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Las exposiciones ‘Mato Grosso’ y ‘Endémico’ inauguran Fotonoviembre en La Laguna

Las muestras de Raquel Bravo y Daniel L. Fleitas forman parte de Artistas en Selección y se pueden visitar en la sala de arte del Instituto Cabrera Pinto de La Laguna

Daniel L. Fleitas y algunas de sus imágenes de palmeras de 'Endémico'.

Daniel L. Fleitas y algunas de sus imágenes de palmeras de 'Endémico'. / Álex Rosa

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

La Laguna

Arranca la XVIII Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre con las dos primeras exposiciones de la sección Artistas en Selección. Mato Grosso, de Raquel Bravo (Valladolid, 1981), y Endémico, de Daniel L. Fleitas (Las Palmas de Gran Canaria, 1991), abrieron este viernes 31 de octubre sus puertas en la sala de arte del Instituto Canarias Cabrera Pinto de La Laguna.

Estas dos muestras forman parte de la sección comisariada por Dalia de la Rosa, y que se completará en las próximas semanas con las propuestas de Yun Ping Li, Almudena Lobera y Laia Serra. Se trata de un apartado abierto a la participación de artistas que utilizan la fotografía, la videocreación, o la instalación de fotografía o videocreación como medio de expresión. En esta edición, se recibieron 427 proyectos firmados por 357 artistas individuales y por ocho colectivos. De los creadores que se presentaron a esta convocatoria, 89 son canarios, 165 del resto de España y otros 112 proceden de otros 31 países.

Proyectos individuales

Dalia de la Rosa explicó antes de la inauguración en La Laguna que no existe una relación entre los cinco proyectos de Artistas en Selección. «Tenemos propuestas muy diferentes que hablan de la riqueza sobre el panorama de la fotografía a nacional y mundial» y, de este modo, abordan las preocupaciones que afectan a la práctica contemporánea en el mundo el arte.

Raquel Bravo, Dalia de la Rosa y Daniel L. Fleitas durante la inauguración de las exposiciones.

Raquel Bravo, Dalia de la Rosa y Daniel L. Fleitas durante la inauguración de las exposiciones. / Álex Rosa

Precisamente, Raquel Bravo celebró que Fotonoviembre se haya convertido en una «institución dentro del mundo de la fotografía» y que promueva la descentralización de la cultura. «Se crea además la oportunidad de conectar con diferentes artistas y establecer diálogos entre nuestros trabajos y formas de pensar», concluyó.

'Mato Grosso'

Su propuesta hace referencia a Mato Grosso, una región selvática de Brasil donde su padre pasó siete años, entre las décadas de 1960 y 1970, antes de fundar su familia. La fotógrafa lleva a cabo ahora un trabajo de posmemoria, tal y como lo define la académica estadounidense Marianne Hirsch, puesto que se trata de una «memoria heredada» que no ha sido vivida por la propia autora, sino que revive a través de los relatos de su padre, de sus imágenes, documentos, silencios y ausencias, una herencia que «también se corresponde con una situación colonial», expresó.

La sala de arte del Cabrera Pinto muestra ahora la negociación establecida por la fotógrafa entre los documentos aportados por su padre, junto con el relato ficcionado que ella recibió durante su infancia, así como el álbum familiar que elaboró su madre. El fallecimiento del padre de Bravo cuando ella tenía diez años provocó que el relato tomara tintes de fantasía que luego ella reescribió de adulta cuando descubrió el registro paterno: ocho carretes de diapositivas, algunas fotografías de medio formato en blanco y negro, una tesis doctoral y algunos escritos que no correspondían a la experiencia que ella había asumido durante tantos años.

Raquel Bravo junto a algunos de los documentos incluidos en la muestra 'Mato Grosso'.

Raquel Bravo junto a algunos de los documentos incluidos en la muestra 'Mato Grosso'. / Álex Rosa

Se trata así de un recorrido por imágenes domésticas y la naturaleza exuberante de Brasil, así como estampas cargadas de una fuerte espiritualidad. Y donde poco a poco va aflorando la expropiación de la tierra, la evangelización forzosa y la aculturación, de las que el padre de Bravo también formó parte.

Muestras para el espacio

La comisaria Dalia de la Rosa explicó antes de la inauguración que se trata de propuestas independientes pero precisó que «la genealogía de cada trabajo ha caído de una manera muy poética en el edificio donde ahora se exponen». En el caso de Raquel Bravo, la vallisoletana presenta un proyecto que mezcla el trabajo de archivo y la memoria con la colonialidad y que, «de alguna manera, conecta con este edificio y aterriza en el organigrama urbano de La Laguna como un dispositivo arquitectónico que nos exporta a otros lugares».

Las connotaciones arquitectónicas no existen como tal en la propuesta de Daniel Fleitas, pero el grancanario sí que propone una reflexión a través de la vegetación canaria y de las palmeras que se encuentran en el propio edificio lagunero. «El artista se pregunta cuál es su propio paisaje a nivel identitario y, de alguna manera, tumba conceptos de una manera suave y radical», indicó De la Rosa.

'Endémico'

Endémico es un proyecto fotográfico que nació en 2020 y es fruto de la casualidad. Fleitas explicó que «comencé a darme cuenta de que, en el archivo de fotografías que estaba haciendo sobre paisajes de las Islas, se repetía el mismo elemento, la palmera, y eso me invitó a hacer un trabajo de manera natural». Tras la selección de imágenes, comprendió que su objetivo era examinar la parte opuesta del significado que los canarios le dan a la palmera. «Me interesa profundizar en lo que podría ser la identidad canaria, en esa otra parte que no está tan visibilizada», expresó el grancanario, quien se empeña en repetir una serie de paisajes para tratar de descubrir «que es lo que nos están diciendo esas palmeras».

En su propuesta caben diferentes significados y por eso incluye paisajes con palmeras de todas las Islas, al mismo tiempo que descontextualiza las instantáneas para que todas parezcan la misma. Repensar la relación entre el ser humano y su entorno ha sido su objetivo. Así, su fotografía investiga la dimensión social, psicológica y emocional del territorio a través de cámaras de gran formato y un proceso pausado que influye en la construcción de sus imágenes.

«Siempre asociamos Canarias a las palmeras, el sol y la playa», reflexionó Fleitas, quien no ha querido ceñirse a la identidad del canario en su propuesta, sino que ofrece la visión de una persona que vive en las Islas y que comprende la delicada situación que vive este territorio, aunque muchos lo consideren únicamente un paraíso.

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