El seleccionador francés, Didier Deschamps, subrayó que se sentía "feliz por la felicidad" de sus jugadores.

En una rueda, interrumpida por los internacionales franceses al grito de "Didier Deschamps, Didier Deschamps", el preparador galo restó importancia al hecho de ser campeón del mundo como jugador y seleccionador. "Significa cerrar un círculo y es un orgullo personal, pero honestamente es algo secundario. Yo me siento feliz por la felicidad de mis jugadores".

Así, Didier Deschamps felicitó a sus pupilos por haber hecho a "Francia en campeona del mundo", lo que significa "haber sido mejores que otras selecciones", aun siendo para muchos su primer Mundial. "Estoy sorprendido por la manera en que el grupo ha respondido durante el torneo. Creo que nunca se han venido abajo, tampoco en la final", analizó.

El preparador de Bayona, de 49 años, consideró que esa capacidad "mental y psicológica" les ha hecho "merecer" la copa. "Creímos en nuestras opciones de ganar y somos campeones. Francia va a estar en la cima del mundo durante los próximos cuatro años", celebró.

Tras confesar que se siente "privilegiado" por haber ganado un Campeonato del Mundo como jugador y este otro como seleccionador, Deschamps explicó que a su llegada al vestuario lanzó dos mensajes a los 23 internacionales.

"Primero, les dije que siempre van a estar vinculados a este éxito. Y, después, que todo va a ser diferente a partir de ahora. No quiero decir que esto vaya a cambiar su profesionalidad, pero cuando eres campeón del mundo no hay nada más", indicó.

Preguntado por la clave del triunfo "bleu", Deschamps destacó que el grupo "siempre se ha mantenido unido".

"El colectivo es crucial. Es verdad que hay talentos individuales que han hecho la diferencia, como Griezmann, Mbappé o Umtiti, pero lo importante es que todo lo hemos hecho juntos. Dentro y fuera del campo, en eso consiste el fútbol", dijo.

"Juntos", prosiguió, "es como superamos los momentos complicados", como el partido de la fase de grupos ante la escuadra peruana o el primer cruce eliminatorio, ante Argentina.

"Ahí empezó otro torneo y el hecho de ganar un partido difícil, ante la Argentina de Leo Messi, incrementó nuestra confianza. Yo después de ese encuentro empecé a creer que podíamos conseguirlo, pero no tenía esa certeza porque al volver a la realidad nos dimos cuenta de que a continuación nos esperaba Uruguay. El hambre de ganar nos hizo progresar y eso vimos en la final", comentó.