Quedan diez días para el clásico del fútbol canario. La cuenta atrás para que se vuelvan a enfrentar CD Tenerife y UD Las Palmas ya ha comenzado, pero es tal la precariedad clasificatoria de los dos representativos que casi no hay alusiones en las dos orillas a ese enfrentamiento de máxima rivalidad. Lejos de sus pretensiones iniciales -pelear por el playoff los blanquiazules y por el ascenso directo los amarillos-, la decepción se ha instalado para quedarse en ambas aficiones que, por si fuera poco, ahora viven con la mirada en el abismo de la Segunda B.

Los de José Luis Oltra visitarán al Extremadura en Almendralejo el próximo sábado (19:30 horas) con un solo punto de ventaja sobre su rival y tres sobre los puestos de descenso, cuya frontera marca el CD Lugo. Precisamente, es el gallego el equipo al que tendrá enfrente Las Palmas el domingo en el Estadio de Gran Canaria (17:00 horas). Con nuevo entrenador (Eloy Jiménez), el conjunto rojiblanco puede convertir en un auténtico drama el derbi si consigue sumar los tres puntos y el Tenerife no conquista el Francisco de la Hera el día anterior.

En ese hipotético caso, los dos equipos canarios llegarían separados por tres puntos al duelo de rivalidad y con los locales en descenso (si además suma el Rayo Majadahonda en casa contra el Cádiz). Sería el peor de los escenarios para un partido que debía ser otra cosa.

Además, dos resultados negativos este próximo fin de semana colocarían en una situación de cese o precese a los dos técnicos. En el caso de Oltra, esa amenaza ya pesa sobre su cabeza en la visita al Extremadura. Repetir la imagen ofrecida ante el Almería podría costarle el puesto. A Pepe Mel, que todavía no conoce la victoria en casa, se le empezaría a poner cuesta arriba su continuidad en el banquillo amarillo.

Otra similitud en un año tan devastador para las ilusiones de las dos aficiones es la sostenibilidad del actual proyecto. Los dos clubes han cambiado de entrenador (Las Palmas en dos ocasiones), de director deportivo (llegaron Víctor Moreno y Rocco Maiorino) y cuentan con presidentes que llevan muchos años en el cargo (desde 2005 Miguel Ángel Ramírez a la entidad grancanaria y desde 2006 Miguel Concepción al Tenerife) y cuentan con cierta desafección de sus aficionados.

Del derbi solo importa no perderlo, algo que haría mucho daño al que lo sufra. La permanencia, para pensar cuanto antes en el próximo proyecto, es la obsesión. Los dos han anunciado grandes cambios en sus plantillas y tendrán además que dar salidas a jugadores de los considerados caros y que no han rendido al nivel esperado este curso. Y los dos prometen, de nuevo, pelear por el ascenso. Como si no hubieran aprendido de los errores.

Tenerife y Las Palmas se miden con dos rivales directos por la permanencia (Extremadura y Lugo). Dos resultados negativos convertirían su enfrentamiento posterior en una necesidad para ambos.

Más de 18.000 espectadores en el Heliodoro

El ritmo de retirada de localidades de abonado se ha acelerado en los últimos días hasta el punto de que cerca de 8.000 abonados tienen ya su entrada para el partido contra la UD Las Palmas del sábado 4 de mayo (19:30). Además, la promoción del club blanquiazul en la que ofrece entradas para acompañantes a precio reducido a sus socios ha logrado agotar ya el papel en Popular Alta y Popular Baja. En San Sebastián Baja queda menos de un centenar de entradas y se prevé que el ritmo aumente en las próximas horas, puesto que el plazo de reserva de asientos para los abonados se agota el próximo lunes.

Desde el martes, el Tenerife pondrá a disposición del público en general las entradas que no hayan retirado los abonados, además de las de las localidades que queden disponibles para Herradura, San Sebastián y Tribuna, tanto en el sector alto como bajo, pero ya a un precio superior al de la promoción.

Las expectativas de la entidad blanquiazul superan los 18.000 espectadores para el clásico del fútbol canario, a pesar de la situación clasificatoria de los dos equipos canarios. Además, se espera en torno a un millar de desplazados desde la isla de Gran Canaria.

Situación sin precedente

Nunca se habían enfrentado Tenerife y Las Palmas, en Segunda, tan cerca del final del campeonato en una situación clasificatoria de necesidad para eludir el descenso. El caso más parecido se dio en Primera en el curso 01/02. Los blanquiazules llegaron como colistas, en la penúltima jornada de Liga, a Gran Canaria. A cuatro puntos de la salvación, los de Javier Clemente estaban casi desahuciados. Pero se enfrentaban a una UD que marcaba la salvación. Bruno Marioni anotó el gol de la victoria (0-1) y, aunque le sirvió para retrasar una semana su descenso, también condenó al eterno rival. Las Palmas repitió resultado negativo una semana más tarde en Anoeta y acompañó a los tinerfeñistas en su retorno a Segunda. Al contrario, peleando ambos por el ascenso, llegaron en la 13/14 a la jornada 38 (eran cuarto y sexto). Ganó Las Palmas 1-0.