Domingo 28 de septiembre de 2014. Una y 3 minutos de la tarde. En una habitación de un hotel de Gijón se escucha a alguien celebrando un gol. El que marca es el tinerfeño Cristo Martín, el equipo que lo encaja es la UD Las Palmas y que el chilla es Dani Hernández. El portero, testigo de tantos derbis canarios desde diferentes ángulos, protagonizará hoy uno por primera vez sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López.

Como muchos canteranos que hoy estarán pendientes de lo que pase en el estadio santacrucero, Dani trató siempre de acercarse lo más posible a su equipo en los encuentros con la Unión Deportiva. No siempre fue dentro del estadio, pero tampoco muy lejos. "La casa de mi abuela está en un edificio que hay detrás de la grada de Herradura, así que pude ver muchos partidos desde ahí, asomado a uno de esos balcones", recuerda trasladándose a sus tiempos de espectador, de un chico que soñaba con estar algún día a ras de suelo, en el campo y luciendo guantes. El de hoy será su tercer clásico. Debutó en marzo de 2015, en aquel encuentro celebrado en el estadio de Gran Canaria que terminó en empate (1-1) tras los goles de Hernán y Maxi, y con Paco Herrera y Raúl Agné en los banquillos. Cuatro temporadas más tarde, en diciembre de 2018, repitió visita y resultado. No pudo impedir el tanto de Araujo y festejó desde la otra punta del campo el que marcó Suso Santana de penalti.

A las puertas de su primer derbi en el Rodríguez López, Dani echa la vista atrás y viaja a otros duelos de rivalidad que disfrutó y sufrió como aficionado. Aquellos ratos de tensión en el balcón y también en ese hotel de Gijón, en el que se concentró con el Real Valladolid el último fin de semana de septiembre de 2014. Su equipo aguardaba el momento de enfrentarse al Sporting y él aprovechó la mañana para seguir cada detalle del último Tenerife-Las Palmas oficial en el Heliodoro.: 2-1 con goles de Momo (0-1), Araujo (en propia puerta) y Cristo Martín. "Estaba con el Valladolid y grité los goles en el hotel de concentración. La gente no sabía qué estaba pasando, pero reconozco que me podían los colores y, además, éramos tres chicharreros en el equipo", relata refiriéndose a su coincidencia en la plantilla blanquivioleta con Jeffren Suárez y Omar Ramos. Unos meses más tarde, el Tenerife aprovechó la apertura del mercado de enero para hacerse con los servicios de Dani.

A las siete y media de esta tarde, al subir la escalera que conecta los vestuarios del Heliodoro con el campo, Hernández se concederá unos segundos para contemplar el aspecto de las gradas y retener la imagen de un ambiente que, en cierto modo, le recordará a sus actuaciones como internacional con Venezuela. "Por sentimiento, a lo que más se me asemeja es a los partidos de las selecciones", confiesa. "El momento más bonito es cuando pisas el césped, ves el estadio lleno y la afición te da una gran dosis de energía". Sensaciones inolvidables, como en aquellos derbis de balcones y hoteles.

Josep, un novato en la portería amarilla

En una portería, Dani Hernández, con sus 199 partidos de Liga jugados en Primera y Segunda y sus 174 encuentros oficiales disputados con el uniforme del Tenerife. En la otra, Josep Martínez, cuyo recorrido en el circuito profesional se reduce a su actuación en la pasada jornada de Liga, con el Lugo como rival. El guardameta valenciano formado en la cantera del Barcelona y con dos campañas de experiencia en el filial amarillo, desplazó, por decisión de Pepe Mel, al veterano Nauzet, quien había jugado de inicio el partido anterior por la baja de Raúl Fernández, descartado hoy por una lesión. "Sé que Josep debutó el domingo y que Las Palmas ganó con un buen resultado, pero habrá que ver si tiene continuidad o si juega Nau. Al que salga le deseo la mejor de las suertes, pero no esta semana", puntualiza Dani Hernández.