Las Guayotas sufrieron ayer un serio correctivo en el encuentro que le enfrentaba al CN Mataró, uno de los grandes favoritos a todo. En este caso, el resultado de 4-17 refleja claramente las diferencias entre uno y otro equipo, las de Itziar Pavón, luchando en su debut en la División de Honor por mantenerse, y las de Dani Ballart, que tienen el objetivo de disputarle la liga al CN Sabadell.

Puestas las disparidades entre uno y otro conjunto sobre la mesa, las de la Acidalio afrontaron el choque con el fin de competir y hacerlo lo mejor posible desde la sabida inferioridad de potencial. Y las santacruceras aguantaron a las catalanas durante el primer cuarto, aunque tras esos primeros ocho minutos, Ballart invitó a sus jugadoras a pasar el rodillo. Y vaya si lo hicieron.

A pesar de todo ello, el Echeyde nunca le perdió la cara al partido y fue consciente de sus limitaciones por lo que aplicaron en la piscina conceptos básicos de ataque y defensa aprovechando que disputaban un partido oficial.

A los 20 segundos del inicio del choque, María Sagrera dejaba claro que las Guayotas querían competir y con un chispazo desde la posición 5 obligaba a Elena Sánchez sacar a relucir sus reflejos, aunque con posterioridad el Mataró demostró que la contra iba a ser una de sus armas, tras lo cual en una situación de inferioridad local Silvia Morell conseguía inaugurar el marcador (0-1, 6’20’’). El Echeyde, enrabietado, apretó atrás y delante consiguió empatar la contienda a través de un tiro de Emily Nicholson fuera de su zona, aunque fue contrarrestado un minuto después por las visitantes (1-2).

Y aquí cambió el partido, ya que las mataronenses subieron líneas, no tanto al pase, pero sí para impedir que el balón llegara a una Emily solitaria en el boya que no podía impedir las ayudas cortas de sus rivales que hacían imposible su juego con la gran diferencia física existente.

En el segundo acto la apisonadora azulona se puso en marcha con dos goles de Anna Espar, y aunque redujo distancias Elena Alcón (2-4, 5’26’’), las visitantes se dieron un festín a través de Nogué, Keszthelyi-Nagy y Clavería (2-8). Se acabó la rebelión local.

En la reanudación, muy poca historia, el Mataró incrementaba las ventajas poco a poco y solo un gol de Elena Domínguez varió el guión momentáneamente, concluyendo el parcial con un 3-14. Solo en el último, con los cambios y menos habituales en el agua bajó la tensión, concluyendo el choque con un gol en vaselina de Clara Ríos y una parada de Fátima Pérez (4-17) sobre la bocina.