El último hito de Pedri

El teguestero es el primer tinerfeño nacido en este siglo que firma 100 partidos en la máxima categoría

A su edad ya suma títulos y es referente del nuevo FC Barcelona

Pedri, con una camiseta del FC Barcelona.

Pedri, con una camiseta del FC Barcelona. / FCB

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Santa Cruz de Tenerife

«¡Bésame hasta que Tegueste tenga playa!», puede leerse en una de las paredes más célebres del municipio. No hay confirmación alguna sobre la relación entre el contenido de la pintada y la pifia monumental del reportero de televisión que ubicó un día a Pedri González en las playas (inexistentes) del pueblo donde nació.

Pues bien, de momento el beso que se prolonga mientras no haya playa se presume tan largo como la carrera del tinerfeño del FC Barcelona, dispuesto a enterrar para siempre las lesiones y a extremar los cuidados para hacer longeva su trayectoria.

El pasado sábado firmó en Mestalla un logro al alcance de muy pocos y se erigió en el primer tinerfeño del siglo en hacerse centenario en Primera. Solo otros 36 jugadores nacidos en la isla del Teide lo habían logrado antes que él, muchos de ellos incluso antes de que Pedri naciera.

Desgracias aparte –la última fue la entrada caníbal de Kroos en el Alemania-España de la Eurocopa–, González López ha rubricado una irrupción extraordinaria en el mapamundi del fútbol. Un trofeo Golden Boy (distinción al jugador más joven) en su primera gran cita internacional, un entorchado de plata en la segunda (fue medallista en los Juegos Olímpicos) y un oro en la tercera, aunque fuese sin poder disputar los partidos finales de la memorable competición que completó España en Alemania este mismo verano.

Todo eso, con la selección. Con el Barça van 100 y se espera que pronto muchos más partidos. Su aparición en Valencia demuestra que está Pedri plenamente rehabilitado y listo para ser protagonista. A su temprana edad se ha erigido el teguestero en una guía y referente para un proyecto donde ya tiene sitio de realce, faro para los canteranos que emergen y jugador a vigilar por los rivales que le temen.

Al tinerfeño de estatura corta e inteligencia larga se le iluminan los ojos cuando le recuerdan sus orígenes, su ADN canario, su acento -que no ha cambiado- y por supuesto su forma de ser, que es la misma que le descubrieron sus amigos de aquí y sus compañeros de siempre. Porque Pedri es igual qe antes: todo talento, todo normalidad. Era extraordinariamente joven cuando halló su propio sitio en la historia del deporte canario con una medalla olímpica (con 18 años, ocho meses y 26 días) y ahora, solo un par de temporadas después, se ubica casi a la par que otros jugadores isleños con vasto recorrido en Primera: Omar Mascarell, Omar Ramos, Ayoze Díaz... Un tiempo más falta para que alcance a Ángel, o a Pedro, el tocayo barcelonista del que sigue los pasos.

Hasta el momento Pedri había imantado la atracción del fútbol mundial por su talento con la pelota, por su precocidad (porque llega antes a todos lados), por su capacidad para ser decisivo en las grandes ocasiones y eventos, y también por los elogios superlativos de compañeros y entrenadores. Que igual hablaba maravillas de él Luis Enrique que Diego Latorre, Gary Lineker o Andrés Iniesta. Ahora, ya los números le avalan como futbolista importante. Acaparador de títulos (ya lleva tres de los importantes) y conquistador por méritos propios de una plaza para siempre en el llamado club de los cien.

El ojo clínico de Jony Vega

Para entender la llegada de Pedri al Barça antes hay que fijarse en la forma en que arribó a Las Palmas, equipo clave en su progresión con un papel protagonista de Pepe Mel, el entrenador que le dio carrete. El responsable de su captación para los amarillos fue Jony Vega, ahora al frente del área de Cantera del CD Tenerife. «Me llegó un rumor por Juan Carlos Torres, que era el entrenador de Pedri en ese momento en el infantil del Juventud Laguna. Tenía un mediapunta con unas condiciones fuera de lo común. Y fuimos a ver al futbolista ya siendo cadete de primer año. Vimos que había un buen talento, era un futbolista que para la edad que tenía estaba por encima de la media», recuerda Vega.

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