Entrevista | José Ángel Herrera Entrenador de la UD Granadilla Tenerife

«Fuera nos ven como un club que hace mucho con muy poco»

«La mejora de las instalaciones es la asignatura pendiente. Es cansino luchar y no saber qué va a pasar», afirma

José Ángel Herrera.

José Ángel Herrera. / LaLiga

Julio Ruiz

Julio Ruiz

José Ángel Herrera (Tenerife, 18/12/89) cumplió con creces en su primer curso como técnico de la UDGTenerife. Le pone un sobresaliente al equipo. No es para menos.

¿Qué nota le pone a la UDG Tenerife en la campaña 22/23?

Le pongo un sobresaliente. Se la hubiéramos completado con el pase a las semifinales de la Copa de la Reina, que era nuestro objetivo secundario, estaríamos hablando de una matrícula de honor o de una graduación cum laude, pero me quedo con que la temporada fue sobresaliente por el rendimiento del equipo y por la clasificación obtenida (sexto puesto) después del alto número de contrariedades y de complicaciones que nos encontramos, como las lesiones de larga duración o la adaptación a muchos cambios en cuanto a superficies, rivales...

¿Es más de lo que imaginó?

No. Pero es cierto que cada vez es mucho más complicado permanecer en Primera División. El Granadilla Tenerife nos tiene a todos mal acostumbrados en este sentido. Pensamos que esto es soplar y hacer botellas, pero es muy complicado, porque el fútbol femenino en España ha entrado en una fase de profesionalización. Estamos ante presupuestos que duplican o triplican nuestra capacidad económica, nuestros recursos, nuestra masa social... Terminar sextas en el primer año en que el fútbol femenino español es profesional; es de sobresaliente.

¿En qué se notó ese salto?

Habría que explicarlo desde un punto de vista pedagógico. Por una parte, este proceso implica un mayor nivel de recursos para las futbolistas, es decir, más horas de entrenamiento, la mejora del control de la nutrición y del sueño... Otro de los factores importantes ha sido la inclusión en los clubes de cuerpos técnicos profesionales. Hay muchos casos, incluyendo a médicos, preparadores físicos y demás. Luego están las instalaciones. Todos los clubes han experimentado una evolución, pero nosotras no:esa es la asignatura pendiente. Partiendo de estos ejemplos, que son solo algunos, queda claro que el cambio ha sido radical. Por poner más, hay futbolistas de nuestro equipo o de otros que han quintuplicado su salario. En definitiva, claro que se nota. Incluso por la llegada a España de jugadoras del extranjero. Antes era más complicado y ahora casi todos los equipos cuentan, como mínimo, con dos o tres futbolistas que son internacionales con sus países. Hay un montón de hechos factibles que hablan a las claras de que el nivel es mayor.

¿Todo eso se ve reflejado en el campo a la hora de competir?

Por supuesto. A partir de la inclusión de entrenadores, segundos técnicos y analistas profesionales, se ha experimentado una mejora en la lectura táctica, en el entendimiento de los partidos, de los sistemas tácticos, de los funcionamientos... Ha habido una mejora notable del ritmo de juego. El fútbol es más vistoso. Por ejemplo, hemos empezado a introducir modelos basados en el contraataque y eso hace que esta competición sea mucho más visual. Parece que, hoy en día, al fútbol solo se puede jugar a una cosa, y eso es un error manifiesto, porque es no entender el juego. Cada día es más difícil anotar un gol, ganar. Y nuestro objetivo es que cada día sea más difícil que nos marquen.

¿A qué se refiere con que solo se puede jugar a una cosa?

En el modelo que se ha vendido a nivel comercial. Se supone que todos los equipos contamos con mediocentros posicionales que saben leer el juego entre líneas, con centrales con buena salida del balón o con delanteras que entienden los desmarques en la última línea, y creo que no, que cada equipo tiene futbolistas que hacen que elijas modelos diferentes en los que, a lo mejor, no puedes ir a una presión alta o tienes que pasar mucho tiempo defendiendo el juego directo. Hay que dar un paso más en la educación táctica en esta Liga, con las futbolistas, los técnicos y la afición. Nuestra afición se levanta cuando Koko sale al contraataque. ¿Por qué voy a quitarle eso? Si uno ve un partido de fútbol femenino en vivo o en la televisión, disfruta de un espectáculo bonito, de un juego vistoso.

Le pregunto por el desarrollo de la temporada. Antes de las vacaciones de invierno eran undécimas y les esperaba un inicio de año ante Atlético, Levante, Real Sociedad, Barcelona, Athletic, Real Madrid... ¿La clave estuvo en salir reforzadas de ese tramo tan exigente?

