160.000 euros correspondientes a la temporada 2019/2020 y otros tantos de la 2020/2021. En total, 320.000 euros. Es lo que le debe el ayuntamiento de Granadilla a la UDG Tenerife en concepto de subvenciones. “¿Cómo vamos a empezar a competir en una liga profesional sin ese dinero?”. Lo pregunta el presidente del club, Sergio Batista, desesperado por un bloqueo administrativo al que no encuentra justificación. De hecho, desde el consistorio sureño no le dan respuestas. “No nos hacen ni caso”, lamentó en la Ser.

Pero la UDG Tenerife no seguirá esperando con los brazos cruzados. Tiene previsto poner en marcha una medida contundente, tal como anunció el dirigente. “Estoy estudiando llevar este asunto por la vía criminal y lo estamos mirando con abogados competentes, porque el retraso malicioso en perjuicio de terceros puede ser un delito de prevaricación”, advirtió.

“Si ese dinero es nuestro, ¿qué hace la administración con él?”, añadió lamentando el “quebranto económico” que representa para la UDG Tenerife no poder contar con los 320.000 euros que en su día pactó con el ayuntamiento de Granadilla. Batista llegó a la conclusión de que la gestión no se ha llevado a cabo “por un capricho”, pues sabe que “los técnicos han informado de manera favorable y existe unanimidad entre la oposición y el grupo de gobierno”. En cambio, sigue sin recibir una respuesta. “Son dos temporadas sin un céntimo. No es normal que un equipo tan humilde como el nuestro lleve tanto tiempo sin cobrar una subvención programada”.

¿Qué podría estar frenando este pago? El presidente del club reveló que, por lo que le han contado, “toda la culpa es del interventor, porque tiene el expediente en su mesa y no lo saca”. Al respecto, Batista añadió que “si es un retraso malicioso, se trata de un delito”.

Convencido de que, en realidad, es un problema que “se puede resolver en 5 minutos si hay buena voluntad”, apuntó que “la única manera de mover el avispero es con una querella criminal”.

La relación entre el club y el municipio ha sido muy estrecha. No en vano, el equipo se fundó en Granadilla y ahí es donde ha tenido su sede y ha competido antes y después del ascenso a Primera División. “Nacimos ahí y nos hemos portado siempre de maravilla, pero el ayuntamiento ya nos debe dos temporadas de patrocinio y no hay nadie que nos llame”, insistió Batista, cuyos planes no pasan por trasladar al UDG Tenerife a otro punto de la Isla, a pesar de que la profesionalización de la Primera División podría obligar al equipo a jugar en un estadio diferente. “Lo último sería que nos echaran la culpa del traslado del club. Nos queremos quedar aquí. Estamos agradecidos, pero también tienen que poner algo de su parte”, concluyó el presidente.

“No me veo jugando en el Heliodoro”

Tarde o temprano, la UDG Tenerife tendrá que jugar sus partidos como local en un estadio que cumpla los requisitos que, en teoría, se impondrán en la futura liga femenina profesional, es decir, una superficie de césped natural, una grada con el perímetro cerrado, capacidad para más de 4.000 espectadores... En principio, la única instalación que se ajusta a ese perfil es el Heliodoro Rodríguez López, pero Sergio Batista no imagina a la UDG Tenerife compitiendo en ese campo. “El Cabildo siempre ha cumplido, pero no me veo jugando en el estadio, salvo en momentos puntuales”, reconoció. Aunque se le ocurren alternativas como el Francisco Peraza o Los Cuartos, no descarta seguir en La Palmera siempre que se realicen obras de mejora –cambio de césped, nuevos vestuarios...– y el club cuente con “un año de transición”.