Culturismo
Un podio, un himno y una ausencia: la victoria más dura de Fernando Domínguez
El culturista tinerfeño se alza con el oro mundial en la categoría de Men´s Physique de más de 50 años mientras se enfrenta al duelo por la muerte de su hermano Iñaki

Iñaki y Fernando Domínguez, hermanos y compañeros de entrenamiento. / El Día

Salou. Podio. Himno español. Y un hombre solo: campeón, pero con dolor. Así se graba la escena más desgarradora y, a la vez, más hermosa de la carrera de Fernando Domínguez. A sus 53 años, este chicharrero –icono del culturismo natural en España– esculpe su nombre en la historia del Men’s Physique +50 al coronarse campeón del mundo. Es su victoria más dura y especial, la que comenzó en silencio dos semanas antes, con la repentina muerte de su hermano Iñaki.
«Él siempre estaba conmigo», recuerda Domínguez, que asegura que «nunca se sintió solo a lo largo de la competición». Iñaki, más que un hermano, era su «gemelo sin serlo». Cuando recibió la noticia del fallecimiento, llevaba medio año preparándose para el Mundial. Con la tentación real de tirar la toalla, Fernando «hizo de tripas corazón» y decidió transformar el duelo en fuerza. Lo hizo por Iñaki. «Tuve que enfrentarme a ese varapalo, tragármelo como fuera y tomar una decisión: seguir o rendirme. Pero como sabía lo orgulloso que él se sentía de mí, hice el esfuerzo», explica. Competir fue su forma de hablarle a Iñaki, de abrazarlo desde la tarima.
Cinta, la Senyera y el número 14
El campeonato se celebró bajo la INBA/PNBA, en colaboración con la Federación Catalana de Fisicoculturismo. Más de 300 personas de más de 70 países compitieron en 51 categorías. «El nivel era altísimo», resume Fernando, que reconoce tener una espiritualidad profunda. No es ajeno a las señales ni a los símbolos, y afirma haber encontrado muchos antes y durante la competición. «Siempre he pedido señales, tanto cuando falleció mi padre como ahora», comenta. En Salou, le asignaron el dorsal 23, número que para él tiene un arraigado significado espiritual: «es el número de los ángeles, el de la realización de los sueños».
En la habitación del hotel, otra señal: «Encontré una cerveza San Miguel en la nevera. San Miguel, el arcángel protector. Le dije a mi madre: esto es una señal de que vamos a celebrar algo». Y así fue. Celebraron. Con lágrimas y con el recuerdo de Iñaki, pero celebraron.

El campeón mundial posa con su medalla. / El Día
Aquel instante sobre el podio fue mucho más que una victoria. En una tierra con tal componente identitario como Cataluña, el eco del himno español retumbó con fuerza luego de la victoria del tinerfeño. «Éramos solo dos atletas de España; el resto competía bajo la bandera de Cataluña. Y allí, en medio de ese escenario, suena el himno español… Fue muy emocionante», relata Fernando.
En su maleta no solo viajaban prendas de competición ni rutinas ensayadas al milímetro. Llevaba algo más valioso. Y más íntimo. En el bolsillo del pantalón, como un amuleto secreto, guardaba una cinta con los colores de la Senyera y el número 14 bordado, el dorsal talismán de su hermano y con el que Fernando Alonso se proclamó campeón del mundo de karting. Iñaki era devoto incondicional del asturiano. «Todo eso me dio una energía especial», confiesa.
«Por él y para él»
Al ser preguntado por un mensaje para quienes han perdido a un ser querido y deben seguir luchando por sus objetivos, Fernando ofrece un repertorio de frases que suenan a consigna. Habla de cómo, incluso en plena fase de duelo, no abandonó su constancia: comía, entrenaba y descansaba. Para él, el cuerpo es un templo, y su mantenimiento, una forma de respeto.
«El que tú dejes de comer o de dormir no va a solucionar el problema», afirma con la conciencia que solo da la experiencia. «Estar deprimido no es incompatible con seguir cuidándote», añade.
Muchos se refugian en fármacos, en la negación o incluso en drogas tras una pérdida. Fernando, en cambio, se acoge a la constancia. Cada entrenamiento, cada comida medida, cada rutina fue su forma de resistir y avanzar sin traicionar su propósito ni su vínculo con Iñaki. Su mantra: «Por él y para él».
Cuerpo, mente y espíritu
El tinerfeño no esquiva las emociones. Las integra. Por eso su mensaje para quienes atraviesan un duelo es que «la única manera de afrontarlo es trabajando la higiene corporal». Frente a los medicamentos o las adicciones, el atleta santacrucero propone disciplina, organización y cuidado personal.
También habla de los Navy SEAL, de los SAS, de las fuerzas especiales, donde «lo primero que se trabaja es la fortaleza mental. Y eso va de la mano del ejercicio». «Si estás acostumbrado al dolor físico, a controlar lo que comes, a dormir bien, a entrenar… todo eso te ayuda a superar mucho mejor una pérdida que recurriendo a ayudas químicas», afirma.
Ese es su fundamento. Más allá de las medallas, Fernando transmite una filosofía integral. Para él, el culto al cuerpo no es vanidad, es higiene. «No son modas. El ejercicio no es una moda», insiste. Considera que el gran problema de nuestra sociedad es la desconexión entre cuerpo, mente y espíritu, y defiende trabajarlos como una unidad.
30 años esculpiendo la disciplina
Critica duramente los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, especialmente en Canarias, donde «los índices de obesidad infantil y diabetes tipo 2 son vergonzosos». Para él, el entrenamiento con pesas es medicina preventiva, una inversión en salud, una vía para evitar «la sarcopenia, la artrosis o el infarto de miocardio».
«El cuerpo es la carcasa que tienes y hay que cuidarlo», afirma. No come por placer, sino por necesidad. «Hay que nutrir la maquinaria. Y tú a tu coche no le echas clipper de fresa, le echas gasolina de la mejor pureza», dice.
Lleva 30 años compitiendo, pero aún más tiempo en movimiento. Ha practicado surf, escalada, natación, skate, gimnasia y artes marciales. «Hay que probar hasta encontrar lo que te gusta», explica. Por eso insiste: «No todo el mundo tiene que hacer lo mismo, pero sí debe encontrar su fórmula». En su experiencia, esa búsqueda del equilibrio físico-emocional es la que lo mantiene joven, centrado e invulnerable.
Predicar con el ejemplo
Fernando ha ganado todo lo ganable en España: el Open Fit Form, el Fitness Fibo, el Olimpia nacional, campeonatos de Europa y subcampeonatos en el Mister Universo. Pero prefiere predicar con el ejemplo: «Las medallas las meto en un armario y lo cierro», dice. «La edad es una excusa», «las limitaciones se las pone cada uno» o «la diferencia es la constancia» son algunos de sus mantras.
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