La lectura es mucho más sencilla. Se dijo que tuvimos un inicio dubitativo, pero, en realidad, fue el mejor arranque histórico en las ocho temporadas en Primera. Cuando llegamos a ese tramo de diciembre, jugamos contra el Sevilla. Íbamos ganando por 0-2, nos empataron y dispusimos de un penalti en el 94, pero lo erramos. Sacamos un punto. Luego, ante el Sporting Huelva, llegamos por delante al tramo final y nos igualaron en el último minuto. Con esos cuatro puntos, la situación en enero habría sido otra. ¿Dónde está entonces el equilibrio de la lectura? Estuvo todo el mundo muy nervioso, se generó una presión innecesaria sobre las futbolistas. Eso no nos vino bien. Pero en el equipo había tranquilidad. Sabíamos que era cuestión de que el resultado terminase siendo positivo, de enganchar dos o tres triunfos. Así nos pusimos octavas y, a partir de ahí, fuimos hacia arriba hasta ser sextas. La clave del éxito estuvo en la madurez del club y del equipo a la hora de saber que solo eran cuestiones puntuales y no que la UDGTenerife estuviese compitiendo o jugando mal.

¿Qué concepto tienen del Granadilla en otros clubes?

Tuve la suerte de trabajar en el Málaga y en el Granada antes de llegar como primer entrenador aquí. Hablo con mucha gente. Del Granadilla se tiene una imagen fuera de club asentado, sólido y de que con muy poco, somos capaces de hacer mucho. Siempre digo que, lamentablemente, este equipo tiene más reconocimiento fuera que dentro de nuestra propia casa. Hablo de Granadilla y de la Isla en general. No hay que olvidar que tenemos un equipo en Primera. Soy natural de Puerto de Santiago, vivo ahí, y me da pena que en mi propia Isla no se le reconozca a este club el mérito que tiene.

Se nos valora más fuera. Me da pena que en mi propia Isla no se le reconozca a este club el mérito que tiene

¿Cómo se soluciona?

Con mayor apoyo institucional, mayor inversión, mayor ayuda privada, que ahí ya tenemos mucha suerte, mayor visibilidad del fútbol femenino canario... Esas son las claves. La realidad es que en el campo fuimos el sexto mejor equipo de España. Y no me olvido de la mejora de las instalaciones. Por otra parte, también somos autocríticos y sabemos que tenemos que seguir trabajando para que crezca la masa social del club. Es otro desafío nuestro, algo interno.

¿Influye también esa mala costumbre a la que se refirió antes, que ya se asuma como algo natural que el Granadilla compita en la máxima categoría?

Cuando regresemos en julio a los entrenamientos, nos volveremos a establecer como objetivo ganar el primer partido y luego lograr la permanencia matemática. Para convertirnos en Sociedad Anónima Deportiva, tendremos que ser un club asentado en Primera División. Ahora mismo firmaría el sexto puesto otra vez.

¿Se apostará por la continuidad en la próxima campaña?

De hecho, la base sólida de la plantilla ya está renovada. Hay algo que marca la diferencia, y es que la primera renovación que se hizo pública fue la mía. Eso habla a las claras de que tenemos un proyecto firme. ¿La política de fichajes?Seguramente daremos dos o tres bajas y traeremos a dos o tres jugadoras que darán un plus. La respuesta es sí, veremos a un Granadilla continuo en su identidad y en su manera de jugar.

En el plano personal, ¿su regreso a la UDGTenerife superó sus expectativas?

Estaba escrito. Sabía que con mucha tranquilidad, con respeto y con la apuesta de salir para demostrar mi valía, acabaría pasando. Recuerdo estar en Málaga y recibir la llamada de Sergio Batista. Me dijo: «¿Herrera, quieres volver?» Tardé un día en hacer la maleta y regresar. Sabía que tenía las puertas abiertas. Un año después me preguntan cuál es el secreto del Granadilla y creo que está en que nos pasamos doce horas cada día, de 8:00 a 20:00, volcados con el club. Sabía que la temporada iba a salir bien y que las futbolistas tenían ganas de disfrutar del trabajo. Y los resultados están ahí.

¿Hasta qué punto le preocupa que no se pueda aprobar a tiempo la asignatura pendiente de las instalaciones en las que juega el Granadilla como local?

Es cansino luchar y no saber qué va a pasar con seguridad. Sí sé que en el club han trabajado mucho y que se van a realizar unas obras de mejora en La Palmera, en el terreno de juego y en la estructura. Espero que los políticos cumplan. El equipo lo merece. Solo nos queda un año de margen. A partir de ahí, tendremos que jugar en un campo de césped natural.

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