Lastrado muchos meses por las lesiones y con poco protagonismo en los últimos encuentros por la falta de regularidad, Nico Richotti se desquitó el jueves con una actuación soberbia que no solo le libera por completo de un periodo amargo, sino que mantiene completamente vivo al Iberostar Tenerife en su lucha por el playoff. Aún con la adrenalina por las nubes, el capitán hace balance del pasado más reciente y analiza, a nivel personal y global, el futuro.

¿Qué es lo primero que se le viene a la mente con el triple final?

Que casi me voy fuera de la cancha porque tuve que ir a recibir muy lejos; nos sorprendió un poco ese cambio y Sulejmanovic me encerró en la esquina. Y ya después, la canasta. Con el tiempo corriendo tuve que tomar una decisión. Hice un cambio de dirección, él se protegió un poco, y tenía claro que si me dejaban medio metro buscaría el triple porque me sentía bien.

Precisamente de sensaciones: le salió todo en el Pazo de Lugo?

Sí, la verdad que fue de esos partidos en los que te sale todo, desde balones sueltos que te encuentras y que acaban en canasta, faltas que me pitan a favor que normalmente cuesta más que señalen, y también un poco de acierto, que es lo que necesitábamos.

Ahí tuvo mucho que ver el buen arranque, algo que le estaba faltando a Richotti en partidos recientes?

Creíamos saber cómo nos iban a defender, veníamos preparados para ello y habíamos entrenado situaciones concretas. Así fue de inicio y pude meter los primeros tiros. Cambiaron en la segunda parte, pero estaba mentalizado y con confianza, y eso influye mucho.

En la rueda de prensa tras la victoria Vidorreta afirmó que iba a ser su partido por las características del rival. ¿Lo hablaron antes?

No, no habíamos hablado, pero esta semana venía entrenando muy bien y los primeros ataques me salieron bien.

Siendo algo egoísta, ¿se merecía usted algo así?

Bueno? creo que sí. Al final después de trabajar tanto tiempo para recuperarme de una lesión esto es una especie de recompensa al sacrificio que uno va haciendo. Esta temporada ha sido de altibajos, sin la continuidad que a mí me hubiera gustado, pero estoy llegando a este tramo final de la mejor manera, por suerte no tengo que pensar en la rodilla porque me siento muy bien, y eso se ve en la cancha.

Con perspectiva, ¿qué es peor? ¿Cuándo uno se lesiona de gravedad y sabe que va a estar sin jugar mucho tiempo, o cuando ya se ha cumplido ese plazo, pasan las semanas y comprueba que no termina de estar bien?

Cuando te lesionas y sabes que vas a estar un buen tiempo fuera, te mentalizas rápido y desconectas; al menos eso hice yo. Y cuando vuelves y no tienes una buena mentalidad, es cierto que todo resulta un poco más duro. Cuando estás y no estás aparecen muchos factores psicológicos que juegan en tu contra, te empiezas a hacer un montón de preguntas? ahí es el momento en el que es obligado ser un poquito más positivo.

¿Se le llegó a pasar en algún momento por la cabeza que no iba a volver a ser el de antes?

Sinceramente nunca lo pensé. Lo de la lesión de la rodilla lo estuve arrastrando mucho tiempo y no llegué a estar al cien por cien hasta hace muy poco. Pero en algunas ocasiones, a lo largo de estos meses, sí que me sentí muy bien. Ahí era yo mismo jugando. Esa fue la prueba para convencerme de que cuando me recuperara del todo, la pierna y la rodilla estuvieran estables, iba a ser el de antes. Eso me mantuvo motivado, aguantando y trabajando muchísimo en busca de las soluciones para dejar por fin atrás la lesión. Y por fin ha llegado ese momento.

Y en un análisis más cercano, y contando que Richotti ya está en plenitud física, el lanzar a canasta y ver que no le entraba nada, ¿es algo desalentador, desesperante??

