Miguel Ángel Sánchez (Madrid, 30/10/75) ha conseguido cinco ascensos a Primera División, tres como futbolista y dos en el cargo de entrenador. Sabe bien lo que tiene entre manos, aunque nunca llegó a la máxima categoría por el conducto de la promoción. El madrileño se estrena en esta experiencia, iniciada con la remontada de las semifinales ante el Eibar. Ahora le queda superar un obstáculo más. «Espero a un gran Tenerife», dijo ayer.

El técnico del Girona aseguró ayer que tanto él como sus jugadores están «muy bien, con una ilusión tremenda y una motivación especial», sabiendo que el duelo final está «al cincuenta por ciento».

Michel se mostró convencido de que el Girona ofrecerá su «mejor versión» ante el Tenerife. «Sé que vamos a tener agresividad con el balón, que vamos a buscar la portería rival y que vamos a tener un ambiente espectacular, y eso es algo que nos tiene que llevar a dar el 200 por cien, que es lo que necesitamos para conseguir un buen resultado», explicó situando a la misma altura el componente anímico y el funcionamiento táctico. «Es todo un pack y estamos preparados», garantizó.

Eso sí, apuntó que «hay que saber jugar estos partidos» de tanta trascendencia, asunto del que ha hablado durante estos días con sus futbolistas. «No hay que tener una sobremotivación ni una excitación fuera de lo normal, sino focalizar bien el trabajo, cada acción, el juego...», expuso para llegar a la conclusión de que si el Girona «disfruta» en el campo, podrá ser «competitivo».

Míchel puso en valor el mérito de los dos finalistas. «Merecemos estar aquí, porque a lo largo de 42 jornadas, nadie te regala llegar a la promoción de ascenso, y mucho menos ganar una eliminatoria contra Las Palmas o el Eibar», destacó.

Con todo esto, compartió su deseo de «hacer historia» con el Girona. «No sé si este año va a ser el bueno o no, pero vamos a disputar esta final, que está al cincuenta por ciento de posibilidades, y vamos a competir con nuestra idea y a hacer las cosas lo mejor posible», advirtió.

Será, a su juicio, un enfrentamiento en el que nadie sorprenderá a nadie. Míchel conoce bien el método de Ramis, y viceversa. «Ya se pudo ver durante toda la temporada cuáles son las virtudes de los dos equipos, así que no imagino muchos posibles cambios», comentó el técnico del Girona, quien sí dejó espacio para algunos «detalles» que podrían introducirse en la final. «Pero no pienso que vayamos a variar demasiado», insistió.

A la hora de poner una clave por encima de las demás, reconoció que el Girona debe ser muy eficaz en la conducción del balón para no cometer errores que propicien contragolpes del Tenerife. En ese aspecto, opinó que la «presión tras pérdida» será fundamental hoy.

De hecho, reconoció que ha tomado buena nota de las dos derrotas que encajó el Girona contra el Tenerife en Liga. «Tenemos que pulir detalles», observó Sánchez, quien quiso poner un punto y aparte en el playoff respecto al duelo anterior con el Eibar. «Si nos quedamos en eso, iremos mal, porque debemos partir de ser muy humildes, tener los pies en el suelo y afrontar esta final de ascenso desde cero, porque esta es una eliminatoria diferente a la anterior», manifestó.

Míchel fue consultado por la situación de Stuani, que se perderá el partido de vuelta si esta noche recibe una tarjeta amarilla. «Lo hemos hablado, pero no quiero poner el foco en eso», afirmó sobre un futbolista que, por su condición de delantero, no debería «tener ningún problema» para completar el encuentro de ida sin recibir amonestaciones. «Quiero tener siempre a Stuani, pero tampoco hay nadie imprescindible», comentó tomándose con naturalidad esta circunstancia.

Por último, tirando de experiencia, confesó que los ascensos de categoría fueron los momentos «más importantes» de su carrera. «He conseguido seis ascensos, cuatro como jugador (uno a Segunda División) y dos como entrenador, y fueron los mejores momentos que he vivido. He jugado en Europa, pero el partido que te da la posibilidad de subir, se te queda para siempre», concluyó el entrenador del Girona.