La decisión más difícil de Willy Barroso: "No me voy del CD Marino para fichar por otro equipo; primero este club y después todo lo demás"

El entrenador explica los motivos de su salida del combinado aronero después de una temporada notable que se saldó con un histórico triunfo en la Copa Heliodoro

Willy Barroso presume de sus éxitos al frente del CD Marino.

Willy Barroso presume de sus éxitos al frente del CD Marino. / CD Marino

Santa Cruz de Tenerife

Habían pasado ya 13 jornadas de la temporada 23/24 cuando el CD Marino, club histórico de la Tercera Canaria con experiencia reciente en Segunda B, sumaba solo 8 puntos de los primeros 39 en juego. Entonces, Constantino Tirado presentó su dimisión y la entidad presidida por Paco Santamaría se puso manos a la obra para encontrar a un técnico lo suficientemente capacitado como para revertir la situación clasificatoria y lo suficientemente comprometido como para coger a un equipo que, por pronto que fuera, parecía irremediablemente encaminado hacia la categoría Preferente.

Ese mes de diciembre, Jesús Bruno González Barroso, conocido en el fútbol de las Islas como Willy Barroso, asumió una responsabilidad que muy pocos adiestradores de su prestigio en Tercera hubieran aceptado. Tal y como cuenta ahora el protagonista, “había que hacer 40 puntos, cuatro cada dos jornadas, que son números de 'playoff'”. “Y lo conseguimos. Yo le doy más mérito a lo que se hizo la temporada pasada que a esta última. Había que levantar a un equipo que había perdido la confianza y en nuestro campo, por ejemplo, solo pudo ganar el Tenerife B, que fue campeón”, recuerda orgulloso el entrenador.

Su segunda etapa

Para Barroso, que había abandonado por voluntad propia el banquillo del Antonio Domínguez 12 años antes -unos meses después de comandar el ascenso a Segunda B tras una campaña histórica con doblete incluido-, aquel desafío trascendió de lo profesional. “En la etapa de Segunda B salí bien porque el club contaba conmigo, pero la situación deportiva era difícil. Di un paso a un lado porque pensaba que quizá se producía una reacción, aunque finalmente no fue así”. El Marino acabó descendido y Barroso, con el tiempo, dirigiendo a clubes como Buzanada, Ibarra o Las Zocas.

Ya en verano de 2024, y una vez certificada la histórica salvación, entrenador y club alargaron su compromiso por una campaña más. El Marino de la 24/25 acabó no solo salvándose con holgura, sino que llegó a liderar la categoría en el arranque de la competición y estar entre los ocho mejores equipos desde la primera jornada a la última. Además, el combinado aronero conquistó la tercera Copa Heliodoro de su historia en una final impecable en la que tumbó al Tenerife C. Nadie imaginaba, en esa gloriosa tarde de fútbol en Los Cuartos, que Willy Barroso se estaba despidiendo del Marino, del equipo de su vida. Solo lo sabían su mujer y él.

Una marcha inesperada

La sorpresa fue mayúscula también para Santamaría y Alejandro González, 'Lea', quienes fueron citados por el entrenador para una reunión apenas tres días después de la gesta. “Ellos no se esperaban que les comunicara que me marchaba. Lo había meditado mucho y la decisión estaba tomada. Aunque hubiésemos jugado 'playoff' o ascendido. Si uno se dedicara solo al fútbol, puede ser, pero no es el caso. El trabajo (porque entrenar es un 'hobby' remunerado) el fútbol, mis hijos, mi mujer... este año se me hizo un poco largo. Lo hice por eso, por descansar y poder disfrutar de mis hijos. Llevaba un tiempo un poco agobiado y por eso decidimos tomar un año para recargar pilas”, justifica el preparador saliente.

En ese encuentro, y tras serle comunicada la decisión de no continuar, el propio Santamaría reaccionó de la misma manera que cualquiera lo hubiera hecho en su lugar. “¿Es que te vas a otro club?”, cuestionó resignado el dirigente. “Presi, yo no me voy del Marino para irme a otro club. Primero el Marino y después todo lo demás”, contestó Barroso. Parar, eso sí, va a ser difícil. Habrá “gusanillo” cuando ruede el balón a finales de verano.

Willy Barroso posa junto a Paco Santamaría, presidente del CD Marino.

Willy Barroso posa junto a Paco Santamaría, presidente del CD Marino. / CD Marino

El 'no' más complicado

Y es que la historia entre técnico y la entidad se remonta a muchos años atrás. Por eso fue “muy difícil decirle no al Marino”. “Yo empecé en ese club a los nueve años y allí he pasado por todas las facetas: jugador, jugador-entrenador, director deportivo, coordinador, segundo entrenador... es que ese club lo he mamado desde niño. Por eso te cuesta más decir que no, porque es el club de tu vida. La decisión fue la correcta en el momento correcto”, relata el entrenador.

Para el recuerdo quedará el inspirador discurso de Willy a sus futbolistas en la previa de la final de la Copa, cuando apeló a la grandeza del Marino con un discurso que le “salió de dentro porque no estaba preparado”. “·Les dije a los chicos que le dieran al momento la importancia que tenía. El Marino es un club histórico y ganar la Copa Heliodoro, yo lo sé porque lo viví de niño, tenían que sentirlo. Íbamos a pasar a la historia. Hacerlo por la gente que estaba, por la que no pudo ir, por muchos familiares por los chicos de la base, que son sus ídolos. Son discursos que uno da con el corazón, con el alma. Quizá lo transmití bien, porque el equipo salió muy enchufado desde el primer minuto”, explica ahora Barroso.

La fiesta, lejos del Rodríguez López

La fiesta de vivir una final de Copa, un torneo “siempre especial”, quedó esta vez “devaluada” por “sacarla del Rodríguez López”. Pese a ello, la organización “fue magnífica” y el ambiente estuvo a la altura porque “si había más de 1.000 personas, el 90% era del Marino”. “Llevamos cuatro guaguas, hubo gente que fue por su cuenta, la ilusión de los días previos... y la fiesta de después de ganarla. Llevar el trofeo a nuestra gente, llegar al pueblo y encontrarnos con la gente que no pudo estar”, relata ahora el míster.

Su marcha, un secreto con el que convivió durante un mes y cuya condición solicitó mantener el club durante unos días más, se escenificó con un bonito vídeo que difundió el Marino en redes. Barroso tomó asiento delante de una mesa con los trofeos que ha conquistado en sus dos etapas al frente de la entidad y se despidió con un discurso que encontró el equilibrio perfecto entre ternura y entereza. Tal fue la sorpresa, que al leer el encabezado de “Comunicado oficial: Willy Barroso”, muchos pensaron que estaba por confirmarse su renovación.

El cariño de un 'maestro'

Comenzó ahí una oleada de mensajes. “Muchísimos mensajes”. De amigos, colegas de profesión y de los que habían sido sus propios futbolistas. “Puedo nombrar a muchos: Quico de Diego, Francis Díaz, Fabián Rivero, Mazinho, Santana, Machín, Adolfo... A mí, el que más ilusión me hizo fue el de Pacuco Rosales, que para mí fue un maestro, alguien que hizo mucho por el fútbol canario, por equipos como Las Palmas, Vecindario, Mensajero o Tenisca. Me hizo mucha ilusión recibir su llamada. Estuvimos más de una hora hablando. Me llena de orgullo haber recibido tantos mensajes. El fútbol también te deja eso”, concluye el protagonista.  

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