El Tenerife Echeyde sumó otra derrota en el Grupo E de la Eurocopa, esta vez ante el anfitrión Panionios GSS por 5-15, un encuentro que será recordado, no ya solo por la superioridad helena, que así lo demostró, sino por la pareja arbitral conformada por el serbio Vuk Milovic y el rumano George Balanescu, que apuntaló a los locales, ayer vestidos de visitantes.
Y lo hicieron de forma sibilina, cortando el ritmo del partido a los tinerfeños en todas las fases del encuentro y mermando sistemáticamente su defensa en un sin vivir de exclusiones. Como muestra un botón: 17 exclusiones frente a 12 al final del encuentro, pero antes, tras los dos primeros minutos del último cuarto iban 16/8. Ver para creer, una sola en contra y un Tenerife Echeyde que acabó completamente desquiciado.
Pero no iba a quedar la cosa ahí, ya que en ataque sumó un total de nueve contrafaltas. A todo ello se le sumó que los santacruceros nunca tuvieron una buena circulación de balón, lo que permitió continuos contragolpes de los helenos, pero precisamente que existieran esas nueve contrafaltas y la presión del rival hizo que nunca cogiera el ritmo del partido, lo que le hubiese permitido competir.
El Panionios demostró una gran superioridad sobre los tinerfeños, pero en ningún caso necesitaba tal descompensación en el juego provocado por la pareja arbitral, siendo el equipo anfitrión de la sede de la Eurocopa de Atenas.
En cuanto al partido se refiere, ya dentro de los dos primeros minutos el Echeyde, como no podía ser de otra manera, acumulaba dos exclusiones, lo que le permitió al Panionios sumar dos goles seguidos, uno de Ukropina y otro de Gounas (de penalti). Y ya se adivinaba un run-run cuando la defensa griega quedaba impune en los ataques tinerfeños. Buena defensa, pero una dureza increíblemente permitida.
No obstante y cuando parecían algo noqueados los de Albert Español, que no jugó guardándose para el encuentro de este sábado ante el Hannover (08:00 horas), apareció la figura de Mees Keuning metiendo un gol desde el boya (1-2, 2:58). Este tanto dio alas a los tinerfeños que subieron líneas e igualaron en encuentro, aunque nunca llegaron a estar cómodos en ataque.
En el segundo parcial, el Echeyde siguió igualando la intensidad helena, aunque fue Ukropina el que logró el premio, rápidamente contestado por el estadounidense Ashworth Molthen, el mejor de los tinerfeños ayer (2-3, 5:26).
Con posterioridad, tres goles seguidos del Panionios dejaron sentenciado el encuentro antes del descanso viendo solo por la dinámica exhibida por uno y otro contendiente (2-6). A eso se le sumó que ya el Echeyde había sido castigado con nueve exclusiones y seis contrafaltas, ante el cabreo generalizado del banquillo isleño.
En la reanudación, despiporre griego en la piscina y en la grada y el Echeyde sufriendo a unos árbitros que le quitaron la opción de competir, dejándole completamente desquiciado por sus decisiones, acabando el acto con un 2-10 que dejaba las cosas claras (0-4 de parcial).
En el último juego misteriosamente los árbitros escondieron el pito, los helenos a lo suyo y el Tenerife metiendo tres goles, dos de Ash y otro del joven de 16 años Sergio Prunell desde el 1, acabándose una tortura de partido (5-15).