Copa Heliodoro Rodríguez López | Final masculina

El Ibarra se lleva el trofeo y cierra el año con doble alegría

El cuadro sureño suma a su salvación en los despachos un meritorio triunfo en la final contra el Santa Úrsula l> Un tanto en propia meta decide un encuentro de alta tensión

Los futbolistas blancos, eufóricos al acabar el partido en el Heliodoro.

Los futbolistas blancos, eufóricos al acabar el partido en el Heliodoro. / E. D.

La Unión Deportiva Ibarra estrenó su palmarés en la Copa Heliodoro Rodríguez López y se llevó el trofeo para el sur tras una muy disputada final contra un duro rival, el Santa Úrsula, que pagó con crudeza su falta de gol en el partido definitivo. El cuadro sureño suma una doble alegría para cerrar el curso con un inmejorable sabor de boca: a su salvación en los despachos, decidida por la Real Federación Española de Fútbol con la reformulación de la Tercera RFEF; se suma ahora un trofeo ganado a pulso y en el que habían depositado muchas ilusiones.

Los jugadores de la UD Ibarra celebran el campeonato. | | E.D.

Los jugadores de la UD Ibarra celebran el campeonato. | | E.D. / El Día

Tras deshacerse en semifinales del filial del CD Tenerife, el cuadro aronero planteó con seriedad la gran final en el Heliodoro, que ambos equipos se tomaron como un día de fiesta para sus respectivas aficiones. Los nervios, en cambio, estaban sobre el verde. En un partido marcado por la tensión y la alta responsabilidad, con los dos contendientes muy temerosos de equivocarse, el torneo se resolvió en la segunda mitad (70’) con un autogol.

Un centro de Alberto al área del equipo norteño fue peinado hacia detrás por Azael que, en su intento de despeje, terminó batiendo a su propio guardameta Juanje. Antes, el partido pudo cambiar su signo si el Santa Úrsula logra embocar un duro disparo de Xerach en una diagonal de derecha a izquierda, que se estrelló en el larguero antes del tanto sureño (58’). La primera mitad había sido de tanteo, con poco fútbol y escasez de opciones claras para el gol.

Tras lograr lo más difícil y verse por delante en el marcador, el plantel entrenado por Quico de Diego dio muestras de solvencia, fiabilidad y rigor defensivo. Entretanto, el Santa Úrsula buscó frescura para conseguir el empate, pero no iba a tener suerte de cara a portería ante un oponente que también abogó por las permutas. Pocas veces un autogol tuvo tanto premio. Lo exprimió al máximo el equipo que iba a proclamarse campeón y así fue que pudo llevarse el gran trofeo a sus vitrinas.

Fue una gran final donde reinó la deportividad entre ambos conjuntos, realizando el pasillo uno al otro al finalizar el encuentro con la recogida de medallas, así como la entrega de la copa a los sureños. Compartirán laureles con el Atlético Unión Güímar, campeón femenino.