El uso del Tokyo Internacional Forum fue uno de los puntos fuertes de la candidatura nipona para albergar los Juegos Olímpicos de 2020, en dura competencia con Estambul y Madrid, y que se decantó hace ahora una década en favor de la ciudad asiática en una asamblea del COI celebrada en Buenos Aires. El Forum fue construido por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly en forma de barco alargado, con pronunciadas curvas y vigas de cristal. Una edificación majestuosa en pleno distrito de Chiyoda, con unas vistas espectaculares de la capital tokiota y un auditorio inmenso, con capacidad para miles de espectadores.

En el escenario que hace días alberga la competición de halterofilia han actuado las mejores orquestas sinfónicas del planeta, han pasado por sus tablas algunos de los intérpretes más internacionales de los últimos años y se han exhibido obras artísticas de un incalculable valor económico. Ahora, su uso es otro; y la pena es que las sesiones halterófilas no puedan seguirlas in situ aficionados de todo el mundo en las mullidas butacas de terciopelo ni en el suntuoso palco de autoridades. Un auténtico lujo para la competición que además viene acompañado del uso de efectos especiales para presentar a los atletas, un par de pantallas LED gigantes para proyectar los mejores momentos de los Juegos y un escenario inmenso que ha sido adecuado para el evento.

En este contexto que no imaginó ni en sus mejores sueños compite desde esta mañana el tinerfeño Andrés Eduardo Mata Pérez. Serán sus terceros Juegos y también los últimos. Las dudas sobre el futuro olímpico de la halterofilia y respecto de su propia evolución física de los próximos años le invita a parar, según avanzó ayer en las páginas de EL DÍA. Al lagunero le encantaría mejorar sus registros de Londres y Río, lo cual parece estar al alcance de su propio cuerpo si repite las sensaciones de los últimos entrenamientos. La competición completa durará en torno a una hora y media.

Sus compañeros Marco Ruiz, Lydia Valentín y David Sánchez -a éste último le pudo la presión en su participación del miércoles- ya han reservado el flanco izquierdo del auditorio para mostrarle sus ánimos y brindarle su aliento. Sin espectadores, los gritos de apoyo del equipo español serán el mejor estímulo posible para acercarse a sus guarismos deseados primero en la arrancada y luego en dos tiempos. Si el total olímpico de Andrés se asemeja al que ha dibujado en los entrenamientos, será diploma segurísimo. La remota opción de medalla depende de que los favoritos se piquen entre ellos y alguno falle (o blanquee, como se dice en el argot). Es la halterofilia de los deportes más previsibles del calendario de unos Juegos; pero también de los más sacrificados. Así que bien empleado está el uso del imponente Forum para premiar a los atletas, que levantan hasta dos y tres veces su propio peso. Un esfuerzo hercúleo que hoy espera a Mata Pérez en el teatro de sus sueños.