Guaguas-Cisneros, vuelve 'el derbi de los dos saques'

El regreso del Cisneros Alter a la élite del voley nacional lleva aparejada, para el club lagunero, la recuperación de los duelos de máxima rivalidad con el Guaguas Las Palmas. Como a finales de los 80 y principios de los 90, la condición de máximo favorito es para el cuadro amarillo. Ahora queda por rescatar la pasión con la que se vivieron casi todos esos duelos... algunos incluso a punto de avivar el pleito insular.

Los últimos dos antecedente del choque que hoy reeditan Cisneros Alter y Guaguas (12:00 horas, Centro Insular) datan del 19 de febrero y 28 de enero (triunfo grancanario en ambos por 3-0) de 1995, ya dentro de la liguilla por el título de aquella temporada. Sin embargo, solo unas semanas antes, el 7 de enero de aquel año, hubo un momento caliente entre ambos conjuntos con motivo de otro choque jugado en el Centro Insular.

El Cisneros llegaba a ese duelo necesitado de hacerle al menos un set al Pepsi Gran Canaria (nombre comercial entonces del ahora Guaguas) para seguir con opciones de meterse en la fase por el campeonato. El 15-2 del primer set y el 15-8 de la segunda manga no eran nada halagüeños. "Nos pasaron por encima", recuerda el ahora presidente cisnerista Tomy López, y jugador en aquel choque.

Sin embargo, el cuadro de Valle Tabares encontró, casi sin querer, una rendija de la que llevarse el botín que buscaba. "En aquella época se permitía una segunda opción de saque si al lanzar el balón al aire lo dejabas caer sin tocarlo. Lo hicimos una vez y vimos que Venancio Costa empezó a mosquearse. Y la segunda vez que ocurrió, pues más todavía, al igual que sus compañeros", recuerda López.

"Entonces recibimos la indicación de hacer siempre lo mismo", admite López sobre una triquiñuela que dio resultado: 11-15. "Creo que incluso su presidente, Juan Ruiz [aún hoy en el cargo], llegó a bajar a la cancha a quejarse", añade la misma fuente. El Pepsi salió de la trampa, cambió la dinámica y se hizo con el partido (15-5). La supuesta polémica, sin embargo, no quedó ahí.

A los pocos días la junta directiva del Cisneros, encabezada por Antonio López Bonillo, denunciaba amenazas del vicepresidente y gerente del CV Gran Canaria, Antonio Benítez, de dejarse perder en el último partido de la fase previa ante el Larsa Vigo, una derrota que dejaría al club lagunero fuera de la lucha por el título. Según el portavoz del Cisneros, "el vicepresidente grancanario les dijo que no se olvidaran que el próximo sábado iban a jugar en Vigo y que no tenían ningún interés en ganar ese encuentro", porque ya estaban clasificados, "por lo que reservarían a los titulares para la Copa de Europa", reza el recorte de prensa de aquella época.

El Cisneros acabó cuarto... y bajó

Dichas declaraciones tuvieron respuesta inmediata por parte del Pepsi, que en un comunicado sí admitió que "la actitud de provocación y desprecio de los jugadores cisneristas no era la indicada teniendo en cuenta que dependen del Pepsi Gran Canaria para su clasificación". A la vez, el club amarillo aclaró que era su "norma ganar todos los partidos oficiales o amistosos", y añadió sus preferencias por la clasificación del Cisneros, lo que les suponía "un ahorro de más de 800.000 pesetas".

Aquel cruce de declaraciones quedó en nada, ya que el Cisneros venció al Catalonia, y el Pepsi le hizo dos sets al Larsa, que necesitaba ganar 3-0. Los dos conjuntos isleños se plantaron en la fase por el título. Los grancanarios fueron subcampeones y los de Valle Tabares finalizaron cuartos, si bien ese verano acabaron renunciando, por motivos económicos, a alargar una presencia en la élite que alcanzó las 12 temporadas consecutivas. Hoy, de nuevo con el Centro Insular como testigo, y con los dos clubes habiendo ganado en la jornada inaugural de la Superliga, regresa un derbi regional que siempre tuvo mucha chispa.