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Fútbol Sala

El mundo del fútbol sala despide a Mateo Hernández

Los componentes del Club Dimurol Salesianos de La Orotava están hundidos ante la fatal pérdida

Mateo Hernández

Consternación y tristeza absoluta. Este es el sentimiento que recorre el mundo del fútbol sala de la Isla tras conocerse el fallecimiento del joven Mateo Hernández, jugador del Dimurol Salesianos de La Orotava que disputa la División de Honor en la categoría juvenil, y que ha dejado un hueco profundo en el mundo deportivo del municipio de La Orotava. Todos los componentes del club se encuentran en estado de shock ante la impactante noticia sobre una persona reconocida, querida, una pérdida "que será muy difícil de sobrellevar", explicó su entrenador Roberto Álvarez.

Tras las honras fúnebres y el posterior entierro realizado en el cementerio de San Francisco de la Villa y con el inconveniente de las restricciones por el covid-19, lo que impedía la concentración de amigos y familiares, habían pocas ganas de hablar sobre el perfil de un joven que tenía toda una vida por delante, jovial, alegre, sincero y amigo de sus amigos siempre con una sonrisa dibujada en su cara.

Uno de los pocos que hablaron fue el Roberto que con una tristeza que adivinaba lágrimas lograba articular palabras para reconocer el estado en el que se encuentra. "No me lo puedo creer. Ningún padre debería enterrar a sus hijos. En estos momentos estoy como si estuviera en medio de una pesadilla de la que no me puedo despertar. Pasan muchas cosas por tu cabeza. Por qué a él", se pregunta hasta en dos ocasiones.

El técnico recuerda que Mateo "era una persona especial, un chico sano, que no llevaba mala vida, deportista y ejemplo para todos. Eso es lo que nos gustaba a todos, pero sobre todo por lo buena persona que era, siempre con una sonrisa en la cara".

"Todos estamos tocados. Es como una pesadilla de la que en algún momento te puedes despertar. Desde ayer (por el martes) cuando nos enteramos del fallecimiento te vienen recuerdos y te cuestionas el porqué ha sucedido todo. No tenía enfermedad, no había nada que previera un desenlace desgraciado como este", afirmó

Roberto señala que "las situaciones como las vividas demuestran que la vida hay vivirla y disfrutarla y no hacer planes a muy largo plazo. Todos los componentes del club todavía no se creen lo sucedido. Lo entrené y siempre fue un gran ejemplo para todos, era uno de los mejores porteros no ya solo de Tenerife, sino de Canarias, me atrevería a decir".

El técnico destaca que Mateo ya hacía sus pinitos con las categoría inferiores del club y siempre estaba disponible para jugar en los distintos equipos, "una gran predisposición para ayudar a los demás... Qué más puedo decir", señaló con profunda tristeza, la misma que desgraciadamente se ha adueñado en el club Dimurol Salesianos de La Orotava y en el mundillo del fútbol sala de Tenerife.

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