Tenemos una posición sobrepoblada y la verdad que poseemos poco tiempo para jugar e intentar demostrar. Cuando no te salen las cosas en la cancha es un poco frustrante y desesperante porque vienes trabajando mucho y durante la semana te sientes bien. Pero en el partido es totalmente diferente. Y ahí es cuando no puedes dejar que te gane esa bola cada vez más grande de frustración y desesperación de la que es complicado escapar.

Entiendo que la situación es muy parecida cuando usted cree que está en condiciones de aportar y se queda sin jugar, como por ejemplo ocurrió el domingo contra la Virtus?

Sí, es duro, es duro. A veces uno se siente bien y cree que puede echar una mano, pero luego no llega la oportunidad, y la verdad que es algo desagradable. El domingo no tuve la ocasión de jugar, pero en Lugo sí y la pude aprovechar. Por eso hay que estar preparado para cuando te toca y el entrenador lo decida.

Justamente ese puesto de escolta que usted ocupa ha pasado por mil altibajos y múltiples variantes a lo largo de estos últimos meses?

Así es. Somos tres escoltas y solo hay 40 minutos de partido, a lo que añades que puede jugar en ella Bassas y Brussino. Pero eso son decisiones del técnico y uno debe mentalizarse para aprovechar el tiempo que dispone dentro de la pista; y también hacerlo en el día a día, demostrar que está metido y quiere tener la ocasión de jugar.

¿Se puede decir que el capitán tiró de galones para sacar al equipo de un momento, al menos en lo anímico, complicado?

Bueno, era importante que apareciera alguien y me tocó a mí. Lo bueno de este equipo es que el protagonismo no es repetitivo y siempre hay alguien que aparece. Estoy contento en lo personal porque necesitaba un partido así y, sobre todo, ganamos y podemos seguir en la lucha del playoff.

¿Realmente el equipo quedó tocado tras la derrota de Amberes?

El equipo estuvo todo un año luchando y trabajando por llegar a esa Final Four y conseguir el trofeo, y perder el partido definitivo es un momento muy malo y desagradable, difícil de superar. Es cierto que el viaje de vuelta y los primeros días posteriores fueron duros, pero el vestuario se mentalizó y tenía claro que debía luchar y dar la cara porque ahora estamos en otra cosa, que es meternos en el playoff de la ACB.

Y en esa pelea, gracias a las últimas victorias parece que ha cambiado todo? ¿Han hecho cálculos?

Hemos hecho cálculos y de todo, casi que tenemos una hoja de Excel? No, en serio, es inevitable hacer cuentas porque lo hemos logrado en los dos últimos años y esta campaña vuelve a ser nuestra ambición. Veremos lo que hacemos nosotros, y estaremos expectantes a lo que ocurra con el resto.

Lo de Lugo debe ser un impulso brutal para usted. ¿Qué podemos esperar de Richotti estas semanas, y sobre todo, cuántos años le quedan como profesional?

Evidentemente un partido así te sube la moral y la confianza de cara a lo que viene; es un empuje muy grande para tratar de seguir en esta dinámica y ayudar al equipo en meterse en playoff. Y a largo plazo la verdad que todavía no me veo sin unas zapatillas ni fuera de una cancha de basket. Espero que todavía me resten unos cuantos años.

¿Con la camiseta amarilla y negra del Canarias?

Sí, yo de momento no me veo en otro lado. Estoy muy agradecido al club, que confió en mí cuando me lesioné y que este año ha tenido la paciencia durante toda la temporada para cuidarme y esperarme hasta que me recuperara.

De los múltiples mensajes de felicitación que ha podido recibir en estas horas, ¿con cuáles se queda?

Me quedo con el de mi mujer, que se alegra como si ella misma hubiera metido el triple, porque es la persona que lo sufre tanto como yo; mi familia en Argentina, por ejemplo mi padre, que estaba muy feliz; y a nivel baloncestístico, con Richy Guillén, que me mandó un mensaje muy cariñoso que me llegó muy adentro.