El que arranca hoy en Málaga será el tercer Campeonato del Mundo U17 como entrenador jefe para Alejandro Martínez. El técnico isleño, que ya fue cuarto dos veces con España (2012 y 2016), dirige ahora a Japón. Sabe de las limitaciones de los suyos, pero en apenas dos meses y medio ha logrado moldear al cuadro nipón para darle un salto de calidad.

El pasado 15 de abril arrancaba una aventura más en la ya dilatada carrera de Alejandro Martínez como técnico. Tras unas incursiones anteriores en la liga profesional china, el que fuera preparador del CB Canarias sintió un buen feeling con el basket asiático. Ahora, su destino es Japón, aunque con el cometido de dirigir a sus selecciones de base. Sobre el papel, una ardua tarea, tanto por la extensión del país nipón –unos 125 millones de habitantes– como por la dificultad que podría entrañar el conseguir un salto de calidad en el rendimiento. Sin embargo, el preparador tinerfeño ha necesitado apenas dos meses en el país del sol naciente para que se note su mano.

La mejora inmediata ha sido palpable en resultados, ya que hace dos semanas Japón logró la medalla de plata en la Asia Cup U16, «algo que no habían logrado nunca» los nipones. El secreto, según Martínez, haber dado con la tecla en algunos aspectos concretos. «No se trata de cambiar el juego del baloncestista japonés, sino añadir algunos conceptos, como el compartir el balón, cerrar el rebote y controlar las pérdidas... Eran tres aspectos claves que hemos mejorado», resalta Alejandro, satisfecho porque ahora brilla más el potencial de sus seleccionados. «Me quedo con que el trabajo que estamos haciendo tanto yo como el resto del staff lo están entendiendo los jugadores y lo están poniendo en práctica sobre la cancha. «Evidente esa plata nos da un impulso muy grande a todos», añade sobre el reciente logro de Doha. A él, el primero. «Los que han confiado en mí están contentos, y quizá no tanto por la medalla, que también, sino por ese compromiso en el rebote, ese pase extra, esa capacidad para minimizar las pérdidas...», comenta.

Casi sin tiempo para seguir puliendo detalles, Alejandro Martínez y los mismos 12 jugadores que se subieron al podio de la Asia Cup, se encuentran en Málaga para afrontar desde hoy el Campeonato del Mundo U17. Es el premio a su gran torneo previo. «Tenemos ganas de sumar experiencias en partidos internacionales», reconoce el técnico tinerfeño sobre un combinado del que «la Asia Cup fue, para 11, su primera experiencia internacional». «Somos conscientes de que nos mediremos a equipos superiores, ya que salvo Polonia todas las demás selecciones que están aquí se encuentran por encima en el ranking de la FIBA. Son datos fríos pero son así», expresa Alejandro, satisfecho de que, ocurra lo que ocurra en la fase de grupos y en los cruces posteriores, su combinado jugará siete encuentros.

El debut de Japón se producirá hoy contra la República Dominicana, para luego verse las caras contra España y Lituania. «Quizá es el rival del grupo que pueda tener un nivel más similar al nuestro, pero es un equipo muy físico y que salta mucho», destaca Martínez. «Lo que me gustaría es jugar contra equipos europeos como ya lo vamos a hacer contra España y Lituania. Que los jugadores vean hasta donde hay que llegar si se quiere ganar; y que se den cuenta que, tras ser segundos de Asia, para derrotar a selecciones de otros continentes debemos mejorar muchas cosas», expresa Alejandro como prioridad para los suyos a lo que ocurra en los próximos días en tierras andaluzas.

Y es que sin renunciar a rascar el mayor cantidad de triunfos posibles, Martínez quiere aprovechar este Mundial para seguir moldeando a sus pupilos. «Ya hemos logrado que nuestros bases, que eran muy rápidos y corrían mucho, organicen un poco más el juego y sean capaces de pasar la pelota cuando hay que hacerlo... Se han dado cuenta de que potencia sin control no sirve para nada, y me están demostrando que se saben adaptar, y eso se agradece», señala Alejandro. «Espero que con nuestras cosas seamos capaces de hacer nuestro baloncesto, que no sé si nos dará para ganar, y seguir progresando; tengo bastantes ganas de que esto empiece», añadía ayer el técnico isleño. Por ahora, su trabajo como moldeador en tierras niponas está saliendo a pedir de boca.

Kawashima, en el radar de la NCAA

El indiscutible líder de la selección U17 de Japón es Yuto Kawashima, reciente MVP de la Asia Cup tras promediar 26,6 puntos y 11,2 rebotes. «Aparte de gran jugador, es uno de los dos integrantes de la selección que habla inglés, y eso es una gran ayuda para mí», dice Alejandro de él. «Tiene metido en la cabeza que quiere ir a la NCAA, y este tipo de torneos como el Mundial en la grada hay muchos entrenadores de universidades», advierte el técnico isleño sobre la vigilancia a la que estará sometido su jugador, y más aún «cuando Japón no ha competido por el covid». Aún así, Martínez no cree que haya riesgo de que su pupilo se descentre. «Tiene la cabeza muy bien amueblada y no se le están subiendo tantos halagos ni la repercusión de sus actuaciones. Es fácil que todo eso se le vaya la cabeza, pero no da síntomas. Aquí sabe que se va a encontrar jugadores más altos y fuertes que contra los que se midió en Doha. Estoy contento con su seriedad y su trabajo», resalta Martínez de él. Para Yuto, y más aún para el resto, será un examen en toda regla. Esos retoques que Martínez le ha dado a la selección y la confianza por una plata histórica pueden llevar a Japón a alguna que otra sorpresa. | C. G.