Fútbol Sala

De La Salle a Valladolid

El equipo juvenil del colegio chicharrero busca este sábado, ante el Jimbee Cartagena, su pase a la fase final del Campeonato de España, donde solo estarán los ocho mejores del país

Un partido separa al equipo de La Salle San Ildefonso de hacer historia. Un grupo que ha ido madurando mientras ha ido superando categorías de formación. La última de ellas, la División de Honor Juvenil, donde fue campeón de Canarias. Este sábado, los chicos de Rayco Couto buscarán el pase a la fase final del Campeonato de España, cita reservada para los ocho mejores del país.

Un total de 24 victorias en 28 encuentros es el aval con el que llega La Salle San Ildefonso a su particular cita con la historia en la División de Honor Juvenil del fútbol sala nacional. Y es que lejos de conformarse con el entorchado regional, brillantemente conquistado a tres jornadas de la conclusión de la fase regular, el emergente grupo del club presidido por Toño Galván quiere extender su impronta al territorio nacional.

En su propia cancha -derecho ganado a pulso por ser el mejor del Grupo 8-, con el empuje de su gente -se espera un lleno en las gradas del colegio capitalino- y con "toda la ilusión del mundo", según reconocen los propios integrantes del club, La Salle recibe este sábado por la tarde (19:00) al Jimbee Cartagena, segundo del Grupo 7, con la intención de ganar y lograr el pasaporte para la fase final, a disputar en Valladolid el próximo fin de semana. Una cita reservada en exclusiva para los ocho mejores conjuntos del país.

Campeones regionales desde hace un mes y medio, y sin competición oficial en las cuatro últimas semanas, La Salle ha tenido que ingeniárselas para que la espera "no fuera demasiado larga" y, sobre todo, para "afrontar en un buen momento" de forma este crucial tramo de la temporada. "Hemos jugado varios amistosos ante rivales de nivel para no perder el ritmo de competición, y llegamos bien", afirman tanto su técnico Rayco Couto, como los capitanes Iván González y Miguel Rocha, que añaden a la ecuación "muchas ganas" por jugar ante el rival cartagenero. Un adversario al que aguardan, en las horas previas, con una sensación encontrada de “tranquilidad” y a la vez “algo de nervios”.

Pese a su condición de primero de grupo y la teórica ventaja de jugar en casa, en La Salle se sacuden por completo la etiqueta de favoritos en esta contienda a vida o muerte. "Nos equivocaríamos totalmente si asumimos ese papel", afirma Rayco Couto, que admite disponer de "pocas referencias, apenas un par de cosas que se han podido ver por internet" de su rival. "Además, es la primera vez que estamos en una situación de esta relevancia; y no podemos olvidar que nos enfrentamos a un filial de Primera División", argumenta el técnico de la cantera de un club que este curso fue tercero en la fase regular de la élite nacional. "Lo de favorito, en tal caso, sería para ellos", acaba añadiendo el preparador isleño.

El hándicap de tener que medirse por primera vez a un rival peninsular de cierta enjundia lo tratará de equilibrar La Salle con una de sus principales señas de identidad: el bloque. Solidez adquirida con el paso de los años en un grupo cuya espina dorsal ha crecido casi indivisible, en las distintas categorías de base, y de la mano de los máximos éxitos a nivel regional. "Es verdad que de cierta manera estamos acostumbrados a vivir eliminatorias de este tipo", reconoce Rayco.

Conocimiento propio y también virtudes técnicas. "Somos un equipo bastante agresivo, que aprieta mucho y que defiende con bastante intensidad y fuerza; pero también le damos buen trato al balón", describe Couto a los suyos. Puntos fuertes reforzados "por el buen trabajo de toda la temporada" y que ahora quieren "volver a demostrar" y plasmar tanto Iván como Miguel. "Sabemos lo que tenemos que hacer; ya luego se podrá pensar en el siguiente partido y en tratar de llegar lo más alto posible", añade el segundo de ellos cuando se le cuestiona por si se ha imaginado entre los ocho mejores de España.

En La Salle han visualizado esa situación. Pero no más. Pese a que por su lado del cuadro no se medirían a El Pozo o el Barça hasta una hipotética final. En un lugar prioritario de sus mentes, y también en su discurso, solo está el partido de este sábado. "Claro que soñamos con jugar esa fase final, pero después de cumplir uno de nuestros objetivos al quedar campeones de Canarias, el siguiente es ganar este partido", comenta Iván González. "Solo tenemos una meta, que ganar este fin de semana", reitera su compañero Miguel Rocha.

Fuera de la cancha, el coordinador de la sección de fútbol sala del club, Toño Galván, también prefiere tirar de cautela. "Lo daremos todo e intentaremos aprovechar esta oportunidad de jugar en casa, pero como supongo que también tratará de hacer el rival", argumenta el directivo del club chicharrero, que asegura "tener los pies en el suelo".

Galván ha visto crecer a un equipo al que, independientemente de lo que ocurra en este tramo final de la temporada 22/23, le augura un "gran futuro" pese a que en Tenerife "no exista una referencia clara para la base, como sí la había el año pasado en Gran Canaria". Su reto, a medio plazo, que este grupo siga progresando en el equipo sénior de La Salle recién ascendido a Tercera "y tratar de subirlo a Segunda B". "A metas mayores no podríamos llegar", se lamenta con resignación el presidente, ejerciendo de portavoz de lo que sucede con muchos otros clubes, "cargados de ilusión y ganas" pero "limitados en lo económico".

A esa dura realidad ya se enfrentarán los jugadores de La Salle. Este sábado, desde las 19:00, les toca alargar su particular sueño. Ese que les puede llevar desde su colegio hasta Valladolid.

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