Aasestar nuevamente un golpe con resonancia planetaria. Óscar Jacaré Suárez viaja hoy, desde su Tenerife natal, rumbo a Los Ángeles -California, Estados Unidos de América-, donde el próximo viernes afrontará su tercer compromiso en Combate Américas.

La compañía promotora de eventos de artes marciales mixtas -MMA- en el continente americano aguarda por un caimán insular que debutó en 2018 con un cara y cruz. En abril realizó su carta de presentación en Monterrey -México-, derrotando al local Kike Lokote González antes de tiempo -gracias a un mataleón-. Meses después, en septiembre, cayó por decisión unánime frente al estadounidense Keith Carson, en Long Beach -California-.

Ahora llega el momento de desequilibrar su balance ante el anfitrión Michael Malicious Reyes, en la jaula que estará habilitada al efecto en el Galen Center, con capacidad para más de 10.000 espectadores. Serán tres asaltos de cinco minutos cada uno, si no media un nocaut con anterioridad.

La gran novedad para Suárez es la categoría en la que se va a medir. Si sus dos primeras apariciones acontecieron en el peso gallo -61 kilos-, en esta ocasión, el deportista de 170 centímetros de altura comparecerá en el peso mosca -57 kilos-.

La decisión llegó tras el revés sufrido contra Carson. "Las derrotas siempre vienen bien. Aprendí muchísimo ante un luchador de mucho más peso. Entendí que tenía que bajar de categoría para poder estar más cómodo", señaló el competidor oriundo de Costa del Silencio a El Día.

"La verdad es que me cuesta mucho más que cuando tenía que dar 61 kilos, pero sé como hacerlo y va a salir todo bien. Voy estar en los 57 sin ningún problema". Y es que Suárez tenía previsto realizar su tercer choque en Combate Américas el pasado 29 de marzo -en Tucson, Arizona, su adversario iba a ser el brasileño Joao Camilo-.

El sureño ya "estaba listo" para ese entonces, dado que "tenía una muy buena preparación de dos meses y medio" en la Isla. El cambio de fecha -que también terminó afectando nombre de su rival- le ha venido "mucho mejor. Es preferible entrenar más, siempre cuidando tu cuerpo y haciendo unos entrenamientos bien pensados", comenta.

Espoleado por su entorno y patrocinadores -Terrazas del Mare, Laguna Sur, Aguirre y Díaz, Sport Center Fisiomed y Spectrum Sport-, Óscar (récord de 4-2 en las artes marciales mixtas rentadas) tiene entre ceja y ceja batir a un adversario algo más mayor -27 años, por los 20 del tinerfeño-.

Con un récord de 5-4, Michael Reyes es un peleador "de guardia zurda. Conociendo su estilo de lucha", basado en el "jiu jitsu y en el kickboxing, tengo un buen planteamiento para poder ganar la pelea sin ningún problema, tanto en la parte de striker -golpes- como de sumisión -como frente a Lokote González-", indica Jacaré. El aronero también echará mano de sus patadas si ve "el hueco". El espectáculo está garantizado.

Equipo renovado a nivel insular

Desde el pasado mes de enero, Óscar Suárez cuenta con un nuevo equipo, en Tenerife, en el que continúan su padre y maestro Claudio Suárez, además del propio Carlos Garrapucho. Ha incorporado al preparador físico Marcelo Ascuenaga, al entrenador de boxeo específico para artes marciales mixtas Patricio Catoira y al preparador de muay thai Javier Alonso.

Se quedará nueve meses en EEUU

Las autoridades estadounidenses han concedido al tinerfeño el visado para permanecer nueve meses tras el combate. De este modo, Jacaré volverá a entrenar en Los Ángeles a las órdenes de su mánager Felipe Werdum, así como en la escuela que dirige el también brasileño Rubens Charles Maciel, Cobrinha.