La colección de representantes tinerfeños en categorías deportivas nacionales crece con el ascenso del Echeyde Timbeque a la Primera femenina de waterpolo. El logrado el 26 de junio en Mallorca es un éxito sin precedentes. Nunca antes un equipo femenino de la Isla había llegado tan lejos en este deporte. De ni siquiera existir hace un año, a dar el salto a la segunda categoría en pocos meses. Un gran salto.

El CN Echeyde, con su equipo masculino instalado en la División de Honor de waterpolo desde 2017, llevaba varios años planteándose el objetivo de crear uno de chicas. Tras un par de intentos que no cuajaron, en octubre de 2020 encontró una fórmula que ha funcionado. El club capitalino se propuso mantener viva la llama de un deporte condicionado –como todos– por la pandemia del coronavirus. Con las competiciones paradas, jugadoras de otros equipos de la Isla se fueron reuniendo para entrenar en las instalaciones que utiliza el Echeyde. Entre otras, la campeona de Europa sub’15 con España Elena Domínguez, procedente del Reales, cuna del emergente Echeyde Timbeque.

El comienzo no fue nada sencillo. Apenas eran cinco o seis jugadoras, casi todas residentes en la zona norte de Tenerife. La mayoría tenía dificultades para asistir a todos los entrenamientos. Pero la perseverancia fue dando sus frutos. Unos meses más tarde, ya en 2021, el club pudo contar con una plantilla completa para competir en el circuito autonómico. El siguiente obstáculo fue común para toda la población. A comienzos del año, la pandemia volvió a bloquear las actividades deportivas y el Echeyde Timbeque dejó de ejercitarse. Aún así, fueron semanas en las que nadie se planteó suspender el proyecto. Ya se habían creado unas bases sólidas. Y se consolidaron con la incorporación del entrenador italiano Francisco Rota en el mes de febrero. De hecho, equipo llegó a jugar algún partido de la Liga canaria, competición que se desarrolló a medias a causa de la crisis sanitaria y que se resolvió con un playoff entre cuatro clubes: Unión Waterpolo Tenerife, CN Las Palmas, CN Metropole y Echeyde.

Tras vencer al Unión Tenerife en las semifinales y derrotar al Metropole en la final, el Echeyde se proclamó campeón de Canarias y accedió a la fase nacional de ascenso a Primera celebrada en Molins de Rey (Barcelona) a finales de mayo. Conscientes de que el nivel de dificultad iba a crecer, los dirigentes optaron por incorporar cuatro refuerzos: Patricia del Soto (portera), Xenia Sánchez, Itziar Pavón y Clara Aller García. Con todo esto, el Echeyde quedó segundo de su grupo, por delante del CN Caballa y del Chiclana, y por detrás del Molins. Le quedaba un paso para ascender, derrotar al campeón del otro sector, el Mallorca. La eliminatoria a doble partido comenzó en Santa Cruz con un 15-11 para las tinerfeñas (5 goles de Elena). La meta estaba cerca. Era cuestión de, al menos, mantener la renta de cuatro tantos en la piscina del club balear. Costó. Finalmente, un 12-9 fue suficiente.

Sarai González, capitana del Echeyde, reconoce que comenzó esta aventura “con ilusión y esperanzas”, asumiendo la responsabilidad de “convencer” a sus compañeras de que el ascenso iba a ser posible. Una vez consumado, confiesa que todavía no se lo termina de creer. “Ha sido una temporada bastante intensa”, apunta convencida de que la clave del feliz desenlace ha residido en la “piña” que formaron las jugadoras y el cuerpo técnico. “Puedes tener muchas estrellas, pero también es cierto que menos es más, y aquí hay calidad, empezando por la que han demostrado las más pequeñas”, indica dirigiendo la mirada a las hermanas Elena y Julia Domínguez. “Son dos de las más jóvenes, pero son titulares, fundamentales para el grupo”.

Si bien Sarai se introdujo en el waterpolo hace solo dos años, sin experiencia previa, Elena y Julia llevan casi media vida practicando este deporte. “Empezamos en 2013 con la idea de hacer natación, pero no había plazas y el entrenador nos aconsejó probar el waterpolo”, cuenta Julia. Ahora son jugadoras de Primera. Elena ya se imagina cómo será la llegada del Echeyde a esa categoría. “Todo va a ser diferente: competiremos todas las semanas, viajaremos, nos enfrentaremos a rivales más fuertes...”, repasa situando el objetivo inicial en la permanencia, pero sin perder la ambición. “Podemos mejorar y optar por subir a División de Honor”.

Las tres coinciden en encontrar en el salto dado por el Echeyde la mejor oportunidad para fomentar este deporte en la base. “Si el club sigue en esta línea, este proyecto promete. De momento tenemos pocas niñas, pero esperamos que el ascenso sirva de llamamiento”.