Samuel García (La Palma, 4/12/91) se quedó a una décima de la clasificación para los Juegos de Río. El 30 de julio participará en la prueba de relevos mixtos de Tokio.

¿Dónde se encuentra?

En Barcelona. Salimos el día 23 de julio con rumbo a Tokio.

¿Cómo están siendo los días previos al viaje?

Bastante buenos. En el Centro de Alto de Rendimiento de Barcelona prácticamente quedamos solo los que vamos a ir lo Juegos de Tokio. Han hecho una especie de burbuja. Luego, a nivel de entrenamientos, todo va bien, a pesar de que estoy pasando una pubalgia y eso me condicionó un poco la temporada al aire libre y las últimas competiciones. De hecho, no participé en algunas para preparar bien estos Juegos. También se está notando mucho el factor Covid, porque no quieres que haya ninguna sorpresa y te obsesionas un poco.

¿Se han implantado nuevas restricciones en Tokio? ¿Qué le han dicho desde la Federación?

No, que yo sepa. Cuando lleguemos a Japón, nos harán un PCR. Pero previamente nos haremos en España dos test, a 96 y 48 horas de coger el vuelo. Luego otro más a la llegada y después varios de manera regular. Aparte de eso, mascarilla siempre, a no ser que estés entrenando, compitiendo o comiendo. Y por lo que he visto, el comedor de la Villa Olímpica tiene espacios individuales con mamparas.

¿Ya ha visto algo de la Villa?

Alguna foto, pero nada que no se haya podido ver por ahí.

Competirá el 30 de julio.

Sí.

En la modalidad de relevos mixtos.

Es una prueba un poco novedosa. Lleva solo tres años en curso. Esta temporada quedamos sextos en el Mundial. Ahí fue cuando se consiguió la clasificación para los Juegos. Me lo pasé en grande. Teníamos un buen equipo y lo seguimos teniendo, no solo para los Juegos de Tokio sino también para futuras competiciones. Se trata de un equipo joven y con mucha hambre.

¿Cuál es el objetivo?

Para empezar, queremos hacer el récord de España, que es lo que depende más de nosotros. Luego, creo que el objetivo debería ser ambicioso. Podría ser pasar a la final y conseguir el diploma olímpico.

¿Cómo se produjo su inclusión en el equipo mixto?

En principio iba a hacer solo el relevo 4x400 masculino, el habitual. La verdad es que me encontraba en un buen estado de forma y el relevo mixto lo estaban corriendo otros compañeros. Pero en la final (de los Mundiales de carreras de relevos de 2021, celebrados en Chorzów) fui de reserva, calenté con los titulares y uno de los compañeros (Julio Arenas) notó molestias en los isquiotibiales y no quiso forzar. Si hubiese dependido solo de él, sí habría corrido esa final, pero como si pasaba algo podía afectar a todo el equipo, lo sustituí yo.

Al 4x400 masculino le faltó muy poco para la clasificación.

Sí. Tanto a nivel individual como en el 4x400, fue por muy poco. En el caso del relevo, lo peleamos varias veces y nos quedamos muy cerca en todas. Pero se intentó hasta el final y lo que queda es esa sensación de haber luchado. Quizás tuvimos que habernos ganado la plaza bastante antes, porque teníamos equipo para ello, y no haber tenido que estar pendientes del último momento, porque así las cosas son más complicadas. Y respecto al individual, el problema de la pubalgia y una rotura que tuve de un tendón de la mano me condicionaron toda la temporada al aire libre. Tuve que rechazar competiciones que puntuaban para los Juegos de Tokio. Me quedé a diez plazas.

¿Cuándo le confirmaron que sí iba a estar en Tokio?

Después del campeonato de España (a finales del pasado mes de junio), más o menos, pude presagiar que iba a ir como titular, y luego se reafirmó con la lista que sacó el COE (Comité Olímpico Español) antes de que lo hiciese público la Federación Española de Atletismo. Ahí ya me dieron el notición.

Llevaba muchos años luchando por el pase para unos Juegos. ¿Qué pensó en ese momento?

La sensación fue un poco extraña porque, al final, son unos Juegos y lo que quieres hacer es ir, pero no solo ir y pasar de puntillas, sino hacerlo bien. En ese momento piensas: vale, ya he cumplido ese propósito, pero quiero seguir trabajando. No te da esa sensación de satisfacción absoluta, de haberlo logrado y ya está, de poder irte de vacaciones... Sigues centrado en intentar hacer un buen papel. Luego está el factor familiar y esa sensación de satisfacción por ellos, por ver que llegué hace once años a Barcelona desde La Palma para intentar conseguirlo, que en Río me quedé a una décima, y ahora puedo decir que estoy en la lista. Eso sí te motiva y te hace seguir trabajando duro.

Ha estado en todo tipo de competiciones, Mundiales, Europeos. ¿Qué tienen los Juegos?

Es algo diferente, está claro. Coincides con otros deportes, está la Villa Olímpica...

¿Lo peor de todo será que se van a celebrar sin público?

Será raro, aunque llevemos un tiempo compitiendo en estadios vacíos o con aforos limitados.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de unos Juegos?

Diría que son recuerdos de los Juegos Olímpicos de Atenas (2004). Ya en los de Pekín (2008) sí me quedaba de madrugada para ver el atletismo. Ahí tenía una mayor noción. Pero sí tengo algún recuerdo de Atenas. Me llamaban la atención esas coronas de olivo que le ponían en la cabeza a los deportistas que subían al podio. En esos tiempos ya hacía algo de deporte.

