Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Fútbol regional

Ni la edad detiene a Kiko Ratón: 49 años y sigue marcando

El eterno delantero del CD Puerto Cruz sigue poniéndose las botas cada fin de semana. Medio siglo de vida y tres décadas de goles. «Mientras el cuerpo aguante».

Kiko Ratón.

Kiko Ratón. / El Día

Bruno Sánchez

Bruno Sánchez

Santa Cruz de Tenerife

La obstinación de una leyenda que se resiste al adiós. Hay nombres en el fútbol que superan los números, las categorías o los años. Son hombres que viven para el balón, que no conciben el juego como un oficio, sino como una extensión de su identidad. Ese arquetipo bien podría personificarse en Kiko Ratón, que a sus 49 años (19 de septiembre de 1976) sigue dando guerra en los campos de la Regional Preferente con la misma pasión con la que defendió un día los colores del Tenerife en Segunda B o del Girona en Segunda. Medio siglo de vida, más de treinta años de goles a la espalda, y un presente que le mantiene en activo en el Club Deportivo Puerto Cruz, donde ejerce de jugador, directivo y alma mater de una institución donde ya es patrimonio local.

«Ahora mismo lo que me apasiona es el fútbol». Mientras buena parte de sus coetáneos hace tiempo que optaron por alejarse del césped, ya sea desde la grada o los banquillos, Kiko Ratón sigue poniéndose las botas cada fin de semana y con el mismo entusiasmo con el que un niño da sus primeras patadas. «Yo me veo capacitado para seguir disputando partidos», afirma.

Su rol en el Puerto Cruz ha cambiado con los años. Kiko ya no es aquel delantero indiscutible que uno esperaría de alguien que disputó dos temporadas en la categoría de plata del fútbol español. Hoy entra en acción en los tramos finales, cuando su equipo necesita un revulsivo y hace falta llevar el balón al corazón del área. «Yo soy realista, tengo mi edad y sé los ratos que puedo jugar y los que no puedo jugar», reconoce.

«Estoy para los ratos que hace falta y que el entrenador me necesite». Se refiere a esos minutos calientes, esos instantes de fricción y disputa, su territorio natural. Es en ese escenario, donde la experiencia pesa más que el juego, donde el veterano portuense entra para inclinar la balanza. Y lo consigue. Esta temporada, en «cuatro ratitos» –uno como titular y tres saliendo desde el banquillo– ha anotado un gol –que celebró como siempre, como lo que supone un tanto para cualquier que haya vivido el fútbol desde sus entrañas–. «Marcar gol es una sensación que mucha gente ha tenido, que disfruta y que gusta», verbaliza. Lo hizo ante el Águilas, en El Peñón, firmando además la primera victoria del Puerto Cruz como local. «Una alegría enorme».

Su historia es la de un futbolista de largo recorrido, pero también la de un hombre que ha hecho del fútbol su hábitat natural, su motor diario. Kiko Ratón no desconecta ni en los paréntesis estivales. «Intento no parar, porque en esto del fútbol, cuanto más viejo seas, peor será», explica. Mientras otros aprovechan el verano para desconectar, él sigue puliendo su físico con una disciplina casi espartana, cuidando ese tono muscular que le permite seguir compitiendo cada fin de semana. «No paro nunca para que no se me relajen los músculos», añade.

Responsable de la cantina

Lo de Kiko Ratón y su empeño por seguir jugando con 49 años es, en el fondo, otra historia de disciplina. De cómo cualquier deportista que adquiere reconocimiento –más aún quien lo sostiene durante décadas– necesita de rigor. Su amor por el entrenamiento no tiene nada de postureo. Es compromiso puro. Es respeto. Hacia el deporte, hacia su cuerpo y hacia el equipo que le ha dado cobijo en la recta final de su carrera. «Al igual si estoy en otro equipo no sé si esto lo podría hacer», admite. Porque el Puerto Cruz no es un equipo cualquiera. Es su hogar. Allí es jugador, directivo y hasta responsable de la cantina, un oficio que le permite conocer de primera mano la realidad interna de la institución. «Buscamos siempre dinero para el club», cuenta.

