Receta de campeón para un regreso a lo grande

El Tenisca ya es de Tercera. Se demoró una semana de más el firmar una alegría que ya era un secreto a voces en el barrio de Mirca. Sin ser el escenario soñado, ni para los jugadores ni para su gente, que querían un desenlace en directo, con olor a césped y la celebración propia de un ascenso, llegó la noticia desde la distancia, virtualmente y dos días antes. El empate del I’Gara (3-3 ante el Marino B) hacía inalcanzables a los palmeros en la clasificación.

Para el domingo quedaba la fiesta y Mirca se vestía de gala para un 2-0 ante el Tacoronte que puso la guinda. Tres cursos después de romper la racha de haber sido –hasta el término de la 21/22– la única entidad en competir en todas las ediciones de Tercera, el Tenisca vuelve al lugar de donde nunca debió marchar. Y lo hace a lo grande.

Se ha ganado su regreso a golpe de sudor y alma. «Con mucho trabajo y pasión», sintetiza Ceire Vargas, el capitán desde el banquillo. Regularidad de hierro y convicción de acero desde el primer pitido inicial de un equipo que tenía claro que quería ascender. No hubo, como recalca su míster, «una semana en la que bajasen los brazos». Ni siquiera cuando la pasada jornada, con el ascenso en el bolsillo, tocara seguir honrando el escudo y la categoría.

«Intentamos centrarnos en el partido», explica Ceire. Regularidad, concentración y responsabilidad resumen la filosofía de una plantilla sin fisuras, que no dejó lugar para la duda ni para el error. Campeón indiscutible, el Tenisca se despide de la Preferente tras sacarle 23 puntos al segundo.

«Aspirar a lo máximo»

El ascenso no cierra un capítulo; más bien abre uno nuevo: el de intentar «aspirar a lo máximo» en Tercera División. Eso, sin despegar los pies del suelo. Se le viene al cuadro de La Palma una categoría de competencia brava, con un «nivel económico de muchos clubes muy alto». Pero en Mirca late algo que no se compra: identidad.

No duda Ceire en que «el club, con la ayuda de su masa social y de las instituciones, puede armar un equipo competitivo». Librada la primera batalla, ahora la guerra va de crecer. «No vamos a dejar de soñar por estar en los puestos altos», asiente con la firmeza de quien entiende que lo mejor –y lo más duro– está por escribirse.

De momento, ya han conquistado algo muy valioso: el tiempo. «Tener el objetivo cumplido antes de acabar la liga nos permite planificar con semanas de antelación», explica el técnico, que se muestra cauto sobre su futuro al frente de la entidad: «Hay una toma de contacto, pero todavía no es el momento de hablar de eso». Pase lo que pase, «siga o no siga», Ceire será «un aficionado más del Tenisca». n