El capitán del gol en Polonia se llama Erik, se expresa con un acento canario indisimulable y hace años que exhibe mañas de futbolista grande. Su actual versión es la evolución del niño que se crio en el Unión La Paz, el Verdellada y sobre todo el Atlético Barranco Hondo, paso previo a un largo periplo por clubes lejos de su Tenerife natal: el Atlético Malagueño, Las Palmas o el Córdoba. En ninguno triunfó tanto como sí en el Slask Wroclaw, su club actual, donde cumple su quinta (y parece que última) temporada en Polonia.
El apelativo «capitán del gol» le viene como anillo al dedo. Primero, porque este verano acaban de darle galones y brazalete; y segundo, porque ve portería a cada rato. Se le caen los goles al chicharrero, que suma ocho en seis partidos, comanda la clasificación del Pichichi de aquel país y tiene ajetreado a su representante, que no para de recibir llamadas y atender reuniones. Habrá cola para ficharle en verano, cuando acaba contrato y tendrá que elegir. De momento, no quiere distracciones.
«La verdad es que no me puedo quejar. Estoy muy contento porque el equipo está funcionando. Quieras o no, eso me ayuda mucho a nivel individual», cuenta desde una humildad proverbial, que caracteriza cada uno de sus pasos y decisiones. Le ha costado un mundo llegar adonde está, así que valora el proceso, el camino y sobre todo el aprendizaje. «Cuando empezamos la pretemporada teníamos desde el primer momento muy claro que no podíamos repetir los resultados del año pasado, que casi descendemos. Desde el primer momento lo hablamos y el míster me dio mucha fuerza cuando me nombró capitán. Es un honor llevar el brazalete, voy a hacer mi quinto año aquí y ya es como mi segunda casa», describe Expósito, quien suma más goles que partidos jugados.
«Espero que las cosas sian igual de bien. Siempre trato de dar lo mejor de mí, obviamente hay momentos que al delantero no le entran los goles;pero cuando no es con acierto, que sea con asistencias o trabajo en equipo. Lo más importante es poner mi granito de arena para los logros colectivos», enuncia, siempre anteponiendo lo grupal a lo individual.
«Mi propósito es dar el máximo de mí y que al final de temporada se vean los resultados del trabajo diario. Quiero demostrar que soy buen delantero y que estoy capacitado para estar en lo alto de la tabla de goleadores, pero no va a ser fácil. Además, la temporada no ha hecho sino comenzar», apunta. No es su primer año con el gatillo fácil, ni tampoco es casualidad que su nombre aparezca entre las grandes figuras de su liga. Los grandes diarios deportivos polacos le dedican adjetivos superlativos y su imagen abre portadas. Es la culminación de un proceso que arrancó con dificultades, por ejemplo con el idioma.
«Ya con el inglés no hay problema. El polaco lo domino en cuanto a terminología futbolística, pero hay palabras que se me atragantan. Entender sí;hablar con fluidez ya es otra. Pero sí que estoy adaptado plenamente al entorno y a la ciudad», afirma el nuevo ídolo de la afición del Wroclaw, una bella ciudad al oeste del país, a orillas del río Oder y con una población de unos 640.000 habitantes. Muchos de ellos hinchas del Slask, muchos de ellos seguidores de Expósito.
Asignatura pendiente
«Terminaba mi contrato en Las Palmas y en ningún momento se habló de renovación. Fue así como surgió la opción de ir fuera. Yo nunca había salido de España y para mí era un paso adelante en mi carrera. Me decidí, vine y gracias al apoyo de mi pareja y de mi entorno, todo ha sido más sencillo. No me arrepiento de ninguna de las decisiones que he tomado y estoy muy orgulloso de esta etapa que me ha valido para crecer», cuenta cuando se le pregunta qué hace un hombre como él en un sitio como Polonia.
«Quiero demostrarme a mí mismo que puedo seguir creciendo; iré donde me quieran y me valoran. Decidiré un destino donde haya mutua confianza», afirma cuando se le pregunta por su próxima estación. Que podría ser en España. «Es mi asignatura pendiente porque en Córdoba no di la mejor de mis versiones. ¿Por qué no volver?», se pregunta en voz alta, antes de elogiar los cambios «a mejor»en el Tenerife. «Los ve todo el mundo;y por supuesto me encantaría escucharles». Dicho queda.