El vestuario del CD Puerto Cruz es uno en el que cohabitan generaciones, desde adolescentes hasta veteranos como Kiko, ya una brújula para los más jóvenes. Ni discursos ni arengas épicas necesita el capitán portuense para inspirar. Su método es el ejemplo. «Ellos simplemente con ver cómo entreno, las ganas que le pongo…», comenta. El primero en pisar el campo, el primero en completar los ejercicios, el más meticuloso, el que nunca escatima un esfuerzo. Su actitud contagia. «Quiero que la gente lo vea para que digan: si Kiko está tirando, nosotros también tenemos que tirar», dice.

A sus 49 años, el ariete se ha labrado la admiración unánime de todos sus compañeros, que no solo lo buscan para descifrar claves futbolísticas, sino para empaparse de su forma de entender y vivir el deporte. «Alguno que viene me pide consejo: qué podemos hacer, qué no podemos hacer», relata sobre una faceta casi tutelar, tan valiosa como el gol que metió hace unas semanas.

Resulta inevitable hablar de los 50. En septiembre de 2026, Kiko Ratón cumplirá medio siglo. Para ello, tendría que alargar su carrera una temporada más. Se le pregunta si seguirá en activo. Él no lo descarta. «Llevo diciéndome lo mismo todos los años. Según acabe la temporada decido si voy a continuar o no», explica. La decisión la dicta el cuerpo, el ánimo, y también el contexto del club. «A día de hoy me veo capacitado para seguir disputando partidos», exterioriza. Empero, no hay dramatismo en su tono. Asume el portuense que el final llegará cuando deba llegar, cuando su cuerpo le diga «Kiko, ya está bien, que hasta aquí has llegado».

El gol, ese viejo conocido

Después de tantas temporadas a sus espaldas, cualquiera pensaría que marcar ya no produce el mismo cosquilleo. «Todo lo contrario», asegura Kiko Ratón. Para esta campaña 25/26 no se impone metas ni se obsesiona con cifras. «A estas alturas de la edad que tengo ya no me pongo número de goles ni mucho menos», reconoce. Su única ambición es seguir siendo útil al colectivo: «Meter todos los goles posibles para el club, ayudar lo que yo pueda y ya está».

El CD Puerto Cruz, su Puerto, pelea hoy por mantenerse en la zona templada de la Preferente. La permanencia es el objetivo del elenco que dirige Jairo Hernández. «Somos realistas, somos un equipo humilde, con un presupuesto bajo», admite Kiko, aunque enseguida matiza: «Si empezamos a enganchar victorias, no vamos a ser hipócritas, vamos a intentar luchar por otra cosa».

La prudencia es lógica, más aún si se observa el contexto del fútbol norteño, sumido en una etapa de claro retroceso. Con históricos como Icodense, Vera, Orotava o Realejos en Primera Regional, el mapa futbolístico del norte de Tenerife se resiente. Una decadencia que, como bien apunta el propio Ratón, está íntimamente ligada a los recursos: «El fútbol del norte está a la baja. Espero que esto cambie, que empiece a cambiar y que los equipos del norte empiecen a invertir y a mejorar lo que estamos haciendo».

Hablar de Kiko Ratón es hablar de tenacidad. Porque mientras muchos transitan el fútbol como una etapa, Kiko lo ha abrazado como un destino. Y así seguirá, mientras el cuerpo no le pase factura, mientras las piernas sigan respondiendo y su mentalidad le pida seguir persiguiendo un balón. Tal vez cruce la frontera de los 50 aún en activo, tal vez no. Pero lo que resulta innegociable es que, en el Puerto Cruz –y por extensión en todo el fútbol tinerfeño– su nombre ya forma parte de esa estirpe de futbolistas que no caducan.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents