Michelle Alonso vuelve a la carga. Sin presiones ni exigencias después del tercer oro olímpico cosechado en Tokio 2020, y condicionada por una lesión de hombro que le ha tenido en el dique seco durante varias semanas, la Sirenita de Tenerife ya trabaja con un objetivo en mente, el Mundial Paralímpico. Una cita a celebrar en Funchal (Portugal) durante el mes de junio y en el que la nadadora isleña tratará de confirmar su reinado en su especialidad, el 100 braza. Eso sí, su entrenador, José Luis Guadalupe, advierte de que su pupila, lastrada por los citados inconvenientes, “llegara justita” a la cita lusa.
No han sido meses sencillos para Alonso, que después de su merecido descanso tras su reedición del oro olímpico, se ha topado con una inorportuna lesión. “Ha sufrido una tendinitis en el supraespinoso de su hombro derecho; quizá por forzar su participación en un evento en octubre”, explica Guada sobre una dolencia bastante latosa y que ya padeció en 2019 la triple campeona olímpica. “Ha costado que se recupere casi dos meses, con sesiones de fisio, consultas médicas y nado casi como rehabilitación”, comenta el técnico.
Ahora, superado también el periodo navideño, las cargas para Alonso han aumentado en estos últimos días. “Pero sin las exigencias que sí existen en un año de Juegos; trabajaremos de forma más tranquila y progresiva, aunque ya sin parar”, explica el mentor de Michelle, que como viene siendo habitual trabaja en la Piscina Acidalio Lorenzo de Santa Cruz.
Una preparación encaminada a ese Mundial de Funchal, en el que la tinerfeña tratará de “estar al nivel adecuado para luchar por las medallas... o al menos intentarlo”, comenta Guadalupe. “Llegaremos justitos”, reitera misma fuente.
Un estado de forma también condicionado al tratarse de un curso particular. “Esta temporada es difícil estar al nivel de rendimiento que se alcanza antes de unos Juegos, puesto que se parte de un nuevo ciclo olímpico, lo que hace que estemos ante un año de transición y cambios en muchos aspectos”, argumenta el entrenador de Alonso.
Para tratar de alcanzar el máximo rendimiento, Guada ya ha planificado el calendario previo de Michelle, también con un evento principal. “En marzo participará en las World Series de Lignano, en Italia, sobre todo para rodarse y conseguir la mínima para dicho mundial, además de verse con sus rivales directas en su prueba, y que seguramente lleguen en una mejor condición que ella.
Posteriormente, Alonso “podría participar en el Nacional de Clubes en Oviedo”, a celebrar en julio, e igualmente “en el Europeo Virtus de nadadores con discapacidad intelectual”. “Esperamos que su motivación vaya siendo adecuada con el devenir de esta temporada; queda mucho trabajo psicológico por delante, además del técnico y del deportivo”, concluye Guada. Si la entrega es al menos similar a la de años precedentes, Michelle volverá a brillar con luz propia.
