José Luis Oltra pidió "disculpas", admitió que el partido de ayer ante el Granada fue "muy malo" y que su equipo no había competido "nada bien", sobre todo en la primera mitad. "Fue pobre, triste, mala en definitiva y no se ajusta a lo que nos estamos jugando", reconoció sobre unos primeros 45 minutos que lastraron claramente las posibilidades insulares de puntuar en el Nuevo Los Cármenes.

"Es muy difícil cuando planteas una cosa y un error te lastra", lamentó aludiendo sin mencionar al jugador a la pérdida de Racic que puso en bandeja el 1-0 a Rodri. "No hemos estado bien en nada, ni en posicionamiento, ni en presencia, ni con balón, ni en llegadas... nada", admitió mordiéndose la lengua para "no decir cosas que no vayan a ayudar". Por eso, quiso dejarlo en que había sido "infinitamente mejor" el rival.

"Da igual el planteamiento y la selección de jugadores, que me plantearé por qué me he equivocado, pero es que cada disputa, cada balón dividido ha sido para ellos. Son lagunas de carácter que tiene el equipo, no es la primera vez que pasa y soy el principal responsable", asumió el preparador valenciano.

Ni siquiera quiso agarrarse a la segunda parte. "Sin ser mucho mejor, hemos llegado vivos al tramo final. Pero es que no es un buen partido y no nos vale", dijo. En cuanto a su fallido planteamiento, explicó que había intentado "contrarrestar a un equipo que anda bien, que es dinámico". Por eso, intentó "poner gente con experiencia y carácter, condicionado por las ausencias, aunque no es una excusa". Aceptó que la idea naufragó, aunque reiteró que se lo pusieron "fácil al rival, regalando el primer gol". La jugada, clave para el entrenador del Tenerife, "te condena y no es la primera que tenemos en esa zona".

Oltra no quiso desvelar lo que le dijo a sus jugadores en el descanso. "Estaba muy enfadado, claro, pero no voy a contar nada porque no procede. Es momento de pensar por encima de mí, de pensar por la entidad", se limitó a contar agregando que "un entrenador se tiene que levantar rápido en una derrota y no contagiarse de la euforia en una victoria". Por eso, quiso mirar al futuro: "Dependemos de nosotros, muchas veces hemos demostrado estar vivos, somos de los que más remontan... Claro que me gustaría no jugar a remolque, que no cometiéramos esos errores, que fuéramos más contundentes, que tuviéramos más pegada y que no saliéramos así a los partidos. Pero vamos a luchar por salir de ahí y tenemos argumentos".

Cuestionado por si ha intentado ya todo lo que podía en el Tenerife, reflejó cierta impotencia antes de agarrarse a que "siempre quedan cosas por probar, cosas por hacer y corregir". En ese punto, aseguró que se va a dedicar a "levantar el ánimo e intentar mejorar en todo" lo que esté en su mano al equipo. No obstante, advirtió que aunque se tenga que plantear cosas, "la semana pasada me hablabais de un futbolista y esta semana será de otro. Por eso no me puedo dejar llevar por lo que pasa fuera, sino centrarme en tomar las mejores decisiones posibles para ganar el próximo partido".