¿Solo atletismo?

Practicaba atletismo, sobre todo, pero lo compaginé con otros deportes hasta los 15 años. También hacía fútbol sala, fútbol... Recuerdo que lo compaginaba todo con carreras de cross y demás. Pero decidí quedarme con el atletismo porque se me daba bastante bien. En ese momento tampoco me gustaba mucho sufrir, pero todo cambió a partir de los 15 años. Empecé con otro entrenador y aprendí lo que era la disciplina y el esfuerzo. Todo eso me ayudó mucho a dar el paso, tres años después, de pedir una beca al CAR de Sant Cugat, que es donde estoy ahora mismo.

¿Ese aprendizaje le ha servido para dar algún consejo?

Más que a niños, a cualquier persona le digo que al final todo depende de uno, en cierta parte. Este no es un deporte colectivo, pero sí necesitas gente que te ayude, por supuesto. Y luego está la tolerancia al esfuerzo, a sacrificar muchas cosas. No todo el mundo está dispuesto a pagar ese precio.

¿En qué momento tuvo claro que podía dedicarse al atletismo?

Quizás a los 20 años. Después de un o dos años en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, pude ver que me podía dedicar a esto y que podía centrar más el esfuerzo en lo que más me gustaba, porque al fin al cabo el atletismo es lo que me gusta; y todo empieza por ahí. Veía que se me daba bien, que tenía cualidades y que podía corregir los errores para ser aún mejor atleta.

A falta de que lleguen los Juegos de Tokio, ¿cuál ha sido su mejor día dentro del atletismo?

Quizás hay dos. El último, en el Europeo de Berlín de 2018, donde conseguimos la medalla de bronce con el 4x400 masculino. Ese es un buen recuerdo, con Bruno Hortelano entrando en la última recta. Fue una carrera antológica y me gustó mucho. Luego, un año antes, cuando hicimos el récord de España de 4x400. Todo va ligado al relevo, a pesar de que también he tenido grandes momentos a nivel individual. Pero el relevo es especial, lo compartes con más gente, y si son amigos, mejor; y en este caso, lo han sido. Guardo estos grandes recuerdos por todo eso, porque los he podido compartir. Y luego también los ha habido malos.

Pensando de nuevo en Tokio, ¿qué le hace más ilusión, aparte del momento de salir a competir en el estadio Olímpico?

Sobre todo, vivir el ambiente de la Villa Olímpica. Creo que ese es uno de los factores diferenciales respecto a otras competiciones en las que he participado: estar en la Villa, convivir con más deportes y deportistas... Creo que esa aura mágica que tienen los Juegos no se da en otras competiciones, a pesar de que también son enormes. Son valores diferenciales.

Hablando de la convivencia en la Villa Olímpica, ¿a quién le gustaría conocer en persona?

No va a poder ser, pero me hubiera gustado mucho saludar a Rafa Nadal, porque es toda un institución. Y luego hay muchos españoles. A Pau Gasol ya me lo he cruzado bastante, porque viene por el Centro de Alto Rendimiento... A partir de ahí, no sé, quizás a la gente de la NBA... También me gustaría estar con todos los canarios, aunque a algunos ya los conozco, como el Chacho. Sí me gustaría conocer a Pedri, que está emergiendo. Me refiero a charlar y pasar un rato, más que a hacernos una foto.

¿Qué le parece todo lo que está pasando en torno a Pedri?

La verdad es que es una locura. Está en un equipo top de Europa, ha compartido la experiencia con la selección absoluta en Eurocopa con muchos que seguramente son sus ídolos, ahora va a Tokio... En solo 12 meses ha tenido lo que muchos desean en toda un carrera.

¿Qué efecto ha tenido en La Palma su presencia en los Juegos? Es el tercer palmero que participa después de Moisés Fajardo y Rossana Simón.

La verdad es que he recibido muchas felicitaciones. Es una Isla pequeña y se valora bastante lo que vengo haciendo; y lo de los Juegos de Tokio ha sido especial.

¿Cómo se imagina el instante de su debut dentro del entorno de su familia y amigos?

Espero que se puedan reunir para seguir la carrera. Creo que será a un horario normal, a las 12:00 del mediodía. Me podrán ver, sobre todo los niños y niñas que se están iniciando y que podrían encontrar en esta competición una motivación para el futuro, como me pasó a mí en su momento.

¿Quién no acaba delante del televisor durante unos Juegos?

Es así. Y no solo es eso, sino que se trata del mayor acontecimiento deportivo de la historia. Te engancha. Está claro que en esas semanas, la gente está muy pendiente. Y a nosotros nos gusta que así sea.

La huella del CajaCanarias

Samuel García no es el primer atleta del club CajaCanarias que llega a una cita olímpica. El pionero fue Iván Ramallo, que participó en las pruebas de 400 metros vallas de los Juegos de Sidney 2000 y Atenas 2004. En esta última competición coincidió con el también tinerfeño Mario Pestano. El discóbolo enlazó tres presencias en unos Juegos, los de 2004, los de Pekín 2008 y los de Londres 2012. Precisamente, en la cumbre deportiva londinense convivieron dos atletas del CajaCanarias, ya que también consiguió clasificarse José Carlos Hernández (maratón). Centrando el recorrido histórico en la participación de deportistas palmeros en unos Juegos, solo existen dos precedentes, los del boxeador Moisés Fajardo, en México 1968, y la taekwondista Rossana Simón, en Pekín 2008.