De jugar con Bellingham y Musiala a renacer en el Ibarra

Kevin González, Kego, mejor jugador de la academia del Crystal Palace en 2017, vio cómo unos informes negativos bloquearon su ascenso, y ahora encuentra en el club tinerfeño la oportunidad para relanzar su carrera

Diego Maradona Jr. (i) y Kevin González Kego posan con la camiseta de la UD Ibarra.

Diego Maradona Jr. (i) y Kevin González Kego posan con la camiseta de la UD Ibarra. / El Día

Bruno Sánchez

Bruno Sánchez

Santa Cruz de Tenerife

Nacido en Inglaterra, la historia de Kevin González, Kego, es la de un talento precoz que pasó de brillar en las calles de Londres a convertirse en la gran promesa del Crystal Palace –destinado a triunfar en la Premier League–, pero que vio su carrera truncada por circunstancias ajenas a su talento.

Hoy, con la UD Ibarra como nuevo escenario, el balón le brinda una segunda oportunidad al joven de 22 años que no piensa dejar escapar. 

«Comencé a los 7 años jugando en la calle con mi papá», evoca el jugador. Su talento, casi innato, no pasó desapercibido, y el Crystal Palace, con ojos de cazador, lo reclutó cuando aún era un niño. Con 8 años, Kego, de padres colombianos, ingresó en la academia del club londinense, donde, a los 15, ya entrenaba «con los mayores».

A esa misma edad, compartía vestuario en las inferiores de Inglaterra con prospectos que más tarde brillarían en el firmamento futbolístico, como Jude Bellingham, Jamal Musiala o Harvey Elliott.

Callejón sin salida

Empero, el destino se cebaría con su carrera. «Los agentes me decían que los cuerpos técnicos del Crystal Palace estaban hablando mal de mí», confiesa. Y, por razones que aún se desconocen, el club londinense, que en 2017 le nombró mejor jugador de su academia, le cerró sus puertas, envió informes negativos a otros equipos que lo querían y lo arrastraron a un callejón sin salida. 

Kego, con el Crystal Palace.

Kego, con el Crystal Palace. / El Día

Como si no fuera suficiente, su madre cayó gravemente enferma, y la familia se mudó cerca del hospital donde ella recibía tratamiento. Así, el internacional por Colombia Sub 17 se vio obligado a dejar atrás sus sueños por un bien mayor. Debía ayudar a su familia.

«A veces lo pensé, porque mentalmente era muy difícil. Y a veces uno se encuentra solo», admite sobre la posibilidad de dejar definitivamente el fútbol

Motivación para volver

Kego comparte que la salud de su madre ha mejorado considerablemente y que ha encontrado la motivación para volver a jugar. «Ahora lo que me motiva son muchas cosas, como que mi mamá ya está mejor, gracias a dios. Ahora estoy mentalmente muy bien, y también físicamente», afirma.

Kego, que estuvo recientemente en Tenerife conociendo a sus nuevos compañeros, pero ahora se encuentra en Inglaterra resolviendo los trámites de su visado, espera regresar a la Isla «la próxima semana» con la mirada fija en contribuir al sueño del equipo de El Fraile, que lucha por el ascenso a la Segunda Federación.

«Tengo que trabajar duro, tengo a unos compañeros que son muy buenos, y el técnico también espera mucho de mí», verbaliza.

Maradona Jr.

Ese técnico no es otro que Diego Maradona Jr, a quien Kego profiere admiración: «Hablé con él, me llamó. Es una muy buena persona, muy humilde. Es un crack».

«Si Dios quiere que todas las cosas salgan bien, yo tengo metas muy grandes». Pese a haber navegado por un mar de adversidades, Kego ha mantenido el timón firme. Y, como cualquier joven, su mirada se eleva hacia nuevos horizontes, hacia sueños. El más grande de todos, «jugar un mundial con Colombia».

Pero, por ahora, su brújula apunta al presente, al Ibarra. «Iré paso a paso. Lo primero de todo es que quiero enfocarme aquí». El fútbol le ha ofrecido una nueva oportunidad. Y Kevin González, Kego, no piensa dejarla escapar.

«Llegará a ser futbolista profesional»

«Va a dar que hablar porque va a llegar a ser futbolista profesional». Ito Toledo, director deportivo del Ibarra y encargado de tramitar el fichaje de Kego, no duda sobre el talento del jugador londinense. «Nos puede venir como anillo al dedo para ayudarnos a lograr el objetivo», añade.

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