El CD Mensajero arrancó su andadura en la Segunda RFEF con un empate in extremis en el estadio municipal Vicente Sanz.

Tras una primera mitad sin goles, el Don Benito se adelantó en el marcador en la recta determinante del choque a través de Abraham. El equipo de Yurguen Hernández nunca se rindió y Jaime, en su reestreno como futbolista rojinegro, rescató un empate para los palmeros.

Conforme se desarrollaba la primera mitad, ambas escuadras se esforzaron en no conceder opciones. Los chicos de Juan Carlos Gómez y Yurguen Hernández estuvieron bien plantados en sus respectivas parcelas, pero les faltaba profundidad para acercarse con peligro a los dominios de los cancerberos Sebas Gil y Nauzet. En el minuto 40, Raly Cabral se plantó solo por el flanco izquierdo del área y lanzó un tiro cruzado, que se encontró con la excelente intervención de Nauzet García

Tras la reanudación, el Don Benito se mostró entusiasta y gozó de una clara oportunidad por mediación de Abraham Pozo, quien remató alto un pase de Turmo.

Poco después, un tiro del propio futbolista pacense se fue muy cerca de la madera. Se tuvo que esperar al minuto 58 para ver la respuesta de los chicos de Yurguen Hernández, con Ale González como protagonista, quien estuvo cerca de inaugurar el marcador, pero el meta Sebas Gil evitó el tanto del futbolista grancanario.

Cuando se llegaba al ecuador de la segunda mitad, Ale Benítez lo intentó, pero su disparo se marchó alto. En el minuto 75 llegó el primer tanto del choque, obra del pacense Abraham, quien se sacó un remate desde fuera del área que superó al meta Nauzet García.

El Don Benito buscó la sentencia, gozando de buenas oportunidades a través de Dani y Manu. Por su parte, el Mensajero esperó su ocasión, y el premio del empate llegó en el alargue, a través de Jaime, quien aprovechó un rechace del larguero, tras un cabezazo previo de su compañero Óscar, para enviar el esférico, también de cabeza, al fondo de la portería extremeña. El Mensajero pudo, incluso, llevarse los tres puntos, pero el meta Sebas Gil mandó a córner, con una soberbia estirada, un tiro colocado de Edu Salles.