Al Tenerife no se le han dado nada bien sus visitas al Granada. De hecho, solo ganó uno de sus dieciocho partidos en el estadio Los Cármenes, en la mayoría de precedentes se quedó sin marcar y nunca anotó más de un gol por encuentro.

La historia de los cruces entre granadinos y tinerfeños parte de la temporada 53-54, la del debut del equipo insular en la Segunda División. En esa categoría se produjo el primer duelo a mediados de noviembre de 1953. Un remate certero de Antonio Pedrero no fue suficiente para que la escuadra tinerfeña sumase (2-1). La tendencia se mantuvo hasta que, al fin, el Tenerife pudo puntuar en la ciudad de la Alhambra: 0-0 en 1963.

Y no tardó en llegar el primer y único triunfo blanquiazul en Los Cármenes. El 12 de enero de 1964, Granada y Tenerife, dos aspirantes a ascender a Primera situados en la mitad de la clasificación, iniciaron la segunda vuelta del calendario del Grupo Sur de la Segunda División en Los Cármenes. La diferencia en la tabla era de un punto a favor de los rojiblancos, pero el 0-1 logrado por el equipo entrenado por el grancanario Francisco Campos hizo que la situación cambiara. La alineación tinerfeña estuvo formada por Grisaleña, Álvaro, Molina, Martínez, Juan Padrón, Borredá, Paquillo -autor del único gol?, Justo Gilberto, José Juan, Santi y Padrón II. El Tenerife había enlazado tres triunfos (Atlético Ceuta, Melilla y Eldense) y un empate (Onteniente) antes de presentarse en Los Cármenes para desarrollar un "partido típicamente defensivo", según la crónica publicada en El Día. "Cuando a los nueve minutos del segundo tiempo se encontró en su casillero con el gol anotado por Paquillo, que marcó de un extraordinario chut con efecto, ya extremó aún más sus precauciones para conquistar estos dos valiosos positivos que vienen ante los difíciles partidos que aguardan en casa como anillo al dedo". El mérito fue aún mayor por el inconveniente de la tempranera lesión de Juan Padrón. En una época en la que no se podían realizar sustituciones, el "volante derecho y capitán" del Tenerife "se mantuvo ya en el terreno con evidente merma de sus facultades físicas".

En la formación local llaman la atención dos nombres, el de Arsenio Iglesias, en el ocaso de su carrera tras marcar goles en Primera con el Deportivo, Sevilla y el propio Granada, y el de un joven José Martínez Pirri, que luego haría historia en el Real Madrid y en la selección durante dieciséis temporadas.

Aquella, Liga, la 63-64, concluyó con el Tenerife y el Granada lejos de una UD Las Palmas que fue líder y conquistó el ascenso a Primera.