Tiempos de cambios para el representativo canario del fútbol femenino, la UDG Tenerife. Cambios en positivo, los mismos que le esperan a los demás equipos de la competición en la que participan las blanquiazules desde 2015, la máxima nacional. Después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) anunciara el pasado 15 de junio que, tal como se esperaba, la Primera División pasará a ser profesional, los dirigentes del equipo tinerfeño aguardan novedades y tratan de anticiparse para cumplir cuanto antes con los requisitos que traerá consigo el cambio de nivel. De momento no hay nada seguro ni firmado, pero ya van llegando a los despachos los primeros indicios que acabarán marcando la hoja de ruta. Por ejemplo, la conversión de cada club en Sociedad Anónima Deportiva o el uso de unas instalaciones que estén a la altura de una liga profesional.

Precisamente, la principal preocupación en la UDG Tenerife reside en el campo en el que jugará su primer equipo. Se supone que el CSD, que asumirá la responsabilidad de sentar las bases de la nueva liga al margen de la RFEF hasta que se cree un órgano específico, exigirá que los encuentros se desarrollen en canchas de césped natural, con el perímetro de gradas cerrado y con un aforo superior a los 4.000 espectadores, entre otras cosas. De entrada, la actual sede del equipo entrenado por Francis Díaz, el municipal de La Palmera (San Isidro), no encaja en ese perfil. Así lo reconoce el vicepresidente del club tinerfeño, Julio Luis Pérez. “La conversión en Sociedad Anónima Deportiva es lo que menos nos preocupa. Habría que cambiar el modelo, fijar un capital y depositarlo. No sería un capital excesivamente alto, porque tampoco tenemos un patrimonio detrás. Sería asumible. La mayor dificultad estriba en las instalaciones, sin lugar a dudas”.

Con La Palmera descartada, ¿cuál será la nueva casa de la UDG Tenerife? En el club esperan poder despejar esa duda antes del 26 de julio, fecha en la que la primera plantilla comenzará a preparar la temporada 21/22. “Lo normal es que nos den un período de adaptación”, advierte Pérez con la esperanza de que el blanquiazul no se convierta en un equipo nómada. “Si obligan a jugar en un campo de césped natural, habrá que buscarlo; y cuanto antes, mejor”, apunta para entrar en detalles. “Al ser un equipo profesional, necesitaremos una estructura determinada de servicios médicos y fisioterapia, unas instalaciones para entrenar adecuadas a la categoría. Si el equipo va a jugar en césped natural, necesitará un campo para entrenar con la misma superficie, disponer de buenos vestuarios, sala de fisioterapia, gimnasio... Lo que necesita un equipo profesional”, argumenta el dirigente, cuya descripción reduce el círculo a un único espacio, el Heliodoro Rodríguez López. “Sería una solución para jugar”, admite. “Todo dependerá de los condicionantes que se pongan”, indica refiriéndose a las normas que planteará el CSD, que se reunirá con los clubes cuando finalice la campaña 2020/2021. “Pero por lo que se está comentando, si piden instalaciones de más de 4.000 espectadores, cierre perimetral de las gradas y césped natural, en Tenerife solo hay una”.

El vicepresidente del club recuerda que en la Isla “hay dos equipos profesionales”, el CB Canarias y el CD Tenerife, y que el UDG Tenerife será el tercero. “Esos dos equipos juegan en instalaciones que son propiedad del Cabildo y son de máximo nivel. Apelando a la igualdad de oportunidades y de infraestructuras, no tendría sentido que un equipo femenino profesional tuviera que hacerlo en instalaciones de tercer nivel, compartiendo el terreno con una infinidad de equipos. No sería lógico”, afirma Pérez, seguro de que el Cabildo “ya está trabajando para buscar soluciones”. La UDG Tenerife pasa a otro nivel.

“Una hormiga entre elefantes”

En una Primera División cada vez más poblada de equipos vinculados a clubes de LaLiga, la UDG Tenerife sigue siendo una de las pocas excepciones, una “hormiga dentro de un lugar en el que los demás son elefantes”, expone Julio Luis Pérez, que encuentra “ventajas” en esta particularidad. “Al ser independientes, tenemos que ser rentables”, destaca poniendo de relieve la “pulcra gestión” que ha llevado a cabo el club presidido por Sergio Batista. “Tenemos deuda cero y ya llevamos seis temporadas en Primera División.Ese es el fruto de haber hecho una gestión económica muy buena. Y pensamos en seguir en esa línea, no queda otra”, advierte dándole un “enorme mérito” a los “cuatro equipos independientes” que coinciden en la Primera División. “Seguiremos peleando a brazo partido para seguir en esta competición, porque Tenerife y Canarias lo merecen. Somos el único equipo de fútbol canario en la máxima categoría”, concluye.