El Mensajero volvió al Silvestre Carrillo para estrenar su renovado césped artificial, pero no fue capaz de cortar con su mala racha y brindar a su afición la primera alegría en la Segunda RFEF.

Primeros compases intensos en los que el Villanovense trató de hacerse con el dominio ante un correoso equipo de Josu Uribe. El Mensajero apostó por las penetraciones por las bandas y dispuso de uno de sus primeros acercamientos al cuarto de hora cuando Borjas remató un centro de Martínez.

En el 25’, el Mensajero sufrió su primer mazazo al señalar el colegiado una rigurosa pena máxima que se encargó de materializarla Mario González. Con el marcador en contra, los rojinegros no se vinieron abajo y trataron de reaccionar. La afición palmera reclamó un penalti sobre Borjas Martín, pero el trencilla no la concedió.

Poco después, Óscar González se deslizó por el renovado césped para evitar, bajo la línea de meta, el segundo tanto de los de Villanueva tras una acción de Hurtado. A continuación, el propio defensor rojinegro se sacó un disparo que no encontró la portería.

El Mensajero empujaba en busca de la igualada y Maxi Mayol lo intentó con un chut que se fue fuera. Los de Josu Uribe trataron de igualar la contienda antes del descanso, pero los palmeros se encontraron enfrente con un sólido equipo de Gus que controló los tiempos del juego para llegar al paso por vestuarios mandando en el Silvestre Carrillo.

Tras la reanudación, el Mensajero se mostró incisivo, pero se encontró con su segundo tanto en contra al aprovechar los extremeños un error de Mayol para lanzar una rápida contra que sería definida, en última instancia, por Fuentes, tras un rechace de Padilla.

Con desventaja de dos tantos en el marcador, el Mensajero no bajó los brazos y trató de meterse de lleno en la lucha por el partido. La parroquia rojinegra reclamó con insistencia una posible mano dentro del área extremeña, pero el colegiado no vio nada punible y decidió que el partido continuara sin consecuencias. Además, los palmeros buscaron su primer tanto, en especial con sendas intentonas del herreño Ruymán Arteaga.

A los de Uribe le costaba superar la muralla de un Villanovense muy expeditivo. Sin embargo, en los últimos diez minutos, se reengancharon al encuentro al definir Borjas Martín un penalti cometido sobre el brasileño Edu Salles y que se coló en la portería visitante con suspense después de que llegara a tocarlo Álex Lázaro.

El Mensajero se fue con todo a por la igualada, pero tuvo ante sí a un seguro rival que tiró de oficio para impedir que los isleños rescatar un punto en su vuelta al remozado Silvestre Carrillo.

Uribe: «Un arbitraje muy peninsular»

Josu Uribe terminó dolido con el árbitro: «Es de locos. El penalti lo pita con una rigurosidad de la hostia y luego hay dos manos clarísimas. Tenemos nuestras limitaciones y vamos últimos, pero que se rían así de nosotros... Asumo mis errores, pero ha sido un arbitraje muy peninsular».