuda para alcanzar un nuevo éxito en la trayectoria del evento deportivo más internacional de la Isla Bonita.

Sodepal, empresa organizadora de la Transvulcania, recibió el sábado la distinción durante la entrega de premios de las distintas modalidades de la exitosa edición de 2019.

No es la única buena noticia recibida en estos días por la organización del evento en este sentido, porque la prueba ha recibido la certificación La Palma Tourism por parte de la Reserva Mundial de la Biosfera de la Isla de La Palma, después de muchos años de trabajo en un proyecto dirigido escrupulosamente hacia la sostenibilidad ambiental, social y económica.

La prueba recibió en estos días la comunicación oficial de una certificación que la convierte en referente, como una carrera absolutamente sostenible, después de haber adoptado iniciativas innovadoras para alcanzar un galardón muy complejo de lograr.

El camino iniciado en anteriores ediciones ha dado sus frutos gracias a la reducción del consumo de materiales de plástico, apostando por materiales compostables y biodegradables, como vasos fabricados en celulosa reciclada y un derivado del almidón de maíz, platos de caña de azúcar o cubiertos de almidón de maíz cristalizado, sustitución del material habitual en soportes publicitarios, lonas o cintas de balizar, que han sido cambiadas por materiales y tintas biodegradables, entre otras acciones.

Otra acción emprendida fue la reutilización de materiales como, por ejemplo, las lonas de polietileno de anteriores ediciones, que han sido utilizadas para confeccionar bolsas y enseres personalizados a través del trabajo de la Fundación Isonorte.

De esta forma, se cumple una doble función, ya que además del cuidado medioambiental la prueba mantiene su compromiso con la inserción social y laboral de personas en exclusión social o en riesgo de padecerla.

Además, todos los puntos de avituallamiento, salidas y metas han tenido y tendrán una dotación de contenedores de separación selectiva para que todos los participantes, público y voluntarios pudiesen depositar los residuos de forma separada.