Carlos Ruiz siempre marca. No falla a su cita con el gol, aunque su especialidad sea la de evitarlos. Ha anotado en cada temporada desde que es profesional, empezando por su primera experiencia en el Baza, en la campaña 2006/07. Y mantuvo esa costumbre cuando fichó por el Tenerife en el verano de 2013. Acabó con tres dianas su primer curso como blanquiazul, y siguió así, con uno o dos en cada ejercicio, incluyendo el presente, en el que ya se había estrenado en la eliminatoria de la Copa del Rey con el Cádiz. Son doce en seis temporadas, pero ninguno con una conexión tan directa con la historia como el que firmó ayer en el derbi.

En su sexto clásico canario, el granadino se convirtió en el héroe inesperado. En su campaña con menor presencia en las alineaciones, tampoco ayer jugó de inicio. No lo hace desde el 10 de marzo, cuando el Tenerife visitó al Numancia. Desde esa fecha apenas había intervenido en la competición dos ratitos, tres minutos en el encuentro con el Osasuna y nueve en la visita al Rayo Majadahonda. Y llegó el derbi para cambiar las cosas para el central, a pesar de que no entrara en el once.

Ruiz no solo firmó el gol del empate, con un remate de cabeza, sino que intervino de manera directa en la acción del 2-1 al servirle en bandeja a José Naranjo una asistencia. "El primero llegó en un saque de esquina. Había quedado con Alberto para ver quién iba al primer palo. En el córner anterior había ido yo, así que en el siguiente le tocó a él, así que me quedé por detrás con la suerte de que me cayó el balón. Pude conectar un buen remate y marcar", comentó.

"El 2-1 vino cuando ya estábamos jugando con una defensa de tres. Uros tenía el balón en el centro del campo, Suso estaba abierto y el lateral estaba pegado a él, así que decidí romper por delante. Luego me salió Erik Curbelo, hice un amago y puse el balón por delante del portero para ponérselo a Naranjo, que llegó muy bien", continuó relatando Carlos.

El integrante del cuarteto de capitanes del Tenerife no ocultó su satisfacción. "No sé si este partido hace justicia o no conmigo, pero sí me ha dado mucha alegría marcar en un partido como este. Al final, cuando se habla de estos encuentros se dice que la gente de la tierra los vive mucho, como ninguno, pero yo me considero como uno más de aquí y me hacía mucha ilusión poder participar y también marcar y dar una asistencia para ayudar al equipo a ganar".

Ruiz confesó que ayer pudo sacarse "una espina" que tenía clavada. "Siempre celebro los goles como si fueran los últimos, porque los defensas no estamos acostumbrados a marcar. En esta ocasión me saqué una espina que tenía clavada y los compañeros se alegraron mucho por mí. Eso habla del aprecio que me tienen. Estoy muy emocionado y muy contento", remarcó el jugador.

Naranjo, un gol "especial"

José Naranjo marcó ayer su sexto gol en su primera temporada en el Tenerife y se situó como máximo anotador del equipo blanquiazul. "Estoy muy contento por haber marcado y porque estos tres puntos nos saben a gloria", dijo tras vivir un triunfo "tan especial para todos". El onubense recordó que "es una remontada más" en la trayectoria del representativo, a lo largo del curso 18/19, y opinó que "hay que corregir errores", porque el Tenerife no puede permitirse el lujo de tener en casi todos los partidos el marcador en contra. "Es una desventaja demasiado grande", apuntó. Asimismo, destacó la aportación de Carlos Ruiz. "Aparte de marcar el primer gol, hizo un jugadón para que yo hiciera el segundo. Siempre que puedo estoy dentro del área para cazar cualquier balón y esta vez me cayó", comentó el delantero. "En estos momentos pienso en todos, en mi familia, en mis compañeros, en la afición... Todos hemos sufrido mucho y nos merecíamos una alegría de este tipo. Es un buen resultado para encarar las cinco jornadas que quedan para el final", concluyó Naranjo.