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Boxeo

Velázquez, el campeón de siempre

Miguel Velázquez es uno de los boxeadores más grandes que ha dado el deporte en toda España, una vida humilde que creció con esfuerzo hasta alcanzar la cúspide

Miguel ya tiene su reconocimiento santacrucero en la plaza que lleva su nombre y que está en Tres de Mayo. | | E.D.

El legendario púgil de El Toscal (Santa Cruz, 1944) repasa en un libro los grandes detalles de la historia que forjó en los cuadriláteros más importantes de España y del mundo y que le permitió ser acreedor de múltiples premios y distinciones en una práctica cada día más incomprendida, pero que fue en los 60 y 70 una referencia deportiva.

Cuentan los más viejos del lugar que era uno de los grandes del boxeo y que antaño competía en admiración con los mayores equipos y jugadores del fútbol cuando los guantes eran el segundo deporte y mucho más cuando emergió la figura del reconocido Miguel Velázquez, que con 78 años vuelve a la actualidad con la edición de un libro en el que se rememora su vida humilde que alcanza la cúspide del deporte.

Y consiguió lo más alto a nivel nacional (campeón de España ligero en varias ocasiones) e internacional (campeón de Europa varias veces en ligeros y 4º en el ranking mundial del Consejo Mundial de Boxeo) y olímpico en la década de los 60 y los 70. «Estos fueron los momentos más importantes y de mayor alegría de mi vida deportiva», señala el excampeón a EL DÍA.

Y es que Miguel era diferente sobre un número de deportistas, todos de grandísimo nivel nacidos en Canarias, que históricamente siempre «ha sido cuna de grandes púgiles», algunos más conocidos que otros, pero casi todos con una clase excepcional. Todo este compendio de factores en Tenerife nació de los gimnasios del Santa Cruz antiguo, de La Laguna y toda la Isla y eso para un toscalero fue determinante para aficionarse a un deporte que le dio todo.

En el Mercado de Nuestra Señora de África o en el propio barrio de El Toscal y en algunos puntos del barrio de La Salud todavía le recuerdan los más veteranos y con tan solo escuchar su nombre no resulta difícil sentarse alrededor de una mesa y pedir un cortado para hacer grande, un instante más, la leyenda de Velázquez.

«La verdad es que era muy bueno» y «uno de los más finos que he visto en mi vida. Hoy en día no hay nada igual», decían Pepe Ríos o Pedro Rodríguez, vecinos de la zona del recova, a las afueras del bar Teo Vega, el que fuera otro ilustre del boxeo tinerfeño y nacional.

Foto de la época de cuando Velázquez estaba peleando. | | E.D.

Ese recuerdo le da vida a Miguel Velázquez, impresionante campeón en España durante años, campeonísimo de Europa y un sin fin de títulos ganados desde la humildad enfrentándose a lo mejor de la época dorada del boxeo, incluido Pedro Carrasco, uno de los grandes y que le ganó «por un punto muy discutido» con el título europeo del peso ligero en disputa.

Ese recuerdo es parte de la vida de Miguel, que explica que «es una alegría muy grande que al final la gente no te olvide. Y ahora todo se amplía con el libro» de la editorial Ediciones Idea».

Esto sucede cuando el boxeo «ya no es un deporte puntero como antes» y «la gente ya pasa un poco. Está de capa caída. Ahora hay 40 deportes que interfieren el pasado y presente del boxeo. Deportes de contacto no hay muchos y tan nombrados», lamenta.

Por si fuera poco, el excampeón augura un futuro, si no muy negro, algo complicado para el mundo del ring: «Hay un nivel bastante bajo porque no existe el boxeo en la calle y se ve que hay menos afición y pocos sitios en donde practicarlo».

Encima, «la gente hoy en día no sabe lo que es y lo peor de todo, no lo entiende. Antes en una guagua iban 30 personas y la mitad eran boxeadores y se hablaba y debatía con gran afición», recuerda.

Velázquez tiene claro que en la actualidad existen muchos prejuicios merodeando al boxeo y a sus protagonistas, de los que dijo que «los boxeadores son siempre gente humilde, trabajadora y que necesitan sacar la cabeza en la sociedad» en un mundo en donde se desarrollan en un deporte «difícil y si logran consolidarse ahí lo hacen de forma meritoria».

Hace una defensa a ultranza del mundo de los guantes, del que dice «es muy noble porque nadie quiere hacer daño al adversario en ningún momento cuando se sube al ring. Lo que se ve hoy en día busca hacer un número, un show, pero en ningún caso es tan serio como era antes», añade.

En el libro Miguel Velázquez: Biografía de un campeón mundial, el coraje de una afición, refleja el mundo desconocido de una persona humilde que llegó a la cúspide del boxeo y que ha sido reconocido con innumerables premios y distinciones, la última la concesión de la Medalla de Oro de Canarias 2022. Pero mucho antes recibió dos medallas del Consejo Superior de Deportes (CSD) al mérito deportivo por ser campeón del mundo militar (1965) y de Europa (1970). También la medalla de oro de 1976 tras obtener el título mundial. En 2005, le fue concedida por el Rey de España, la Real orden al Mérito Deportivo, así como el reconocimiento del Cabildo de Tenerife como Hijo Predilecto.

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