Un tinerfeño de Charco del Pino compareció el pasado sábado en Balaídos como primer entrenador del Real Madrid. Una situación circunstancial, que probablemente se repita el miércoles contra el Chelsea en la Champions, pero que confirma la relevancia del isleño Abián Perdomo Alonso en la estructura de la constelación merengue.

Una vez se confirmó que era el escogido por el club para ocupar oficialmente el sitio de Carlo Ancelotti, de baja por covid –y ante la imposibilidad de que lo hiciera su segundo, Davide, por falta de titulación– las búsquedas en internet y redes sociales sobre la figura del técnico isleño se multiplicaron por 10.000. No es una exageración, sino el alcance real del interés que suscitó en España y todo el mundo la identidad del profesional que se convertía en el primer canario desde Luis Molowny en dirigir al primer equipo del Real Madrid. Aunque fuese solo por un día.

De familia muy de fútbol, es incuestionable la influencia en Abián de su tío Carli, entrenador del Ibarra en Preferente. «Por las circunstancias relacionadas con la titulación del segundo entrenador, empezó a firmar como ayudante en los partidos de Champions, si bien entonces quizá pasó desapercibido», revela. «Es un estudioso y un apasionado del fútbol. Le dedica los siete días de la semana. Y su meta siempre ha sido instalarse en el deporte de alto rendimiento», relata desde un indisimulable orgullo. Abián completó en La Laguna sus estudios de Magisterio y se marchó a Madrid a hacer Ciencias del Deporte. Fue entonces cuando se enroló en las categorías inferiores del Atlético. «Conoció en la carrera a un chico que lo recomendó para entrar en los equipos de la escuela. Ahí lo vio el Madrid, le hicieron una oferta y se fue. Empezó en las divisiones inferiores y poco a poco fue subiendo». Lo cuenta un vecino de la localidad que en alguna ocasión ha compartido charlas y ratos de fútbol con Perdomo y también con Mauro Pérez, otro sureño que llegó lejos a escala profesional.

Es en la factoría merengue donde Abián hace muy buenas migas con Santiago Solari, prologuista del libro Fútbol base y modelo de juego, que publicó junto a Rubén Sánchez (2019). «En el Madrid ha estado en el alevín, luego estuvo en el infantil y también de segundo del Juvenil B. A partir de ahí, lo hacen director de Formación y ésta es la segunda temporada que cumple en el cargo», explica su tío.

«Lo definiría como un chico muy maduro, que siempre ha aparentado más edad de la que tenía y con las ideas claras. Quería vivir de esto, le intentamos convencer de que era harto difícil pero el tiempo y la constancia le han dado su razón» , subraya Carli. «Es un chico de familia, tranquilo, al que no se le ha subido nada a la cabeza».

Lo corrobora uno de sus compañeros en la Universidad, Isaac Toste. «Siempre ha sido un enamorado del deporte. Como alumno era modélico, buen estudiante y buen compañero. Lo que siempre he valorado de él es que fuera una gran persona. Es del Charco del Pino y está muy apegado a su familia. Por aquella época yo jugaba a fútbol y cada vez que el partido era en el Sur, él se acercaba a vernos».

«En Madrid también demostró su facilidad para los estudios”, completa Toste, feliz de que el sábado se propagase a velocidad de vértigo entre vecinos y amigos la noticia de que Abián había llegado adonde solo lo hacen lo más grandes. “Nadie le ha regalado nada”, recalca. Es la de Perdomo la historia de un futbolista de pueblo (jugó en el Charco del Pino y Las Zocas) que logró hacer de su pasión una forma de vida. Quienes le conocen le auguran larga carrera en el deporte rey y en el Real Madrid, donde le aprecian y valoran; lo que garantizan es que no cambiará su forma de ser. “Amigo de sus amigos, natural y cercano. Y 100% enamorado del fútbol”.