Casi como si de una costumbre ya se tratara, el Iberostar Tenerife afronta a partir de hoy otra cita de pedigrí, la Final Four de la Basketball Champions League. Una nueva empresa de altos vuelos y de equipo grande. La enésima ocasión para prolongar un crecimiento que ha sido constante en estos últimos cuatro lustros y que ha situado a la entidad lagunera en las mayores cotas de sus 80 años de historia. Así, los aurinegros emprenden esta tarde (20:15 horas), con la última de las semifinales, el asalto al que sería su segundo entorchado dentro de una competición con solo tres años de vida pero con la que los tinerfeños mantienen un especial idilio casi desde el mismo día que debutaron en ella. Lo harán, los de Txus Vidorreta, con el hándicap de medirse al Telenet Giants Antwerp, anfitriones del evento; aunque también con la garantía de que, salvo en contadas ocasiones, este Canarias responde en las ocasiones especiales. Y la que arranca hoy en Amberes lo es.

Pero más allá de lo que dicten las positivas sensaciones labradas a lo largo de las temporadas más recientes, el Iberostar Tenerife se plantará hoy en el majestuoso Sportpaleis con argumentos sólidos para pensar que el domingo estará luchando por el título. El primero de ellos, sus dos victorias más recientes en Liga Endesa, contra el Joventut y el Andorra, resultados positivos que no solo han permitido a los tinerfeños agarrarse a la pugna por entrar en el playoff, sino que han solidificado y elevado la moral de un vestuario algo frágil. De una plantilla tocada después de casi dos meses con demasiados sinsabores y a la que -tras la Copa del Rey- le costó digerir rachas negativas, como la de siete derrotas seguidas en ACB, con las que no había convivido recientemente.

Aparejado directamente a estos resultados favorables en la competición nacional, el Iberostar recobra para esta Final Four otro factor que podría resultar desequilibrante: un solvente fondo de armario. La aportación global del banquillo vuelve a ser cada vez mayor, tal y como quedó patente frente al Andorra, cuando cada uno de los 11 pupilos de Vidorreta que saltaron a la cancha anotaron al menos cuatro puntos. La recuperación física de Rodrigo San Miguel y Javi Beirán, y su consiguiente aportación vital en la primera unidad, han permitido reordenar roles y de paso recuperar para la causa a jugadores casi inéditos en semanas anteriores dentro de una rotación muy corta y casi partida en dos. Solo Petit Niang parece haber entrado en un bache de rendimiento del que bien podría salir a lo grande con una buena Final Four.

Una cierta mejora en las prestaciones defensivas y el acierto (aunque por rachas) en el tiro exterior son otros añadidos de peso para calificar al Iberostar Tenerife como claro aspirante a todo este fin de semana. Y más aún si los laguneros se mantienen en las antípodas de cualquier atisbo de relajación por medirse hoy a un conjunto, el Antwerp, que no entraba en una sola quiniela de candidatos a principios de temporada. Los de Roel Moors se han convertido, sin embargo, en la sorprendente cenicienta de esta BCL y, ya plantados entre los cuatro mejores, no tienen la intención de despertar de su particular sueño? al menos hasta el domingo.

Debutantes este curso en Champions, los belgas tuvieron que superar dos rondas previas y luego pasaron el corte en la fase de grupos de forma muy apurada (cuartos pero en un grupo de notable nivel general y en el que fueron mejores AEK, Brose y Hapoel Jerusalem) y con un discreto balance de 7-7. Sin presión, el Antwerp eliminó primero al UCAM Murcia y ya en cuartos, y con gran solvencia, al Nihzny Nogorov ruso. Ahora crecidos, sin nada que perder, amparados en su solvencia como locales y alentados por casi 17.000 gargantas, tratarán de firmar, a costa del Iberostar, otra gesta mayúscula. Unos conceptos básicos muy bien explotados, su capacidad para hacer mella en las virtudes del rival, la intensidad en el juego que le permite imprimir su tremenda juventud y el enorme impacto que están generando su base Paris Lee y el prometedor pívot Ismael Bako se antojan como sus armas más peligrosas para hoy. Si el Iberostar no cae en la trampa que a buen seguro le trata de tender su adversario flamenco, y es fiel a su imagen más reciente, el domingo debe estar peleando por su segundo título europeo.