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... y de hacerlo en un duelo regional

David Martín, técnico de base del Marichal en 2006, es el único superviviente del último derbi regional por un título liguero

David Martín, en el Pablos Abril de Taco. | | CARSTEN W. LAURITSEN

El 5 de mayo de 2006, el Spar Tenerife Marichal se alzó con la Superliga tras vencer en la final, y por tercera vez consecutiva, al Hotel Cantur. Fue, hasta al inicio mañana de la lucha por el título entre el CV Haris y el CV Olímpico, la última vez que dos conjuntos canarios pugnaron por el reinado de la máxima categoría del voley femenino español. En aquel partido, en las gradas del Centro Insular de los Deportes, se encontraba David Martín, en ese momento entrenador de las categorías inferiores y trabajador del club blanquiazul. Ahora, 16 años después y en su faceta de presidente del CV Haris, se le puede considerar como el único superviviente de una etapa única en el Archipiélago para esta modalidad deportiva.

«Quico Cabrera negoció un paquete de viaje y nos desplazamos unos 300 aficionados», apunta Martín, que recuerda «con cierta añoranza aquella época dorada del voleibol, y aquellos grandes derbis que se vivían entre Tenerife y Gran Canaria». Una morriña que en la actualidad presidente blanquiazul no esconde. «Esto es algo que no me hubiera planteado en aquel momento, porque el Tenerife Marichal siempre fue el club de mi vida y de mis amores; ojalá nunca hubiera desaparecido», expresa Martín.

Echando la vista atrás, Martín admite que le tocó vivir de cerca, aunque todavía en segundo plano, «la época de las vacas gordas, con la presencia de grandes jugadoras en una liga española que era la segunda mejor de Europa». Para él, casi un lujo que le «sirvió de mucho aprendizaje». «Tuve la mejor universidad posible en el mundo del voleibol, aprendiendo de los mejores entrenadores del mundo y que pasaron por Tenerife. Pude ver voleibol de alto nivel, algo clave en mi formación y que me ayudó mucho para poder aplicarlo luego», explica el máximo responsable del CV Haris.

Ya apartada esa añoranza, para Martín, la opción de «vivir un derbi en una final será un hecho histórico, vibrante y también motivo de orgullo para todos, porque es sinónimo de que se están haciendo las cosas bien en las dos islas». Aún así, el dirigente tinerfeño cree que, independientemente del resultado de la final, será muy complicado que se vuelva a reeditar la supremacía de uno de estos dos clubes. «Las diferencias entre uno y otro se definen por pequeños detalles. Quizá en el marco económico el Gran Canaria, por mayor presupuesto, podría optar a esa supremacía, pero está claro que ese dominio que ejercieron el Tenerife Marichal y luego el Logroño, no existe. Ahora cualquiera puede ganar a cualquiera», explica David.

Cuestionado por quién parte como favorito en esta final, Martín cree que hay argumentos para hablar de un cruce «al 50 por ciento». «Ellas tienen el factor cancha y un mayor número de jugadoras, pero en lo deportivo nuestro equipo ha demostrado tener hambre de títulos y que es sólido en la pista», comenta el presidente del club lagunero, cuyo mayor deseo sería rascar algo este fin de semana en el Centro Insular para tratar de «cerrar luego la eliminatoria en Tenerife». De cumplirse su pronóstico, seguramente lo disfrutaría tanto o más que lo que vivió con todos aquellos títulos del CV Tenerife.

Otro de los protagonistas de esta final, y que vivió buena parte de aquellos duelos entre Marichal y Cantur es Juan Antonio Armas, ahora segundo de Juan Diego García. En su día el técnico chicharrero ejerció de ayudante del CV Tenerife dirigido por Rafa Prado. Más tarde, en la 19/20, hizo lo propio en el Olímpico de Pedro Lanero, llegando incluso a «coger al equipo a principios de enero y hasta que todo se paró por el covid, justo antes del playoff». Ahora le «toca vivir» su «primera final canaria». «Los dos llegamos en muy buenas condiciones; ganar un partido allí sería clave», advierte. Belly Nsunguimina también ha estado en las dos orillas.

Armas, en las dos orillas

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