Tenzul El Rosario

Raquetazo a las barreras

Fundado en 2006 y recién ascendido a Primera Nacional Plata, el conjunto de El Rosario se ha convertido en el primer club de Canarias en alcanzar la tercera categoría del bádminton nacional.

Cabrera celebra, junto a los jugadores y jugadoras del Tenzul, el campeonato de Nacional Bronce.  | EL DÍA

Cabrera celebra, junto a los jugadores y jugadoras del Tenzul, el campeonato de Nacional Bronce. | EL DÍA

Luisfer Cabeza

Santa Cruz de Tenerife

Un raquetazo a las barreras. Concretamente, a la deportiva, que marcaba la Primera Nacional Bronce como la categoría más alta en la que cualquier equipo canario había participado jamás. Al menos hasta que el Tenzul El Rosario despejó con un golpe ganador todos los complejos del bádminton del Archipiélago al proclamarse campeón –de forma invicta– y certificar su ascenso a Primera Nacional Plata, la tercera categoría de España (solo por debajo de Oro y División de Honor).

La trayectoria del Tenzul está íntimamente vinculada a la figura de Roberto Cabrera: fundador, presidente, entrenador... «y todo lo que haga falta, hasta encargado de las tareas administrativas», según explica él mismo. Maestro de educación infantil y primaria, Cabrera tuvo un primer contacto con el bádminton en su etapa infantil, pero no fue hasta los 23 cuando volvió a sujetar el mango de una raqueta. Y ya no lo soltó. Lo hizo porque, para completar su formación universitaria, se instruyó como monitor de bádminton. «Y me enganché», recuerda entusiasmado.

Vinculado a la zona costera de El Rosario por cuestiones laborales, Roberto comenzó a dar clases allá por el año 98. Allí, en las instalaciones del Club Jardín del Mar, empezó todo. «Empezamos en una cancha cubierta de squash en la que adaptamos una red. Luego pasamos a marcar la pista en una cancha de frontón y, cuando se construyó el pabellón de El Chorrillo, en 2006, conseguimos que el Ayuntamiento nos facilitase una serie de horas», relata Cabrera. Fue entonces cuando nació el Tenzul (Tenerife-Radazul).

Siendo el deporte del volante minoritario, por esa época ya crecía «bastante» el número de licencias. Así, el club tuvo una gran aceptación en la zona costera del municipio: Radazul, Tabaiba y El Chorrillo. Ayudó mucho, por supuesto, el efecto Carolina Marín, que catapultó a la fama al bádminton en España con su oro olímpico en Río de Janeiro. Y no ha perdido pulso, el Tenzul, pese al cataclismo que supuso la época covid. A día de hoy, mantiene cerca de 70 licencias. En la entidad, además, presumen del compromiso que encuentran en muchos de los jóvenes que se forman en el ahora denominado Pabellón Leticia Batista: «Hay niños que empezaron con 5 años y siguen vinculados». En la cúspide de la pirámide, el primer equipo. Solo dos años atrás se aventuraron a entrar en Liga Nacional: una permanencia y un ascenso a Plata.

El bádminton de equipo es un deporte mixto. Hay siete puntos por enfrentamiento: dos individuales masculinos, dos individuales femeninos, dobles masculino, dobles femenino y dobles mixto. En el Tenzul, dice su presidente y entrenador, los chicos y las chicas son «igual de buenos». «Si no, no podríamos haber competido tan bien. El mixto suele ser muy importante. Luego depende de los fichajes. Este año fichamos a un japonés y una inglesa. Terminamos invictos y fuimos campeones. Hemos hecho un equipo compacto. Ahora hay que verlas venir porque no estamos muy seguros de lo que nos vamos a encontrar. Dependerá de los fichajes que hagan el resto de equipos, pero es cierto que los dos clubes que habían subido la temporada pasa a Plata ascendieron este año a Oro. Eso te hace pensar que quizá no haya tanta diferencia».

Derribada la barrera deportiva, queda por delante un desafío aún más complicado: la visibilidad. «No voy a mentir. En su momento me preocupaba mucho por que salieran noticias del bádminton, pero cuesta mucho. Afortunadamente, muy poco a poco, hay un poco más de interés. La pena es que, por muy bien que lo hagamos, hay ciertos deportes que siempre estamos a la cola», concluye Cabrera. n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents