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Automovilismo canario

De la consola al rally: el 'niño del Colin McRae' que quiere ser el próximo Dani Sordo

Subcampeón del Isla de Tenerife, el lagunero Adán Martínez Arvelo convirtió el mando de una videoconsola en un volante real

Ana Sánchez y Adán Martínez, después de completar el Rally Isla de Tenerife.

Ana Sánchez y Adán Martínez, después de completar el Rally Isla de Tenerife. / Rallyten Sport

Bruno Sánchez

Bruno Sánchez

Santa Cruz de Tenerife

A veces, los sueños empiezan en una consola. Es el caso de Adán Martínez Arvelo, un piloto tinerfeño que, con 18 años, acaba de alcanzar lo que muchos tardan una vida en conseguir: tomar el volante desde el lado izquierdo de un coche de carreras y cruzar la meta de un rally –el Isla de Tenerife–. Cuando se le pregunta por sus primeros recuerdos ligados al motor, sonríe y menciona un clásico, el Colin McRae… pero no el mítico piloto, sino aquel videojuego de la Play 2. «Desde pequeño siempre jugaba al juego del Colin McRae».

Adán compartía partidas con su padre, Jerónimo Martínez, que, al igual que su madre, María Jesús Arvelo, acumula una dilatada –y respetada– trayectoria al volante. Así que el joven lagunero no aterrizó en el universo del motor por accidente. La gasolina ha sido, desde siempre, un integrante más de su núcleo familiar. Se crió entre asistencias, tramos y aroma a neumático. «Era de los que no me perdía nunca un rally», recuerda.

La carrera de Adán despega oficialmente con 16 años, cuando obtiene la licencia de copiloto. Su rol, el de acompañar, cantar notas, anticipar y descifrar tramos. «La experiencia que te da el ser copiloto ya te enseña cómo leer unas notas», explica. Aquella fue su escuela, su universidad automovilística. Se formó junto a veteranos, compartió habitáculo con su padre, con su madre y con pilotos de fuera. Eso le permitió forjar una comprensión del rally que, llegado el momento, le serviría para tomar el volante con conocimiento de causa.

Ana Sánchez, una copiloto inesperada

Y ese momento apenas se hizo esperar. Con la mayoría de edad recién estrenada y con un mes y medio de experiencia al volante, Adán se lanzó a la aventura. El joven que no concibe un futuro alejado del motor confiesa que «siempre ha querido correr». «Me saqué el carnet a escondidas, por así decirlo, y todo fue en cosa de un mes», rememora. Tuvo en 30 días que poner a punto el coche, prepararse él mismo y entrenar a su copiloto, que además es pareja, Ana Sánchez, lagunera de solo 16 años.

Hasta entonces, Ana apenas se había asomado al motor como una espectadora esporádica. «Venía a verme a algún rally, pero poco más. No tenía ni idea», admite Adán, que logró convencerla: «Le dije, si no corro contigo, no corro con nadie». Días después, ambos hicieron historia al convertirse en el equipo más joven de Canarias, estrenándose a los mandos de un Volkswagen Golf Mk2 de 1991.

Ana Sánchez y Adán Martínez.

Ana Sánchez y Adán Martínez. / Rallyten Sport

El escenario no podía ser otro. El Rally Isla de Tenerife, símbolo e institución dentro del automovilismo canario. «Yo quería estrenarme en este rally porque soy de su escudería –Rallyten Sport–», confiesa. Pero también pesaba la nostalgia: «Me acuerdo de cuando era muy pequeño, de ir a verlo con mi padre y de ver a pilotos como José María Ponce o Fernando Capdevila, pilotos muy experimentados»

Adán Martínez y Ana Sánchez se alzaron con el subcampeonato de la categoría R60 en su debut absoluto. «Después de 15 años siendo un niño esperando por correr, ahora tras cumplir la mayoría de edad y tener apenas dos meses de carnet, mi copiloto y yo logramos tomar la partida en este rally», compartía el joven piloto tinerfeño en sus redes tras culminar una experiencia que ya forma parte de su leyenda personal.

Sus referentes

Aunque confiesa nunca haber sido «muy de tener un referente concreto», Adán reconoce la influencia de pilotos que ha admirado desde su infancia como el mencionado Capdevila. También recuerda el día que vio a Dani Sordo en 2011 «siendo un niño». Hoy, su mirada se posa en la nueva generación del WRC: «Kalle Rovanpera me llama mucho».

A largo plazo, sus aspiraciones no son poco ambiciosas: «Mi sueño sería competir en campeonatos muy grandes, tirando por lo muy alto, me gustaría correr un Campeonato de España». Su voz se le llena de ilusión al expresarlo. Y no hay ni un gramo de soberbia. Es un joven que entiende que los sueños se construyen. Y en su caso, esa construcción empezó con la misma determinación que lo llevó a preparar un coche en un mes y salir a la palestra con solo 18 años.

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