Solo Antonio Rodríguez, conocido como Rodri, puede decir que en esta misma temporada trabajó en los dos clubes que se enfrentarán el sábado en Almendralejo. Formó parte del cuadro técnico del Tenerife en la parte inicial de esta campaña y luego aceptó una oferta para entrenar al Extremadura, al que dirigió durante trece partidos antes de ser relevado por Manuel Mosquera a mediados de febrero.

¿Llega mejor el Extremadura?

Tras dos victorias tan importantes fuera de casa (Málaga y Deportivo), llega con la moral muy alta. Y la afición llenará el campo. Generarán un ambiente muy favorable.

¿Está tan bien el Extremadura?

Notó mucho la marcha de Enric Gallego. Se quedó un poco huérfano. Luego llegaron muchos refuerzos que ya han cogido la puesta a punto.

¿Cuál es su punto fuerte?

El Extremadura es un equipo muy equilibrado. Sé cómo es ese vestuario y que los jugadores están muy implicados con la causa. Su principal valor es la unión.

¿Lo ve salvándose?

Lo deseo por cómo se portaron conmigo y porque cogí afinidad con muchos jugadores, pero debe ser cauto; en esta Liga no te puedes relajar. Hizo un gran esfuerzo y ahora está en una buena posición a pocos partidos para terminar.

¿Y al Tenerife?

Me da que arrancará por su potencial, por su vestuario, por la implicación de sus futbolistas y por la gran experiencia que tiene José Luis. Sacará dos o tres resultados y saldrá. No será de los que tendrán que esperar al final. Y por parte de los demás, al Lugo le pasa al revés que al Extremadura. Ha llegado al final en una dinámica muy mala y eso es muy peligroso. También le ha sucedido a Las Palmas. Son equipos que no habían estado abajo y quizás no saben soportar la situación igual que los que sí han estado más tiempo ahí.

Pone el compromiso por delante.

Tuve la gran suerte de compartir dos meses con ellos. Hay gente de ahí que da un plus, como Suso, Nano, Alberto... Y los que son de fuera y están muy implicados, como Milla, Undabarrena, Raúl Cámara... Darían su vida para que el Tenerife no tuviera ningún problema. Siempre noté una gran unión entre el cuerpo técnico y el equipo. A lo mejor, en otros sitios la gente tendría dudas de su entrenador o al revés, y quizás no habría un buen ambiente o una buena conexión, pero eso es algo que, por lo que he hablado con algún jugador en estas fechas, no pasa en el Tenerife. Ese es un aval muy importante. Están muy juntos para sacar adelante una situación que se generó al principio del curso por unas circunstancias u otras, por tres o cuatro partidos de infortunio. El caso es que no terminan de salir de abajo para tener más tranquilidad y jugar sin tener que mirar siempre hacia atrás.

¿En qué medida influye?

Quizás no es un equipo para estar entre los tres o cuatro primeros, porque sabemos el potencial que tienen otros como Deportivo o Málaga, pero sí estaría en el grupo del quinto al décimo. Pero luego sucede que no salen las cosas. Hacía años que no veía a un equipo que tuviera tantas oportunidades de gol y tanta ambición, como en los partidos ante el Albacete o el Lugo, y no pasara del empate. Son resultados que merman mucho la confianza de los jugadores, porque ven que lo hacen todo y no ganan por detalles. Eso frustra todavía más.

Se especializó en el trabajo con los delanteros. ¿Cómo explicaría la baja producción ofensiva?

He tenido la suerte de trabajar con grandes delanteros en otros clubes, como Despotovic, Peragón, Corominas, Villar, Airam Cabrera, Enric Gallego... Y conseguimos que hicieran goles, pero también reconozco que con otros no fue así. Y no hay una explicación clara. Entre tirar al palo y meter el balón dentro o que el portero haga un paradón, no hay tanta diferencia. Recuerdo el partido que jugamos con el Extremadura en el Heliodoro: nuestro portero le hizo una parada impresionante a Nano. Pero estoy seguro de que la próxima temporada harán goles, en el Tenerife o en otro sitio. El fútbol no deja de ser un juego e influye el azar, el estado de ánimo, la ansiedad... Por falta de calidad, ambición o ganas no creo que haya sido.

Ensayó mucho con Nano la forma de no caer en fuera de juego.

Estoy seguro de que si llevara diez goles, estaría un poco más tranquilo, le daría más tiempo al pasador... Quizás, en vez de entrar tan directo haría el movimiento de ir hacia el balón para correr después. Pero entras en ese estado de ansiedad... A los delanteros hay que saber tratarlos y convencerlos. Influye el estado de ánimo.

¿Y el caso de José Naranjo?

Para Oltra es normal entrenar a un club tan grande. No vi que dudara. Está acostumbrado a esos niveles. Pero debemos reconocer que hay chicos que no tienen ese bagaje. Han hecho alguna temporada buena en el Nástic o en otro club y, en un momento dado, puede haber más presión en el Tenerife que un Alavés o en un Éibar de Primera, porque la exigencia es la de querer estar arriba siempre y que sus delanteros marquen quince o veinte goles. Sin embargo, en otros equipos, incluso de Primera, el objetivo es salvar la categoría y da igual quién meta el gol. Son circunstancias que acusan estos futbolistas cuando las cosas no empiezan a salir bien.

¿Qué opina de Malbasic?

Es muy inteligente. Puede jugar en la banda o de segundo punta, y ese perfil casi no existe. Generalmente, o tienes un delantero que está metido entre los dos centrales, un rematador, o tienes un media punta, tipo Lasso, muy habilidoso y que tira buenos pases. Pero tener a un futbolista como el serbio, que cuando quiere se puede acercar al área y es delantero y cuando quiere baja al centro del campo y hace de mediapunta, es muy difícil. Si va teniendo progresión, puede dar el salto a Primera.

¿Igual que Luis Milla?

Es muy dinámico, joven, muy atrevido, muy responsable... Veo que siempre piensa en el equipo antes que en él. Es un jugador muy atractivo y creo que va a tener ofertas para jugar en Primera la temporada que viene. También me gusta mucho Undabarrena. Quizás no es tan vistoso, pero con tiempo también podrá tener sus posibilidades de jugar en la élite.

Antes destacaba la experiencia de Oltra. ¿Le parece clave ahora?

El poso, la cantidad de batallas que tiene y esa conexión, el lazo de afectividad que tiene con la plantilla, son un aval. Además de ser un gran entrenador, es una muy buena persona y llega a los jugadores; y tan importante es saber de táctica como tener esa afinidad y ese don. Uno de los motivos por los que quise ir a Tenerife fue para coincidir con José Luis y aprender de su inteligencia emocional.

Hábleme de su salida del club.

No fue una decisión sencilla. Alfonso (Serrano) me abrió las puertas, me hizo sentir muy bien y me dejó las cosas muy claras. Y nadie pensó que aquello iba a terminar con Alfonso fuera del club, el equipo en una situación delicada... Tenía la ilusión de trabajar con José Luis, pero luego me llegó la oferta del Extremadura para que fuera primer entrenador y me apetecía volver a ejercer esa función en un club.

¿Con quién irá este sábado?

Quiero que se salven los dos. Ojalá pueda volver a trabajar algún día en Tenerife. Raúl (Agné) me había dicho que es donde mejor ha estado. Se respira fútbol, su estadio es precioso... Tarde o temprano volverá a estar en Primera.