La igualdad de género como jugadora de fútbol, desde un entorno que la vio crecer y hoy se mira en ella. Ana María González Martín; así la conoce su propia madre cuando utiliza el tono más imperativo. Ana González (07/08/1991), delantera de la UD Granadilla Tenerife Egatesa, se ha consolidado como la única jugadora de la plantilla que es natural del propio municipio de Abona. El fútbol siempre ha estado presente en su vida, y se da la circunstancia de que siempre ha militado en equipos de su pueblo -EMF Granadilla, Raqui San Isidro, Charco del Pino y su actual escuadra-.

Desde que dio sus primeros pasos se decantó por el balón y por dar sus primeros puntapiés. "A mi padre le apasionaba la hípica e intentó que me dedicara al mundo de la monta. No obstante, el fútbol era lo que me suscitaba atención. Mi madre fue la que me apoyó en esos primeros momentos", rememora Ana González, la cual también recuerda que la que hoy en día es su fan número uno, y "no se pierde ni un solo partido", le decía que por jugar al fútbol la llamarían "machona" y que "se reirían de ella", haciendo referencia a su propia abuela.

A los seis años fue federada en la EMF Granadilla. Allí, junto a una mayoría de niños se sintió "muy integrada, tanto por los padres y madres, como por los propios niños", aunque no deja de reconocer que, en alguna ocasión, escuchó "comentarios desagradables en la grada: algunos de ellos me invitaban a irme a jugar a las muñecas", reconoce. "Es lo que tocó aguantar. No debería de haber sido así, aunque en aquella época era muy extraño ver a una niña jugando a fútbol", afirma la atacante sureña.

En su tercera temporada como jugadora de Primera División femenina añora especialmente a "todas las compañeras que se han quedado por detrás. Muchas de ellas han luchado por el fútbol femenino y, en concreto, por el ascenso del Granadilla Egatesa". Sin embargo atestigua que "el mundo del fútbol es así". González asume que en el pasado se planteó dejar el balompié, ya que "el fútbol femenino hace unos años era una pérdida de tiempo y dinero". Además, "una lesión, colateralmente, puede privarte de tu sustento y causar un despido. Aquí (fútbol femenino), muy pocas jugadoras pueden vivir meramente del fútbol", apostilla. El caso más explícito es el suyo: desde hace varios años figura como administrativa en una frutería granadillera.

"Estamos a años luz del fútbol masculino. Es muy difícil modificar la mentalidad, ya que hablamos de cambiar un problema global y persistente", afirma Ana González con respecto a la consideración desigual en el ámbito futbolístico. En esas mismas líneas apunta que "mucha gente que deplora el fútbol femenino, cuando toma la determinación de acudir a un partido, luego se aficiona".

Entre los ámbitos que priman en el fútbol femenino frente al masculino, cita uno por encima del resto: "La pasión con la que jugamos", ya que el fútbol masculino, sobre todo en las altas esferas, "se ha desvirtuado. Nosotras jugamos por amor a este deporte", comenta.

Única sureña (tan solo siete jugadoras canarias pueblan el plantel de Toni Ayala), Ana da su visión sobre el asunto. "En Canarias falta formación. Por ello hay que irse fuera a buscar jugadoras aptas para Primera. Lo digo por mí misma. Cuando llegué a Primera acusé falta de recursos y de posicionamiento", reconoce la granadillera, que le atribuye relevancia al hecho de que "el fútbol femenino se forme desde categorías de base. Así creceremos y veremos resultados en un medio plazo". En relación a las jugadoras foráneas y su participación en el Granadilla Tenerife Egatesa, dice que "si vienen es para jugar. Lo de fuera tira más", apunta.

Ana González se muestra proclive a la igualdad. "Debe haber un cambio de estructura. Debemos copiar modelos de otros países, tales como Alemania y Estados Unidos. Allí tratan el deporte femenino como merece. Es un cambio lento, pero debe de ser constante. El avance ha sido significativo en los últimos años y espero seguir viéndolo desde dentro", concluyó una "guerrera de la igualdad" que viste de blanquiazul.

El Archipiélago crece en la Primera División

Un total de 13 jugadoras canarias forman parte de la Primera División. El Granadilla Egatesa tiene en su plantel un total de siete jugadoras del Archipiélago -sin contar las futbolistas del filial-. Pili, María José, Andrea, Aitiara y la reseñada Ana González son las jugadoras tinerfeñas; Pisco y Cindy, de Gran Canaria. El Levante cuenta en sus filas con las gemelas Ramos -Noelia y Natalia-, naturales de La Laguna. Mientras, en el Atlético de Madrid coinciden Falcón y María Isabel, ambas grancanarias. Pachu, exjugadora del Tacuense, actualmente en el Sporting de Huelva, es natural de Las Palmas de Gran Canaria. El Valencia, tras el mercado estival, sumó a su disciplina a la palmera Sandra Hernández. En la pasada campaña la cifra era superior hasta en 17 fichas -todas ellas del Tacuense-, aunque en el presente curso son más los equipos que cuentan con representación con denominación de origen insular.

Ana González

atacante de la UDG Tenerife egatesa