Vóley playa
Un tinerfeño hace historia con su primer oro mundial y mantiene vivo su sueño olímpico
El aronero Alejandro Huerta y Adrián Gavira sellan su primer título internacional como pareja en Nuvali Filipinas y confirman su candidatura a Los Ángeles 2028

Adrián Gavira y Alejandro Huerta posan con sus medallas después de la final en Filipinas. / RFEVB

El vóley playa tinerfeño vuelve a despuntar en el panorama internacional. El sureño Alejandro Huerta, junto a su experimentado compañero Adrián Gavira, se alzó con el título del Beach Pro Tour Challenge disputado en Nuvali (Filipinas), tras una final de infarto frente a los hermanos Joaquín y Javier Bello, representantes del combinado inglés. Con parciales de 21-17, 19-21 y 17-15, la dupla española –que salvó dos bolas de partido en contra en el set decisivo– firmó su primer oro internacional como tándem, un triunfo que los sitúa entre las parejas más temibles del circuito global y que comienza a perfilar su potencial presencia en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
Simboliza este oro la recompensa a meses de trabajo, incertidumbres sorteadas y una conexión forjada junto a un compañero curtido en mil batallas. «A nivel personal es el mejor resultado de mi carrera hasta el momento en cuanto al circuito mundial», admite el tinerfeño. La temporada no ha sido precisamente un camino de rosas para la dupla. Una lesión de rodilla de Adrián Gavira a comienzos de curso abría por completo un escenario de incógnitas. «Tuvimos muchas dudas de cómo volvería, de si podría lograr volver a jugar en su mejor nivel», confiesa Huerta. Obligó aquella circunstancia a rediseñar entrenamientos y aplazar metas. Pero tanto sacrificio encontró recompensa en Filipinas: «Muy contento de que, al final, estemos pudiendo centrarnos en jugar, trabajar, mejorar el equipo, dejar atrás las lesiones y, encima, haber logrado un resultado así. Este año está siendo muy positivo».
Ha sido la resiliencia el hilo conductor de una temporada cargada de matices. En Baden (Austria), apenas dos meses antes del triunfo filipino, la dupla se despidió en novena posición tras sucumbir en octavos ante los alemanes Ehlers y Wickler, en un desempate de infarto (21-12, 18-21, 18-16). Desde entonces, Huerta y Gavira han evidenciado una evolución sostenida que culmina con el oro en Nuvali.
Experiencia y juventud
La conexión del tándem español parece cobrar fuerza con cada torneo. Gavira, gaditano de 38 años, nueve veces campeón nacional y con tres participaciones olímpicas –incluido un diploma en París 2024–, personifica la veteranía y el aplomo. Huerta, por su parte, encarna la savia nueva. Es la convergencia de estos dos mundos la que da lugar a una potente simbiosis.
«En cada torneo nosotros nos sentimos mejor. Adrián me decía muchas veces que lo que faltaba era empezar a ganar más partidos porque estábamos jugando bien, pero nos faltaban resultados», relata Huerta. Esa sincronía, explica, se ha ido tejiendo «torneo tras torneo, con más confianza, conexión y entendimiento dentro de la cancha».
Y esa química, aún en desarrollo, se traduce en juego. En palabras del propio tinerfeño, «el saber cómo se siente cada uno en la cancha y conocernos un poco más ha hecho que vayamos jugando mejor».
El futuro de la dupla parece auspicioso. Son conscientes de que todavía hay margen de perfeccionamiento. «Siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero la victoria en Filipinas nos da esa confianza y motivación de saber que con el trabajo y las ganas las cosas salen adelante», subraya Huerta, miembro permanente del centro de vóley playa de la selección española en Lorca.
Un año atípico
«La lesión de Adrián nos frenó un poco porque él estuvo parado casi cuatro meses y al final nos rompió la preparación normal de un año normal». Esa pausa forzada los privó de disputar suficientes torneos para acceder al Mundial de Australia, que se celebrará en noviembre.
«Nos hemos quedado sin clasificar a ese Mundial porque no disputamos los torneos necesarios y, en los pocos que jugamos al principio, tampoco obtuvimos los mejores resultados», admite el tinerfeño, que añade que «el hecho de poder volver a jugar, ir a mejor y ya no pensar en la rodilla es más importante que cualquier otra cosa».
Este enfoque destapa la mentalidad de un deportista que juega a largo plazo. A sus 27 años, Huerta Pastor entiende cada temporada como parte de un proyecto mayor: los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Ese es, como él mismo puntualiza, «el objetivo final de todo este proyecto».
Aunque el proceso de clasificación olímpica aún no ha echado a andar oficialmente –arrancará en 2027–, los puntos que se cosechan desde ya pueden resultar determinantes. Cuanto más arriba esté la pareja en el ranking cuando comience la carrera hacia Los Ángeles 2028, más privilegiada será su posición para disputar los torneos clasificatorios.
Suscríbete para seguir leyendo
- Tres fallecidos y quince heridos durante el fuerte oleaje en Tenerife este sábado
- Concluye la obra en las entrañas de la avenida marítima de Santa Cruz para evitar el colapso de los puentes
- Muere una mujer tras ser arrastrada por un golpe de mar en Tenerife
- Fin de semana pasado por agua en Tenerife: esta es la previsión de la Aemet
- Cinco turistas heridos tras ser arrastrados por una ola en Tenerife
- A qué hora se juega mañana el CD Tenerife - Bilbao Athletic y cómo puedo verlo en streaming por TV o móvil
- Encuentran en Tenerife un coche de alquiler robado en Madrid hace cuatro años
- Multas de hasta 1.000 euros por groserías o conductas inadecuadas en las oficinas municipales de Santa Cruz