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Atletismo

Marcell Jacobs en pequeños detalles

Una estancia en Tenerife con 15 acompañantes, tatuajes con los que cuenta su historia, un amigo que le hace de sparring... Así son algunas curiosidades que rodean del velocista italiano

Jacobs, junto al staff que le acompaña en la Isla.

El trabajo en el tartán del Antonio Domínguez, en Arona, es la parte más visible y manifiesta de la estancia de Marcell Jacobs en Tenerife. Pero a lo largo de este mes el velocista italiano está rodeado de otras rutinas, costumbres y curiosidades, tanto dentro como fuera de la pista. Estas son algunas de ellas:

Una “familia” de 15 personas

En el mes de estancia que está pasando en Tenerife, Jacobs esta muy bien acompañado. Lo hace por su prometida, la ecuatoriana Nicole Daza -gracias a la que él entiende algo de español- y sus dos hijos pequeños, pero también se encuentra respaldado por todo su cuerpo técnico y demás allegados, un grupo al que considera como "una familia". A la cabeza, su entrenador Paolo Camossi, al que se añaden, entre otros, Alberto Marcellini (fisioterapeuta), Renaud Dejean (quiropráctico), el también velocista Paolo Dal Molin y su preparador Antonio De Santis, e incluso su mental coach, la prestigiosa Nicoletta Romanazzi, figura también clave en la explosión deportiva de Marcell.

Su cuartel general, un hotel de tres estrellas

Doble campeón olímpico, ídolo en su país, un cuerpo casi perfecto y máximo reclamo publicitario. Marcell Jacobs podría vivir cada uno de sus días en Tenerife a cuerpo de rey. Esa, al menos, es la impresión que queda echando un vistazo a sus redes sociales. Pero no. Se trata de un simple adorno... y algún capricho que otro. Y así se pone de manifiesto estas semanas en el Sur de la Isla, donde el velocista, su familia y todo su equipo se alojan en un hotel de solo tres estrellas cerca del Estadio Antonio Domínguez. "Seguramente habrás visto la película de Rocky Balboa, y el hambre del tigre", argumenta a modo de comparación su entrenador Paolo Camossi. "Es necesario entender de dónde venimos, y Marcell y yo lo hacemos de abajo; y por eso de vez en cuando masticamos lo que somos", explica el técnico. "Lo sencillo", añade, "sería quedarnos en un sitio lleno de lujos y con todo al alcance de la mano, pero eso no es importante; las competiciones están a la vuelta de la esquina y debemos tener todos los sentidos puestos en ellas".

El tatuaje que Marcell Jacobs se ha hecho estos días en Tenerife. MARIA PISACA

Tatuajes que cuentan su vida

No es capaz de hacer recuento Marcell cuando se le cuestiona por el número de tatuajes que adornan su espalda, torso y brazos. Ahora también en la articulación izquierda, un hueco reservado para estampar estos días en Tenerife "lo que sucedió en estas olimpiadas". En dicha imprimación "se ve a Hércules [el héroe mitológico], que sostiene en alto la medalla de oro, como si yo tuviera que superar todas las fatigas para llegar a ganarla", explica Jacobs, que también ha grabado en su antebrazo el nombre de su país, Italia, aquel del que presume orgulloso pese a haber nacido en Estados Unidos. Una obra más para toda la vida sobre su piel con la que el velocista tricolore pretende contar su "historia personal". "Tengo los nombres de mis hijos, las fechas de nacimiento de mis hermanos, de mi madre... También la historia de Roma de cuando me mudé allí para vivir...", relata, a modo de resumen, sobre lo que ya es una de sus señas más identificativas. "Y eso que cuando era pequeño mi madre me decía que nunca me tatuara ni me pusiera pendientes; pero yo, automáticamente, lo primero que hice cuando salí de casa fue irme a tatuar", recuerda a modo de rebeldía. Aquella que también le ha llevado hasta la cima en el panorama deportivo.

Levanta hasta 330 kilos en el gimnasio

Alterna Jacobs sus entrenamientos al aire libre en el Antonio Domínguez con sesiones de gimnasio. Sus fotos en Instagram casi asustan. ¿Cuántos kilos es capaz de levantar? "Depende del ejercicio", responde con naturalidad. "Si busco la explosividad he llegado a 320 o 330; en peso muerto puedo con 250 kilos; y si es con una sentadilla, 220 o 230", detalla. "No trabajamos para tener un músculo grande sino para hacerlo rápido. Así que metemos muchos kilos pero con pocos ejercicios y lo más rápido posible", explica más pormenorizadamente. Para Camossi, su técnico, "en este periodo es vital hacer algo de trabajo cada día; aunque bajes la intensidad o el volumen". "El reposo sirve, pero estar del todo parado no es bueno", añade.

Jacobs, junto a Paolo Dal Molin, su técnico Paolo Camossi y Laura Strati. MARIA PISACA

Dal Molin, un amigo que le hace de 'sparring'

Uno de los acompañantes de Jacobs en Tenerife es Paolo Dal Molin, olímpico en Tokio en 110 metros vallas, y bronce, en 60 vallas, en el último Europeo. “Es un gran amigo desde hace mucho tiempo, y a la vez un excelente compañero de entrenamiento ya que es muy fuerte en las salidas y eso me sirve de referencia”, lo presenta Marcell. “Es como un estímulo para mí, ya que si me veo al lado de él en esos primeros metros quiere decir que estoy yendo más rápido que el año pasado”, admite también Jacobs. “Los dos nos ayudamos mutuamente porque en parte somos complementarios”, replica Paolo, que confirma “la mejoría” del oro en Tokio “respecto a lo que se vio hace doce meses”. “Que ganara un oro olímpico era solo cuestión de tiempo, estaba destinado a ello, porque sus cualidades son espectaculares; y que ahora me meta en problemas en lo que yo era más fuerte significa que ya ha pasado a otro nivel”, reconoce Dal Molin, que, a título particular, espera le respeten las lesiones “para hacer una buena temporada como el año pasado”.

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