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Los Helldogs también existen

El equipo tinerfeño disputó en Tenerife su primer partido oficial en la Serie B de la categoría nacional contra el Telde Canes en el campo de Añaza

El fútbol americano es puro espectáculo María Pisaca

El campo de fútbol de Añaza se convirtió en una auténtica fiesta, de esas que están directísimamente vinculadas al día grande de un deporte y este domingo fue el fútbol americano. Y es que si bien por la mañana el césped del campo del populoso barrio santacrucero se convirtió en el escenario de la celebración del primer partido oficial en Tenerife de equipos canarios en categoría nacional (Serie B), el Tenerife Helldogs contra el Telde Canes; en la madrugada del domingo al lunes en Estados Unidos se celebró la Super Bowl, la fiesta del deporte por antonomasia en el país de las barras y las estrellas. Coincidencia o no, el choque entre tinerfeños y grancanarios se celebró coincidiendo con el partido norteamericano bajo la apariencia de ‘teloneros’ antes de los protagonistas.

Y ya de por sí el fútbol americano es un gran espectáculo, el mismo que desarrollaron los canarios, salvando las grandes distancias, y que concluyó con la victoria local por «un resultado un poquito extraño, 6-4, para ser un partido de esta especialidad», confiesa José Alejandro Gómez, más conocido como ‘Jack’ en el mundillo y que atesora experiencia en la Primera División española.

Lejos de espectáculos con estrellas rutilantes, luz y sonido y 70.200 aficionados en las gradas, como sucedió en el SoFi Stadium de California, la evolución de los Helldogs la presenciaron unos 100 incondicionales. Evidentemente, no eran los Rams, los campeones norteamericanos de la edición 2022, pero sí empataron con ellos en ganas y esfuerzo físico y ‘hambre’ de triunfo «en un partido duro y súper trabado y que supuso al final la alegría de todos los chavales por la victoria conseguida».

Por supuesto que el resultado fue importante porque los chicharreros se la devolvieron tras perder en la ida por 17-7, pero el objetivo es hacer crecer un deporte que no todo el mundo entiende, pero que es uno de los más atractivos de los que se pueden disfrutar. Si en Estados Unidos es lo máximo, todavía en España, y mucho más en Canarias, es un tanto residual aunque la lucha de estos ‘locos’ de las protecciones se centra en expandirlo.

Jack destaca que «difícil es lograrlo, aunque todo tiene que ir poco a poco para que la gente vaya entendiendo un deporte que es puro espectáculo. Eso sí, bastante duro y sacrificado» para los deportistas que quieran practicarlo. «El otro día fueron unos 100 aficionados a ver el choque, pero queremos más. Nunca se sabe, pero espero que el trabajo que estamos realizando nos pueda hacer alcanzar los 500... Por qué no», se preguntó entre risas.

No duda en señalar que para jugar en un conjunto «hace falta, sobre todo, tener el sentimiento de pertenencia al equipo, al grupo, y tener un sacrificio que tiene que ser soportado por todos los miembros».

La victoria fue un acicate para preparar el próximo encuentro, también contra los Canes, el domingo, ya que se enfrentan en cuatro ocasiones por motivos de calendario y para ajustar una programación en el que a los equipos peninsulares les cuesta rendir visita a Canarias. Incluso con esas dificultades el fútbol americano en las Islas se mantendrá. Es el empeño y deseo de unos deportistas que pretenden que su deporte crezca y ver en unos años a 500 aficionados en las gradas viendo un partido.

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